-Victor Roccas.
Decenas de veces he argumentado la razón por la cual no voto ni votaré entre tanto este sistema electoral y partidista reine sobre la constitución, el pacto social pero sobre todo la consciencia política de cada ciudadano.
Ya que en serio, y debido a ello “les salió el chirrión por el palito”, convencieron a la gente para acudir a votar en una elección que de origen estaba repleta de ilegalidad, inconsistencia y miedo, una elección que de antemano calificaron como desigual y aún así aceptaron la violación constante de las reglas y normas que jamás respetaron, luego se rodearon de las peores figuras posibles, personajes de la vida partidista más reprobable y nefasta que haya existido hasta ahora para enarbolar una “supuesta oposición” con fe y esperanza (azotes de la humanidad), con liderazgos en esa oposición capaces de vender a su propia madre por un hueso, con un gremio periodístico y de comunicaciones arrogantes y soberbios, con intelectuales egomaníacos y políticos corruptos y chaqueteros (¿existen otros?), todos los mencionados lo sabían perfectamente y aún así promovieron la participación de una ciudadanía rehén de la pasión, la visceralidad, negándoles su también derecho a la información y consciencia política real con el fin de enfrentar a la maquinaria del estado, a la fuerza de la voluntad presidencial, a la necesidad de millones usada como chantaje para ganar la voluntad de un pueblo herido cautivo del caudillismo.
E insisto, con todas esas desventajas, vulnerabilidades, fragilidad y a sabiendas de como se las gasta Andrés Manuel López Obrador azuzaron a la gente para acudir a votar, enviaron a un ejercito de “convencidos militantes” sin fusiles a la batalla pues hoy lo que está legitimando el triunfo de Claudia no es el número de votos que le han favorecido, reales o no, gracias al fraude o no, motivados por la influencia de miedo de grupos del narco o las amenazas de perder los programas sociales traducidos en botín electoral, no, el triunfo de la elegida del Peje se garantiza por el récord de votantes que acudió a las urnas, lo cual se debe agradecer a la oposición y su valiosos aporte al disfrazar una elección desde el poder presidencial en una maravillosa fiesta de participación ciudadana, el pueblo en multitudes votando con libertad (SIC).
De nada vale ahora clamar justicia, aceptaron entrar en una apuesta amañada en contra del Peje y evidentemente el resultado era perder o pactar, aceptaron participar en una elección de origen ilegal así que ahora los liderazgos partidistas de oposición abrigan el resultado con hambre, como los carroñeros que son, recibiendo los huesos que desde el gobierno les han arrojado.
Triste pero real, el tan cacareado derecho al voto fue irresponsablemente vertido y coaccionado, francamente desperdiciado, en un ejercicio anti-democrático como esta elección y buena parte de la culpa la tienen quienes promovieron votar en una, insisto, elección totalmente ilegal.
Quienes acudieron a votar debieron hacer consciencia del arma tan peligrosa que es su voto, pues se acaban de dar un tiro en la pierna, y han condenado a generaciones de niños y adolescentes, que tampoco conocen el valor del voto y por ello no se les permite ejercer ese derecho y responsabilidad, repito, los han condenado a otros 6 años de un sistema de gobierno que jamás ha sido de izquierda, ni socialista, ni anticapitalista y mucho menos autoritario, el propio pueblo ha aceptado las condiciones que el Peje y sus achichincles impusieron, tuvimos la oportunidad para negarnos a participar de un ejercicio antidemocrático y retar al poder pero se prefirió aceptar ese tan controvertido autoritarismo con sumisión supina y falsa civilidad.
No se sorprendan, así lo aceptaron, acudieron a las urnas y ahora es oficial, México ha tenido la fiesta democrática más concurrida de la historia.
Primeramente las generaciones que lleguen a ostentar el poder del voto, su derecho al voto, lo sepan usar de manera más responsable que los adultos de hoy y no como un capricho infantil.
-V.Roccas.