Joel Hernández Santiago
Como en los viejos tiempos, por estos días la energía eléctrica se va a cada momento en México. En distintos estados y en ciudades y localidades diferentes.
Antes, como ahora, a nadie le gustaba que se apagara el foco y la radio -o televisión si ya la había en la sala, o en lugar visible para todos–. Los refrigeradores aparecieron luego, porque antes se usaban “hieleras” en las que se enfriaban los alimentos. En todo caso, era frecuente el “¡Se fue la luz!”.
Incluso en la década de los cuarenta del siglo pasado se hizo famosa aquella canción incestuosa de Esperón y Cortázar, que interpretaba la cantante veracruzana Toña la Negra, “El apagón”: Con el apagón… qué cosas suceden; qué cosas suceden… Con el apagón…”
Con el tiempo esto pasó a ser historia, porque se fueron actualizando los sistemas de producción de energía eléctrica, como también los sistemas científicos y tecnológicos por los que se generaba esa fuerza potente que nos permite tener una vida más fácil, más a gusto y en la que se fueron incorporando elementos, objetos, medicamentos o alimentos que merecen bajas temperaturas para su preservación…
O bien, en tiempos de frío, que en México, desde el occidente hasta el sur, son pocos esos días, se ocupa la calefacción para mantenerse abrigados dentro de casas, oficinas, espacios de trabajo, transporte… y tanto. En zonas cálidas se utiliza “el clima” para mantener fríos los espacios de vida.
En fin. Que la energía eléctrica es cada día más indispensable milímetro a milímetro de nuestras vidas, para mantener todo en calma y con la garantía de sanidad y temperatura. Y tantos instrumentos vitales que utilizan la corriente eléctrica.
Incluso los sistemas electorales, ahora ya bajo los sistemas digitalizados, internet, ondas de alta seguridad… tanto…
Y cuando uno suponía que no pasarían aquellos días en los que se iba la luz, pues ahí está, de nueva cuenta, como si el tiempo no hubiera pasado, como si la ciencia y la tecnología no hubiera sustituido aquellos sistemas primitivos cuya fragilidad hacía temblar a nuestra vida cotidiana.
El presidente López Obrador prometió en muchas ocasiones que en el país se habían acabado los “apagones” (así como prometió que ya no habría gasolinazos”).
Todavía en enero de este año aseguró que nada podía hacer que la Comisión Federal de Electricidad y el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) garantizaban que todo estaba bajo control y que nada ni nadie podía hacer que hubiera “apagones” … Si, pero no.
Resulta que en tan sólo cuatro días de la semana anterior, gran parte del país se vio a obscuras o sin energía eléctrica para garantizar la preservación de los alimentos, medicinas, sistemas digitales, internet… conexiones alámbricas o inalámbricas que utilizan la energía eléctrica… Hospitales.
El argumento oficial para control de crisis es el de que las altas temperaturas que vive el país por estos días hacen que haya una mayor demanda de los servicios de energía eléctrica. Ventiladores, climas, refrigeradores a toda capacidad… etcétera. Si. Pero también no.
No, porque ya especialistas en materia de energía eléctrica (ciencia y tecnología) han informado que esto no debió ocurrir porque se había advertido desde principios de este sexenio que se debía operar la reserva de energía eléctrica para momentos de alto requerimiento como ocurre estos días…
Se insistió en invertir en nuevas tecnologías, no contaminantes, energías limpias, más eficientes y menos costosas: un mundo de soluciones que quedaron ahogadas en falta de capacidad, de inteligencia, de innovación, de actualización, de supervisión: todo por una austeridad mal entendida: peligrosamente entendida. Y ahí están los apagones, peligrosos, dañinos, mortales, costosos…
Pero junto a este panorama drástico, está el tema electoral.
Casualmente estos apagones comienzan a ocurrir unos días antes del 2 de junio de 2024, fecha en la que el país se habrá de movilizar porque 98.5 millones de mexicanos podrán acudir a las urnas para elegir presidente, congresos, munícipes… más de 20 mil cargos de elección popular. Un mundo de intereses políticos. Un mundo de ambiciones políticas…
¿Y qué tal que el día de las elecciones, precisamente la tarde en la que se deberá conocer el PREP se va la luz? ¿Qué tal que se cae el sistema como ya ocurrió en las elecciones federales de 1988? ¿Y qué tal si las elecciones se colapsan y declaran ganadores sin serlo?
Si. Los presagios están a la vista, como está a la vista el que a unos días de las elecciones en la capital del país, en donde todo parece indicar que no será la candidata de Palacio Nacional quien gane, casualmente por estos días ha aumentado la contingencia ambiental y un día sí, y otro también, por tanto se impide la salida de la mayor parte de los vehículos de la capital y el EdoMex.
¿Habrá contingencia ambiental el 2 de junio? ¿Podemos los mexicanos verificar si existe o no esa contingencia ambiental? ¿Deveras la hay?
Todos debemos estar alerta ese día y tener los escenarios alternos para evitar cualquier chanchullo electoral es la tarea de todos, pero sobre todo de las autoridades electorales… y del gobierno que presume su origen democrático. A ver si no salen con que “a Chuchita la bolsearon”.