SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Sin la menor duda siempre han despertado una gran expectativa la realización de los debates entre los candidatos a la Presidencia de la República, especialmente ahora en que llevan la delantera en las preferencias dos mujeres de gran relevancia, por un lado, Claudia Sheinbaum Pardo abanderada de Morena, PT y PVEM, y por el otro Xóchitl Gálvez Ruiz por la Alianza de los partidos PRI, PAN y PRD, además de Jorge Álvarez Máynez por Movimiento Ciudadano.
Son tres los debates aprobados por el INE previos a la elección del 2 de junio, que se realizarán bajo la coordinación de la Comisión Temporal de Debates. El primero se celebró este 7 de abril en las instalaciones del INE cuyas preguntas serían tomadas de las redes sociales hechas por la ciudadanía; el segundo será el 28 de abril en los Estudios Churubusco con preguntas recabadas en las plazas públicas; y el tercero el 19 de mayo en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco con preguntas directas que se harán entre los candidatos.
Aun cuando este primer debate fue parcialmente opacado por el eclipse que se llevó toda la cobertura noticiosa durante estos dos días y por otro lado, porque fue este domingo al regresar de vacaciones, lo que impidió que muchos ciudadanos tuvieran oportunidad de verlo en vivo y en directo.
Sin embargo, los resultados del debate fueron muy buenos, a pesar de que hubo algunos detalles que no les permitieron a los candidatos destacar como quisieran, toda vez que el formato utilizado en esta ocasión fue PÉSIMO en todos los aspectos, afectando a los participantes por igual. Lo mismo se quejó Claudia Sheinbaum que Xóchitl Gálvez, quienes no tuvieron tiempo suficiente para responder de forma contundente a los ataques recibidos de parte y parte.
CLAUDIA SHEINBAUM PARDO
Claudia Sheinbaum se quejó constantemente durante el debate de las fallas del reloj y de la bolsa de tiempo. Se defendió tachando de mentirosa y corrupta a Xóchitl Gálvez, pero en varias ocasiones prefirió guardar silencio y dedicarse a responder a las preguntas de los moderadores y a presentar escuetamente sus propuestas de gobierno, y por supuesto a exaltar los logros del presidente Andrés Manuel López Obrador y los propios durante su gestión al frente de la Jefatura de Gobierno mostrando diplomas y reconocimientos que llevaba impresos. Pero no respondió a los señalamientos que le hiciera su opositora, que fueron básicamente su responsabilidad sobre el derrumbe del Colegio Rébsamen que dejó 26 muertos y el desplome de la línea 12 del Metro que también dejó 26 muertos, de los cuales se deslindó tranquilamente.
Y su mayor ofensa hacia Xóchitl Gálvez, además de decirle mentirosa y corrupta, fue llamarla candidata del PRIAN, aun cuando ella se dice candidata ciudadana. Defendió los avances en el sistema de Salud y habló de su proyecto que será casi como tener un médico en casa con atención personalizada. Un sueño guajiro.
Lo más destacado de las propuestas de Claudia Sheinbaum es su defensa de la educación pública, ofreciendo dar becas a todos los estudiantes de educación básica, fortalecer la educación media superior y hacer más universidades.
XÓCHITL GÁLVEZ RUIZ
En realidad, las mejores propuestas fueron las de Xóchitl Gálvez en el debate, además de castigar a los corruptos, fue que evitará las asignaciones directas y que habrá licitaciones transparentes. Implementará en nuevo seguro popular con la tarjeta Mi Salud, con la que se dará atención médica en hospitales públicos y privados. Además de la tarjeta La Mexicana que será para entregar un apoyo económico a las mujeres en condición de vulnerabilidad.
Xóchitl Gálvez respondió con firmeza a las preguntas que se le hicieron, atacando de manera frontal a Claudia Sheinbaum a quien se dirigía por su nombre, señalándola de corrupta y de indolente, llamándola la “dama de hielo” por no condolerse ante la tragedia del Colegio Rébsamen que de haber clausurado en su momento podría haberse evitado la gran tragedia de los 26 muertos por el derrumbe, además de que también la responsabilizó de que el desplome de la Línea 12 del Metro fue causado por la falta de mantenimiento, no por fallas de origen.
Además del desplome de un tramo del tren interurbano. Criticó el sistema de salud y el haber desaparecido el Seguro Popular, que de llegar a la presidencia se compromete a reactivar para beneficiar a la población que carece de servicios médicos. Criticó también el uso indebido de medicamentos para combatir el COVID como la Ivermectina que es un desparasitante externo, por lo que la acusó de usar a la población como conejillos de indias.
JORGE ÁLVAREZ MÁYNEZ
Por su parte, Jorge Máynez el candidato de Movimiento Ciudadano, colocado estratégicamente al centro entre las dos candidatas, no paró de sonreír durante todo el debate y se la pasó buscando y sacando tarjetones con imágenes y textos que no se leían, para mostrar sus logros como legislador y aun cuando tuvo algunos destellos de brillantez, no pasó de ahí y le hizo el caldo gordo a Claudia Sheinbaum. Pero su momento memorable fue cuando sin venir al caso quiso mostrar que domina el lenguaje de señas como para demostrar que tiene otras habilidades. ¿Qué fue lo que dijo en señas? “Hola, soy Máynez, así me pusieron las personas, vamos juntos por un México nuevo”.
Esto resultó muy gracioso, sobre todo porque lo hizo como un personaje creado con Inteligencia Artificial, moviendo las manos frente a su rostro sin dejar de sonreír. Entre sus propuestas destaca un sistema de salud verdaderamente universal, financiado equitativamente y que dé medicamentos a cada niño desde su nacimiento. Así como también un sistema educativo verdaderamente universal para que un millón de jóvenes vayan a la universidad.
LAS CONCLUSIONES
Al día siguiente Xóchitl Gálvez calificó de pésimo el formato del debate, afirmó que los entrenaron o que ensayaron con un formato distinto en el que no había preguntas múltiples, como sucedió en el debate real, que no permitía mucho presentar las propuestas, y los conductores no los dejaban debatir al no darles la palabra, que por cierto ella pidió en innumerables ocasiones, de manera que para el próximo debate no les hará caso a los moderadores y se irá por la libre para ser más directa y contundente.
De modo que, si por sonrisas fuera Jorge Máynez ganaría este debate, seguido de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, quienes se la pasaron tachándose de corruptas una a la otra, sonriendo a veces, pero como a fuerzas.
LOS POSTDEBATES
Los que sí se desgarraron las vestiduras fueron los voceros y comentaristas que defendían a los candidatos, por un lado, Germán Martínez defendiendo a Xóchitl Gálvez, se dio un agarrón en que tomó por sorpresa a Epigmenio Ibarra, defensor de Claudia Sheinbaum, quien casi le dijo que así él no juega. Pero Ciro Gómez Leyva la hizo de réferi y entró al quite para contenerlos y que no siguieran con sus ataques que se volvieron personales. En otro canal estaba Tatiana Clouthier, defendiendo a Claudia Sheinbaum y Rubén Moreira defensor de Xóchitl Gálvez, quienes se tundieron duro, pero con respeto y conocimiento de causa. Por supuesto que Tatiana tiene más tablas y supo defenderse sin conceder la razón en ningún momento, aunque no le pareció cuando salió a colación el nombre de su padre “Maquío” Clouthier, un ícono de la democracia nacional.
En conclusión, se trató de un buen debate, a excepción del formato que debería de modificarse; las participaciones de los candidatos fueron buenas, los moderadores estuvieron a la altura, Denise Maerker y Manuel López San Martín, apegándose al protocolo y al formato sin desviaciones. Lo malo fue que las cámaras no se enfocaban directamente al candidato en participación, por lo que aparecían los tres en pantalla. Desde mi punto de vista ya es momento de que Xóchitl Gálvez deje la bicicleta, especialmente en este tipo de eventos donde debe haber sobriedad y un poco de elegancia, ya que será presidenta.
En fin, habrá que esperar al siguiente debate que será el próximo 28 de abril, en que las preguntas serán tomadas en las plazas públicas del país. Tienen tiempo para prepararse y mejorar su participación, porque este fue un debate en el que no se debatió nada.