Día Hábil
El cinismo y descaro de Andrés Manuel López Obrador no tienen límite.
Cuando parece haber llegado al tope, al máximo, vuelve a superarse.
Criticar al gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, porque “gobierna, pero no manda” es no tener vergüenza.
¿Cómo calificaría a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, hija de su otro protegido Félix Salgado Macedonio, auténtico malandro y hoy senador?
La señora sólo cobra por ocupar el cargo, porque el que manda, gobierna, es su padre, bajado de la candidatura luego de ser acusado de toda clase de delitos sexuales.
Ella no gobierna ni manda.
Y así están Rutilio Escandón, en Chiapas; David Monreal, en Zacatecas; Alfredo Ramírez Bedolla, Michoacán y más.
Todos, en manos de Morena.
El Instituto Nacional Electoral (INE) se la aplicó por no comprobar gastos de precampaña, pero la realidad es que lo hizo por las acusaciones de abuso sexual contra mujeres de todas las edades.
Fue un argumento que se sacaron de la manga para no iniciar proceso legal en su contra.
Por supuesto es inaceptable el asesinato de la candidata de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Gisela Gaytán, a la presidencia municipal de Celaya.
Por supuesto que ese estado, gobernado por el Partido Acción Nacional (PAN) desde 1991, está sumido en la violencia y en una ola de asesinatos también injustificable.
Pero es parte de un todo, podrido y hediondo.
El sexenio de López Obrador cerrará como el más violento en la historia de México, con 200 mil ejecuciones.
Él y su palera secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez -es su incondicional porque él la hizo política después de conocerla como reportera de La Jornada- aseguran que las cifras van a la baja, que no se comparan con las de los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
Pero miente.
En el global del sexenio, se dispararon.
En lo individual, sobre todo en los dos años más recientes, van a la baja, pero no porque su gobierno haya sido muy eficiente en
materia de seguridad, sino porque dejó de combatir a los criminales y les dio abrazos, no balazos, durante casi seis años.
El descenso en las cifras es consecuencia lógica: las fuerzas federales dejaron de enfrentar a los criminales y, entonces, hay menos muertos.
Y en realidad los números son peores, porque si ya no se suman muertos, homicidios dolosos, consecuencia de la guerra al narcotráfico, entonces esas cifras, las peores en la historia de México, son producto sólo de la acción del crimen, del narco. ¡Imagínelo!
Vámonos: Jaime Maussan causó revuelo ayer en las redes sociales. Al comenzar la conferencia de prensa en Perú, en la que presentaría las pruebas de que los seres pequeños, conocidos como las momias de Nazca, son reales, auténticos, llegaron agentes federales e integrantes del Ministerio de Cultura.
¡Que esperen sentados!
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex