Ricardo Del Muro / Austral
Ha sido una lamentable historia que cada año se repite. Fuertes lluvias, tormentas eléctricas y, en consecuencia, deslaves, inundaciones y fuertes corrientes que tienen la fuerza para arrastrar vehículos es la crónica anunciada de los aguaceros que todos los años, en estas fechas, caen en Chiapas.
Al menos cinco municipios registran afectaciones por las lluvias torrenciales de los últimos diez días, señalan los primeros informes del Sistema Estatal de Protección Civil. En el Soconusco, se desbordó el río Suchiate y afectó una docena de hectáreas sembradas con plátanos, por lo que los productores ya pidieron al gobierno estatal una declaratoria de emergencia.
También se han registrado deslaves en la comunidad Naranjal del municipio de Chanal; en el tramo carretero Comitán – Las Rosas; están incomunicados los ejidos San Lorenzo y Bonfil en Palenque y hay socavones en el puente vehicular de la carretera Palenque – La Libertad.
De los 124 municipios del estado, 41 de ellos, incluyendo la capital Tuxtla Gutiérrez, están expuestos a altas precipitaciones, en los que están identificadas 6 mil 404 localidades que albergan a una población de un millón 858 mil 913 personas, señala el Programa Especial de Protección Civil.
Recientemente, a través del Comité Estatal de Emergencias, se dio a conocer que se prevé una temporada de lluvias y ciclones bastante activa para este año. “Se muestran porcentajes de probabilidad de lluvia por arriba de lo normal, especialmente a partir del trimestre mayo – julio, así como probabilidades de desarrollo de condiciones de La Niña para el segundo semestre del año, lo que significa mucha lluvia para la entidad”, señaló un comunicado de la dependencia.
La temporada de lluvias abarca de mayo hasta la segunda semana de octubre. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pronosticó para este año de 15 a 18 ciclones tropicales en el Pacífico y de 20 a 23 en el Atlántico; sin embargo, esto no quiere decir que todos llegarán a México. El país recibe de cuatro a cinco ciclones en promedio cada año, aunque no es posible saber el momento ni el lugar del impacto, por lo que se debe observar la evolución del fenómeno y tomar medidas de precaución en las zonas de alto riesgo.
Aunque son fenómenos cíclicos, cada aguacero deja su marca y saldo de daños y víctimas. Las intensas lluvias en junio del año pasado provocaron graves daños en siete municipios del norte de Chiapas. Aunque no hubo personas lesionadas, en Pichucalco tuvieron que ser evacuadas mil 500 personas ante el riesgo del desbordamiento del río.
Uno de los fenómenos que más daño causó a Chiapas fue el huracán Stan, que se formó en los primeros días de octubre de 2005 en el Océano Atlántico, que provocó el desbordamiento de 98 ríos y cuantiosos daños en 800 localidades de 40 municipios, principalmente en Tapachula, donde se desbordó el río Coatán, arrasando 2 mil 500 viviendas y provocando la muerte de aproximadamente mil 620 personas.
Tras la reconstrucción en los municipios dañados, donde todavía hoy se pueden ver huellas del huracán, el 11 de septiembre de 2014 se creó la Secretaría de Protección Civil, con lo que se fortaleció la operación del Sistema Estatal de Protección Civil, y siete días después, el 18 de septiembre de ese año, se publicó la nueva Ley de Protección Civil del estado de Chiapas, una ley de carácter preventivo para garantizar la seguridad de la población; dos años después, en 2016, se reformó la constitución chiapaneca para elevar a rango constitucional la protección civil como un derecho humano.
Cabe destacar que la implementación exitosa del Programa Preventivo de Protección Civil PP5 y el saldo blanco durante las contingencias ocasionadas por el huracán Bárbara y la Tormenta Tropical Ingrid y Manuel, dieron como resultado que se otorgara al Consejo Estatal de Protección Civil de Chiapas, el Premio Nacional de Protección Civil 2014.
Ante la temporada de lluvias y ciclones tropicales, la Secretaría de Protección Civil del Estado de Chiapas, cuyo titular es Luis Manuel García Moreno, realiza una labor permanente de identificación y análisis de riesgos en las zonas más vulnerables a sufrir daños.
Sin embargo, en 2020 hubo inundaciones en 52 municipios, prácticamente la mitad del territorio chiapaneco, además de que el Frente Frío 11 y la depresión tropical Eta ocasionaron que por lo menos 22 personas perdieran la vida en la entidad, mientras que 87 ríos y arroyos se desbordaron.
Al año siguiente, en junio de 2021 hubo intensas lluvias en Tuxtla Gutiérrez que provocaron los desbordamientos de los arroyos 24 de Junio, Santana y Potinaspak. Aunque los niveles del río Sabinal, que atraviesa la capital chiapaneca, se mantuvieron en un nivel bajo, se inundaron las colonias cercanas a los 22 arroyos que hay en la ciudad. En esa ocasión, dos personas que intentaron rescatar su automóvil que quedó varado al intentar cruzar una corriente cerca de la Central de Abasto, al norte oriente la ciudad, fueron succionados por una alcantarilla.
De igual manera, el año 2022 fue particularmente trágico para los habitantes del norte de Chiapas y algunas regiones del estado de Tabasco, por el paso de la tormenta tropical “Karl”, que dejó un saldo de 22 personas fallecidas, 16 mil afectados, 32 municipios con presencia de daños y 19 mil 486 viviendas inundadas.
Las fuertes lluvias y los daños en las comunidades rurales más pobres de la entidad, muchas de ellas ubicadas en zonas peligrosas, como barrancas y junto a los ríos, es una historia que se repite todos los años, principalmente en septiembre y octubre que son los meses más lluviosos. RDM