Ricardo Del Muro / Austral
Ante la escasez de refugios y el alto costo del alquiler de un departamento en Nueva York, una de las ciudades más caras del mundo, los migrantes han desarrollado un método que llaman “cama tibia”, que consiste en compartir el alquiler de una pieza y turnarse en el uso de la cama.
Así, mientras uno de los inquilinos trabaja, el otro descansa y después intercambian. Esta práctica es común entre los migrantes que ya han logrado obtener un modesto empleo o laboran en la informalidad para sobrevivir en Nueva York, la icónica “puerta de América” que actualmente enfrenta una crisis migratoria que hace recordar la época de los Tenement de finales del siglo XIX.
Desde 2022 han llegado casi 200 mil migrantes a Nueva York, muchos de ellos en autobuses fletados por las autoridades de Texas y otros estados fronterizos de Estados Unidos, provocando una crisis de alojamiento en los refugios que han limitado los tiempos de estancia bajo techo.
El drama de vivir como informal en Nueva York no radica en la falta en la falta de empleo sino fundamentalmente en el costo de la comida y la vivienda. El tamaño promedio de un departamento de 180 metros cuadrados en Manhattan es de casi 4 mil dólares al mes, por lo que la mayoría de los migrantes buscan barrios más baratos como Queens o el Bronx donde pueden encontrarse departamentos de una habitación por mil dólares al mes (entre 18 mil y 20 mil pesos), que son inalcanzables para muchos. Ante esto, la opción es compartir con dos o tres personas el costo de la habitación.
Lo paradójico es que está lucha cotidiana de los migrantes y sus familias por sobrevivir no es una novedad en la historia de Nueva York, como lo muestra el Museo Tenement, ubicado en el 103 de la calle Orchand del Lower East Side en Manhattan, un barrio que a finales del siglo XIX y principios del XX albergó a la mayor parte de los migrantes europeos, desde los irlandeses que huyeron de la hambruna hasta los sobrevivientes del holocausto, que llegaron a esta ciudad y tuvieron que vivir en Tenements, como se les conoció a los edificios oscuros e insalubres, en departamentos de una o dos recámaras y un baño común.
La historia de estos inmigrantes empobrecidos del Lower East Side neoyorquino se conoce gracias al trabajo de Jacob August Riis (1849 – 1914), un fotoperiodista y reformador social danés que emigró a Estados Unidos en 1870 y es célebre por sus reportajes gráficos en el New York Tribune, en donde denunció las duras condiciones en que vivían los habitantes de los barrios pobres neoyorquinos.
En 1890 publicó su libro “Cómo vive la otra mitad”, que se convirtió en un éxito de ventas. El libro, originalmente ilustrado con semitonos (halftones) y grabados basados en sus fotografías, mostró las condiciones de vida en los barrios obreros de Nueva York y entre sus lectores, impresionó a Franklin D. Roosevelt para promover los tres primeros proyectos de vivienda pública en Estados Unidos: First Houses (1935-36), Williamsburg Houses (1936 – 37) y Harlem River Houses, ubicadas en Nueva York.
La idea de construir un museo en honor a los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos proviene de la activista Ruth Abraham. Su intención era localizar viviendas en Nueva York para mostrar cómo vivían esas familias. Así encontró el edificio ubicado en el número 97 de Orchard Street, que aún tenía varios elementos originales. Se estima que entre 1863 y 1935 vivieron allí más de 7 mil personas originarias de 20 países diferentes. En total, el museo restauró siete departamentos, una cervecería alemana y en el edificio vecino (en el número 103) recreó varios departamentos de inmigrantes que llegaron después de la Segunda Guerra Mundial y una fábrica de ropa en Chinatown.
El Museo Tenement fue fundado en 1988 por Ruth Abraham y Anita Jacobson. La propiedad principal del museo, el edificio ubicado en 97 Orchard Street, fue clasificada como monumento histórico nacional el 19 de abril de 1944 por el Servicio de Parques Nacionales, pero está administrado por el Museo Tenement de Lower East Side.
El edificio fue construido por el inmigrante Lukas Glockner en 1863 y originalmente tenía 22 apartamentos y una sala en el sótano. Con el tiempo, seis departamentos se convirtieron en tiendas comerciales, lo que dejó 16 apartamentos en el edificio. A lo largo del tiempo se hicieron algunas modificaciones que fueron establecidas por las leyes de vivienda, como la instalación de plomería, dos inodoros por piso, conductos para el gas y la electricidad.
En 1935, en lugar de seguir modificando el edificio, el propietario desalojó a los inquilinos y clausuró los pisos superiores, dejando en uso sólo los comercios.
No se realizaron más modificaciones hasta que el Museo Tenement se hizo cargo del edificio en 1988.
El museo tiene una particularidad: todos sus inquilinos, desde los Schneider, propietarios alemanes de una cervecería entre 1863 y 1880, hasta los Baldizzi, inmigrantes italianos que vivieron la gran depresión de los 1930, vivieron realmente en el 97 o 103 de Orchand Street, los dos edificios de ladrillo ubicados en el barrio Lower East Side, donde se han recreado sus apartamentos.
Después de conocer Ellis Island, visitar el Museo Tenement es una buena forma de conocer la historia de la migración en Nueva York, un proceso que forma parte de la identidad neoyorquina y que continúa hasta la fecha, en nuevos barrios como Queens o el Bronx, donde siguen llegando familias, ahora desde América Latina, que buscan hacer realidad el sueño americano. RDM