Por Claudio De la Llata
Duro golpe al ego recibió Claudia Sheinbaum Pardo, tras el segundo debate en el que afloraron todos sus miedos, todos sus defectos, sus virtudes, sus peores demonios acompañados de sus peores pesadillas, en donde el gran ganador, válgame decirles, fue nuevamente Maynez, pues viniendo del 3% de intención de voto, luego del primer debate se situó en el 6%, para después del segundo debate llegar al 7.5% en el peor de los casos y en el 9% en la mejor lectura demoscópica.
Pasaron ambas candidatas mucho tiempo difamándose, calumniándose, agrediéndose, insultándose, ofendiéndose y señalándose sus peores defectos, sus peores desaciertos, sus peores vivencias y dejando pasar la dorada oportunidad de hacerle saber al pueblo de México, cuál es su proyecto de gobierno; pero por otra parte, los debates en gran medida son para eso, para desangrar al oponente y dar buena cuenta del deponente.
En un debate en el que lo que sobraron fueron las injurias, las autoproclamaciones y en el caso muy especial de Claudia, las reivindicaciones al jefe máximo, al maestro, guía espiritual y padre putativo, Andrés Manuel López Obrador, pues el reclamo en el embate anterior, es que no defendió sus “logros” (¿Cuáles perdón…?), por lo que además de atender la reyerta con su oponente máxima (Xóchitl), tuvo que cuidar la agenda del inquilino de palacio, en tanto se dio con todo, duro y a la cabeza con la hidalguense en un pleito en el que no ganó ninguna de las dos, pero que en el subconsciente nacional, Xóchitl fue la gran ganadora, pese a que no se refleja con exactitud lo dicho, pues las encuestas no dan buena cuenta de ello.
Igualmente vemos cómo en el colectivo nacional de la opinión pública, una fuerte sinergia antisistema ha dado buena cuenta del nombre de Claudia, en tanto muchos candidatos de la 4T se les cae duramente el changarro y se van a pique con todo y su fórmula, en detrimento de sus personas, de su partido y de la candidata a la presidencia de México, que desgraciadamente parece que de sus imposiciones, y de las que fue objeto será víctima, pues si pierde Rocío Nahle le va a pesar en el cociente nacional de votos a su favor, y si pierde su archienemiga Clara Brugada, pasará lo mismo, por lo que sus días complicados están en el presente perfecto, dejando atisbar resultados magros en el pospretérito imperfecto.
Igualmente sucede con los escenarios a los candidatos a diputados y senadores, en donde los de la 4T, en muchos de los casos han sido hasta perseguidos, y en otros simplemente repudiados, pasando por una minoría insignificante, de los que si son queridos y aceptados, que aunque son pocos (muy pocos para ser exactos), no se les puede ignorar, pero al ser los menos, hacen que se vea cada vez más lejos, la famosa mayoría del plan “c” del inquilino de palacio nacional, cuyo proyecto se ha estado yendo al carajo, ante tal situación.
Ni que decir de los candidatos a senadores, cuyas fórmulas simplemente no pegan ni con chicle y que ya quieren llegar a como dé lugar, pese a los negros nubarrones que inundan el escenario político nacional, en el que se pudiera vislumbrar en el mejor de los casos, una victoria pírrica para la 4T, con una diferencia de muy pocos votos y sin el poder legislativo, o bien una derrota por una nariz, asunto que ya olería a tragedia, pues muchos tendrán que huir, si es que les da tiempo.
Por otro lado, tenemos la dura y dantesca realidad nacional, a la que los ciudadanos hemos tenido que enfrentar, viendo como las vidas de muchos de nuestros seres queridos, han sido arrancadas por el crimen organizado que no lo para nadie, en casos muy lamentables y en cantidades emergentes, dejando en medio del escenario electoral, un panorama en seguridad pública nacional por demás deplorable, que mucho duele, nada cambia; y lo peor, nadie lo frena al son de: “abrazos y no balazos” como sesuda estrategia contra la inseguridad, dando como uno de los negros resultados, el descubrimiento de un horno crematorio en la ciudad de México, aún con cuerpos incinerándose, sin saber nada más, que lo dicho por una de las presentes en tan deplorable descubrimiento: “me quiebra el alma encontrar alrededor de ésta escena tanta ropa de niños y mujeres” haciéndonos ver, que lo descubierto es mucho más grave de lo que pudiera suponerse.
Finalmente basta decir, que deplorablemente, las campañas han estado desarrollándose entre sangre y fuego, algo debe de cambiar, por el bien de los mexicanos, de México y el mundo.