Magno Garcimarrero
Agua que nos da la vida,
agua que es lluvia y es mar
y que en su eterno viajar
es espejo y avenida,
hallo en tu entraña querida
los frutos para mi red
igual que calmas la sed
para mi gozo y consuelo,
y lo que pesca mi anzuelo
es solo por tu merced.
Es el agua en su bondad
nuestro placer y sustento
pues en noventa por ciento
Dios nos hizo de humedad,
y siendo esta gran verdad
en la que creo y confío,
sintiendo el planeta mío
en su azul inmensidad,
lloro de felicidad
y mis lágrimas son río.
M.G.