* La 4T debiera terminar en una fosa común, acompañada de sus víctimas y sus errores, que no se justifican y nadie explica. El 3 de junio ¿reinicia la pesadilla?
Gregorio Ortega Molina
Los errores cometidos no se justifican, son incorregibles e imborrables. Se estudian, nos esforzamos en entenderlos, para evitar que lo dicho se convierta en verdad, y tropecemos con la misma piedra.
Por lo pronto lo cierto, lo verificable, es que para estar contentos con nosotros mismos y nuestro destino, tergiversamos el sentido de las palabras o, de plano, olvidamos su significado, con mucho más razón su origen histórico y los hechos por los que se acuñaron. Hoy la Pascua, la Pascua Florida, es una fiesta inexistente en Ucrania, Israel, Palestina, buena parte de África, y en América Latina, mejor cerrar la boca, porque lo que se afirme será de inmediato descalificado por Manuel Andrés López Obrador.
En México todo está bien, por eso el presidente de la República alienta, desde la palabra, un autogolpe de Estado, por la desesperación que siente al darse cuenta de que su sucesión en el Poder Ejecutivo carece de ese “brillo” que únicamente su presencia confiere a los hechos de la 4T, tanto para lo malo como para lo bueno y promisorio.
Pero, ¿quiénes entienden el razonamiento de los fieles y adictos a la luminosa presencia de los “amlitos”, ya sea en peluches, en cerámica, o la de carne y hueso? Las voluntades electorales se pliegan, se someten al embrujo de los plásticos del bienestar, de la mega farmacia vacía, de la línea aérea sin pasajeros, de las clínicas y hospitales con deficiencias que cuestan vidas y dañan la salud, con un proyecto educativo que envilece y una Constitución que perdió su sentido histórico y significado, porque ningún político la respeta. ¿Es a lo que México aspira para despertarse el próximo tres de junio, con futuro?
Dejémonos de sandeces, no queremos escuchar las justificaciones, necesitamos entender, que nos expliquen por qué la farmacia más grande del mundo está vacía, o la nueva Mexicana de Aviación es un fiasco, o Dos Bocas va al fracaso, como ya lo está Pemex, hundido en deudas y en quiebra. Sí, que el gran tlatoani se arme de valor y exponga las razones, no justificaciones, de su estrepitoso fracaso, del hecho de que Dinamarca se convirtió en la pesadilla de los que perdieron el seguro popular, de los que no encuentran medicinas, o de los que perdieron a sus hijos porque a nadie interesó atenderlos.
La 4T debiera terminar en una fosa común, acompañada de sus víctimas y sus errores, que no se justifican y nadie explica. El 3 de junio ¿reinicia la pesadilla?
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