Muelle 1
Carlos Alberto Duayhe
Este lunes se reunirán el ejecutivo federal Andrés Manuel López Obrador y su sucesora en el cargo, Claudia Sheinbaum Pardo, en una comida en Palacio Nacional que seguramente será un preámbulo no sólo de evidente amistad sino de los pendientes internos y externos que este cambio conlleva.
Antes que nada Claudia Sheinbaum, de Morena, obtuvo una mayoría sin precedente en lo que va de este siglo, con 35.9 millones de votos, más de la tercera parte del padrón que es de 98 millones y tres millones más del actual gobernante, en la elección del pasado 2 de junio.
Como en todo proceso están quienes la favorecieron con esa gran mayoría y quienes de plano han expresado asombro, molestia decepción, principalmente los seguidores de Xóchitl Gálvez (PRI, PAN, PRD), con aproximadamente 20 millones de votos y Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano, con seis millones de votos.
Esto supone que si bien en el sistema democrático unos obtienen mayorías y otros pierden en las urnas, Claudia tiene ante sí esa enorme responsabilidad de demostrar con palabras y acciones el enorme reto de ir conciliando intereses y expectativas de toda la nación, incluidos los que ni siquiera votaron ni en el país ni en el extranjero.
A saber si este tema será abordado por el saliente y la entrante, aunque es tiempo de reflexionar la importancia que requiere la unidad nacional ante fuertes desafíos en seguridad, justicia, economía, empleo, programas sociales, salud, educación, medio ambiente, cuidado de la naturaleza, infraestructura, marginación, alimentos, en fin, todo ello en el orbe globalizado con profundos avances en tecnologías, ciencias y por supuesto conflictos bélicos.
En el inter, el ejecutivo federal insiste en reformar el poder judicial al que considera –ha de tener sus datos- corrupto y en manos de una minoría, por medio de votación para elegir jueces y magistrados, a lo que se oponen la mayoría de integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por considerar una intromisión en el equilibrio de poderes que garantiza la Constitución.
Vaya pendiente que puede resolverse ahora que habrá mayoría morenista en las Cámaras a partir de septiembre, o bien esperar a que se llegue el cambio de sexenio con Claudia Sheinbaum a partir del 1 de octubre y sí hacer consultas y foros al respecto.
Ya se vio además que eso trae a los mercados externos a la expectativa, lo cual fue reflejado en un aumento en la paridad peso-dólar la semana anterior y obviamente a gobiernos extranjeros afines y contrarios al actual mandatario.
Así que por movimientos y expectativas no paramos.
Atraques:
1. Es de esperarse que haya muchos cambios en las políticas gubernamentales hacia las universidades públicas, más ahora que Morena tendrá la mayor parte de gobernadores en el país, tanto en modernizar la educación superior como en ciencias y tecnologías que tanto urgen.
2. De paso también impulsar la educación básica y las actividades artísticas y culturales, que vaya que necesitan cambios.
3. Y no estaría por demás emprender un programa –semejante al de Estados Unidos y otras partes- para certificar oficios y a técnicos en muchas áreas.