Por: Armando Ríos Ruiz
¿Qué quiere decir la 4T con la aparición de una camiseta que, por cierto, presumió un funcionario de muy baja estofa, de nombre Genaro Villamil, de cuarta, como la Cuatroté, director del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, con la figura de la santa muerte, que muchos núcleos de la población de los más bajos estratos sociales veneran con verdadera fruición?
Aunque hay que aclarar que el culto a la muerte también se da entre los políticos y en otras ramas de la sociedad que ansían con vehemencia obtener a como dé lugar ciertos favores que el Dios venerado entre las sociedades más pensantes no aporta por ser absolutamente ajeno a las riquezas, aunque las permite cuando se conquistan con el sudor del trabajo fecundo y creador.
Es algo parecido a la creencia en la brujería o en ciertos tipos de magia ancestral o ´primitiva, como la santería, que viajó de África o de Yoruba, a muchas islas antillanas, con el traslado de esclavos que escapaban y llegaban nadando, en donde se conserva con nombres de los poderosos espíritus, cambiados por el de santos católicos para encubrirlos.
Cuba es uno de los lugares más visitados por nuestros políticos, que pagan grandes cantidades de dinero para hacer realidad sus aspiraciones o para alcanzar los cargos que desean con toda el alma. De esa manera son sometidos a rituales que se mezclan con vidas y muertes en los panteones y hasta con iniciaciones en las que se incluyen rayados en la espalda con navajas muy afiladas y con la ingesta de aguardiente y bailes voluptuosos.
En el mundo de Morena existe un dios sin cuya autorización no se mueve la hoja de un árbol. Por eso también hay quienes atribuyen la aparición de la camiseta con la calavera dibujada y con un dedo en la boca a manera de ordenar silencio, a esa entidad suprema, mejor conocida como Primer Mandatario.
La santa Muerte ha alcanzado en México una difusión increíble. Principalmente entre la delincuencia, que ha suplido a los santos católicos con ella. Hace algún tiempo tuve oportunidad de presenciar la negociación de un rescate. Un delincuente, cuya organización tenía secuestrado al marido de una pariente, le llamaba diariamente para amenazarla con enviarle un dedo o una oreja si no cumplía con la entrega de una cantidad considerable de dinero.
Una de tantas llamadas, que solía prolongar por muchísimo tiempo el que daba instrucciones, llegó a su fin con la orden de reunir lo más pronto la cantidad indicada. La señora lo despidió con un “que Dios lo bendiga”, para congraciarse.
El sujeto le aclaró: “Dios no existe”. Yo nomás creo en la santa muerte…”
¿Pero qué es lo que quiere morena con esa calavera, que además contiene la leyenda: “un verdadero hombre no habla mal de López Obrador? ¿Son más hombres sus esbirros, como Genaro Villamil! que gozan con verdadero frenesí cuando el jefe les brinda una sonrisa o les estrecha la mano?
¿Se inauguró un mensaje velado a las hordas de delincuentes intocables y toleradas por el gobierno, de ejecutar a quienes hablen mal del Presidente? ¿Se trata de una modalidad desde una conferencia mañanera, con orden que puede descifrarse mediante palabras claves, en donde se dicen abiertamente nombres de periodistas y hasta se proporcionan sus teléfonos particulares?
Las interpretaciones son ilimitadas y ya aparecieron muchas. Como aquella que dice a manera de acusación justificada, que “representa los miles de homicidios y feminicidios en el gobierno”, “hasta por la relación que se ha gestado entre la santa muerte y el narcotráfico”, “por las ocasiones que se han llegado a encontrar altares al catear algunas casas de criminales”.
Otras: “¿Es amenaza de muerte para los que hablan mal de López Obrador?”; “La mejor imagen de su gobierno, LA MUERTE”; “Playera oficial del narco en este sexenio”; “La muerte resume perfecto el sexenio de López Obrador.”
Y también hay personas que preguntan dónde venden las camisetas.
ariosruiz@gmail.com
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político