Aquí en el Congreso
Por José Antonio Chávez
Al interior del PAN estalló una serie de reclamos contra su líder, Marko Cortés, lo quieren crucificar como si fuera el responsable de los resultados del 2 de junio.
Max Cortázar, el eterno hombre de la comunicación panista, dirigió el sexenio de Felipe Calderón y gobiernos estatales, recriminó a Marko la falta de apoyo económico para Xóchitl.
Le atizó toda la culpa como si Marko Cortés fuera el único operador, estratega, coordinador, mandamás, manager, de la campaña. Vaya como si hubiese sido el hombre orquesta.
De entrada, la comunicación fue ligera, no registro estrategias de fondo que permearan a los de enfrente, vaya se apendejaron cuando le dieron un gancho al hígado a Sheinbaum con la frase de narco candidata. No supieron, los brillantes estrategas de Xóchitl que hacer con se filón de oro.
Max estuvo al frente como el mandamás para llevar la comunicación, su error de siempre ingresar a sus cuates en el manejo de difusión, rescatar a los hombres que trabajaron con gobernadores manchados de corrupción y vendidos totalmente al régimen de AMLO. Desde luego hablamos del ex de Quintana Roo que entregó el estado, como otros d sus pares priistas al Presidente a cambio de embajadas o consulados.
Tampoco dicen que ellos, los del primer circulo de Xóchitl la maniataron, la quisieron transformar y nomás no les resultó. La Presidencial se tuvo que quejar con los mandamás de los partidos del PRI, PAN y PRD porque nomás no la dejaban ser como es la auténtica candidata.
Por eso tuvieron ue meter la mano para prepararla en el segundo debate que l fue requetebién, solo el primer circulo no lo aprobó, vaya no les gustó.
La quisieron corregir, cuando todo mundo sabe que su fuerte fue su forma natural de hablar, incluso sus groserías bien encausadas, sus pinches y sus chin y más. Se espantaban cuando hablaba en su forma natural, en su lenguaje y querían enmendar su vocabulario porque pensaban que era ofensivo. Una total aberración y mala estrategia.
La realidad es que los cercanos a Xóchitl, incluyendo Max la amarraron de las manos y hoy quieren buscar a quien culpar.
Que no le dieron dinero, que no la apoyaron y que ahora deben renunciar, se suman las voces de panistas coyones, que no salieron a dar la cara para contestarle al Presidente que les atizó una y otra vez en todo lo largo de su sexenio, todas las descalificaciones de corruptos y que no tienen llenadera.
Ahora, después de ahogado el niño, quieren cambios de dirigencia y quieren enderezar el partido, cuando en plena campaña, muchas de esas voces gozaban el espectáculo desde su confort para no ensuciarse y despeinarse, mucho menos enemistarse con el Presidente.
Jachavez77@yahoo.com