Aquí en el Congreso
Por José Antonio Chávez
Cuando el Presidente López Obrador arrancó su sexenio, puso los ojos en contra de los medios de comunicación. Traía muy claro el escenario de lo que había vivido desde el 2006 que hizo campaña contra Felipe Calderón y que perdió la carrera por una nariz.
Fueron años que, a decir del propio Presidente sufrió la marginación y falta de cobertura mediática.
Llegó muy resentido y abrió fuego con sus acertadas conferencias mañaneras, pues decidió marcar la agenda política con sus propios medios de comunicación como son sus redes oficiales.
Los medios informativos tuvieron que adaptarse a las nuevas formas del Presidente, se acabaron los viajes en avión presidencial y los tratos distinguidos.
Sin embargo, el Presidente se mostró sorprendido y muy dolido cuando “Mexicanos contra la Corrupción” comenzaron a intensificar, lo que venían haciendo desde la campaña de desnudar sus gastos y, después su administración. No gustó nada y comenzó el pleito.
Desde entonces comenzó el golpeteo contra los periodistas Héctor Aguilar Camín y María Amparo Casar, directora de la asociación “Mexicanos contra la Corrupción”.
No llegaba al primer año de su sexenio y comenzó a revelar que esa asociación era palera de los conservadores y que era subsidiada con dinero del gobierno de los Estados Unidos. Incluso presentó las donaciones.
Exhibió a María Amparo el caso d su esposo cuando trabajaba en PEMEX y paso a paso lo fue exhibiendo, aunque no tuvo el eco que quería porque traía un pleito a navaja limpia con el empresariado del Consejo Mexicano de Negocios, de Claudio X González.
López Obrador no es cierto que a penas comenzó el ataque contra María Amparo Casar y Héctor Aguilar Camín, son ellos los que han sufrido, desde el arranque del sexenio una embestida que hoy está culminando con echarles todo el peso del Estado.
Mexicanos contra la Corrupción se volvió un dolor de cabeza del Presidente, ha sido el vehículo que a desnudado el mayor número de casos de corrupción de este gobierno, los millonarios contratos a amigos d ellos hijos del Presidente, la Casa Gris, los sobreprecios de materiales médicos en la pandemia.
Esa asociación le pegó tan duro al Presidente que no se los perdonó, López Obrador mantenía una aceptación significante por su pulcritud, pero cuando salieron estos actos de corrupción, se desdibujo su rostro y comenzó a intensificar sus ataques, sobre todo contra Amparo Casar.
López Obrador innecesariamente ventiló el caso del esposo de Amparo Casar, que falleció en las instalaciones de PEMEX al caer de varios pisos y citó que fue Aguilar Camín a pedir al procurador capitalino una medida jurídica para poder tener el seguro y pensión de vida para la esposa del fallecido. No podía ser suicidio porque no calificaría.
No se si este bien o mal que hayan actuado así la esposa y su amigo Aguilar Camín, pero el Presidente se vio muy mal echarle todo el peso del Estado en una clara represalia por haberle exhibido los actos de corrupción, sobre todo de sus hijos. Si se meten con el dinero público, siempre habrá consecuencias, trátese de quien se trate.
La pregunta es: ¿por qué el Presidente no dijo que también Rocío Nahle, cuando era diputada coordinadora en San Lázaro en la primera bancada de Morena en 2015 a 2018, presionaba a Emilio Lozoya desde San Lázaro para que le otorgaran una buena y jugosa pensión a su esposo, trabajador de PEMEX?
El Presidente ya se va y deja muy mal sabor de boca por la mala administración con un país dividido y con actos de corrupción que superaron a los anteriores gobiernos, tan solo Segalmex concentró un fraude de 15 mil millones de pesos. En fin.
CHIAPAS, TABASCO Y OAXACA, HUELE A FRAUDE CON 2.5 MILLONES DE VOTOS
Los lideres de la oposición, Alejandro Moreno “Alito”, Marko Cortés y Jesús Zambrano ya comienzan a tener desconfianza que las casillas en los estados de Chiapas, Tabasco y Oaxaca no sean accesibles para las votaciones.
Hay la presunción que puedan estar operando, los contras con actos delictivos para espantar que salgan a votar y puedan despacharse, los morenos con la cuchara grande, sumarían unos 2.5 millones de votos.
Lo lógico sería suspender las votaciones en esas tres entidades por la inseguridad que azota y porque no hay las condiciones para el electorado, sobre todo en las zonas alejadas o intransitables que es donde pega más la delincuencia, pero el partido oficial no cederá porque sin duda es el que se favorecería.
Jachavez77@yahoo.com