Ricardo Del Muro / Austral
La Semana Santa en La Antigua, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2022, es la joya turística de Guatemala. Más de un millón 202 mil turistas llegaron a esta ciudad colonial para participar o presenciar las procesiones que recuerdan la pasión, muerte y resurrección de Jesús, lo que, de acuerdo al Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), significó un ingreso de al menos 338 millones de dólares.
Las ruinas de iglesias y conventos abandonados, como la Catedral y San Francisco, son el escenario de la pasión de Cristo, que se presenta en grandes tablones, denominados “pasos” término que proviene del latín “passus” que significa sufrir, que son cargados por miles de fieles con túnicas moradas por las calles cubiertas por alfombras de aserrín multicolor y flores, en una celebración religiosa que sólo es comparable con la que se realiza en Toledo, España.
Durante la época virreinal se le conoció como la Muy noble y muy leal Ciudad de Santiago de los Caballeros; fue fundada el 10 de marzo de 1543, como segunda capital de la Capitanía General de Guatemala. Por más de dos siglos fue el centro político, religioso, comercial y cultural del istmo centroamericano, abarcando lo que corresponde a las regiones de Chiapas, parte de Yucatán, Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, señala Elizabeth Bell, historiadora y promotora turística de Antigua.
Rodeada por los volcanes de Agua, Fuego y Acatenango y asentada cerca de la unión de tres placas tectónicas, la ciudad ha sido víctima de constantes sismos destructores.
En esta historia, se recuerda el terremoto del 29 de julio de 1773, llamado de Santa Marta, que destruyó casi toda la ciudad y obligó a cambiar la sede capitalina. En lo sucesivo, Santiago de Guatemala pasó a llamarse “arruinada Guatemala”, “Santiago de Guatemala antiguo” y la “antigua ciudad”.
Sin embargo, por la fuerza de los hechos, La Antigua Guatemala no llegó a convertirse en un municipio fantasma, señaló Guzmán Urrero Peña, en la investigación promovida por el Centro Virtual Cervantes. Una Real Cédula del 4 de agosto de 1786 le otorgó el título de Villa, que en lo sucesivo lució con orgullo. Pasó el tiempo y el 12 de abril de 1799, siendo alcalde Lorenzo Montúfar, se celebró un muy significativo cabildo.
Recompensando el tesón de sus protectores, y gracias a un estudio arquitectónico de Verle Lincoln Annis, La Antigua Guatemala fue declarada Monumento Nacional el 30 de marzo de 1944. Sin embargo, el deterioro no comenzó a frenarse con un protocolo adecuado hasta que el Congreso de la República aprobó una Ley Protectora el 25 de noviembre de 1969. Gracias a esta reglamentación, comenzó a actuar el Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala. El nombramiento de los cuatro miembros del Consejo, presidido por el alcalde, depende de las Facultades de Arquitectura y Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala, la Academia de Geografía e Historia y el Instituto de Antropología e Historia.
En julio de 1965, la villa fue declarada Ciudad Monumento de América por la Organización de Estados Americanos (OEA) y desde 1979, Antigua fue proclamada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Al recorrer sus calles que se muestran limpias y seguras, con espacios reservados a los peatones y sin la presencia de puestos de ambulantes, es difícil evitar la comparación con San Cristóbal de Las Casas, la ciudad colonial de Chiapas, que adolece de muchas de las características de la Antigua, que se han logrado gracias a la atención de sus vecinos y autoridades municipales.
Las autoridades municipales de Antigua, por ejemplo, en 2017 decidieron que la famosa calle del Arco sería exclusivamente peatonal y reformaron en 2021 su reglamento municipal para prohibir el uso de la vía pública para exhibir y vender productos o servicios.
De igual manera, las asociaciones Salvemos Antigua (de vecinos) y Diego de Porres (arquitectos e ingenieros colegiados) han mantenido una lucha defensiva en los últimos 30 años para evitar el deterioro urbano de la ciudad.
Algunas de las batallas ganadas han sido detener la construcción de un centro comercial que ocuparía parte de la traza fundacional de esta ciudad colonial. La creación de la Unidad Técnica de Planificación Urbana Municipal desde la que se formuló el esquema de un Plan de Ordenamiento Territorial, además de participar en reformas a la ley protectora de la ciudad.
Hace dos años, en 2022, la comuna de este municipio estableció un impuesto de 20 quetzales por cada habitación ocupada, en hoteles categorizados de cuatro, cinco estrellas y boutique, que destinará para actividades culturales.
Y la más reciente medida, se estableció en la Semana Santa, del sábado 23 al domingo 31 de marzo, la ciudad de Antigua, fue peatonal, evitándose el tránsito de vehículos en las calles del centro histórico, donde se desplazaron las procesiones religiosas. Ojalá que estos ejemplos, algún día sean retomados por las autoridades sancristobalenses y estatales de Turismo de Chiapas, antes de que San Cristóbal se pierda. RDM