Día Hábil
Yasmín Esquivel Mossa es una sinvergüenza, copiona y farsante.
La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), esposa de José María Riobóo, contratista preferido y amigo de Andrés Manuel López Obrador, se atrevió el lunes a exigir la renuncia de Norma Lucía Piña Hernández, presidenta del máximo tribunal, “porque no es una interlocutora capaz entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial”.
Se refiere, por supuesto, a que Piña Hernández no se sometió jamás a los designios del ídolo de Macuspana, pero la realidad de ese odio es la envidia, porque haber plagiado la tesis para titularse del nivel licenciatura en Derecho por la UNAM -después se conoció que también la de doctorado en la Anáhuac- le quita toda autoridad moral, en primer lugar, y la dejó fuera del puesto, porque su amo López Obrador quería que ella fuera la presidenta.
La reforma judicial, que el tabasqueño empuja y quiere aprobada en septiembre, antes de dejar el cargo, no sólo pretende que el pueblo bueno elija a mil 649 jueces, magistrados y ministros, sino que la SCJN quede en sus manos.
El trasfondo es que la Corte echó abajo sus desquiciadas reformas, porque así lo ordena la ley cuando se viola la Constitución, y no por tratarse de una invasión de atribuciones, como argumenta López y sus fieles le creen.
La elección de los ministros y jueces por votación del pueblo bueno no cae bien ni a los leales a Andrés Manuel.
Loretta Ortiz Ahlf, propuesta por el de Macuspana, Tabasco, a la Corte ha dicho que éstos no deben llegar por elección popular y que no se dan en maceta.
Durante una conferencia sobre inteligencia artificial en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Ortiz Ahlf hizo un paréntesis para abordar la reforma judicial y expresó su preocupación sobre la elección.
La esposa de José Agustín Ortiz Pinchetti, cercano al tabasqueño y fundador de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), partido que inventó y administra el hoy presidente, sorprende con su posición.
Margarita Ríos Farjat, también ministra e igualmente propuesta por Andrés Manuel, dice ser neutral, pero se pronuncia porque el Poder Judicial sea integrado de manera distinta, no a través de las urnas.
José Luis González Alcántara, impulsado por él, ha sido descalificado desde Palacio Nacional, al acusarlo de salir conservas por no votar a favor de sus locuras e ilegalidades.
Esquivel Mossa es la otra becada que impulsó el señor que tiene otros datos.
– Yo no considero que sea el perfil para llegar a la Corte, los abogados que necesita la Corte deben tener un perfil específico y éste no se puede alcanzar en las urnas, ha dicho Ortiz Ahlf, la ministra que suele votar todo a favor de quien la patrocina.
Cabe recordar cómo Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien renunció a la presidencia de la SCJN, en franca violación a la Constitución, que ordena una grave causa para hacerlo, para sumarse al equipo de Claudia Sheinbaum Pardo, la candidata presidencial de Morena y ganadora del proceso, apoya, por supuesto, la elección como método, pero se contradice porque ha declarado que eso le resta imparcialidad.
-No necesariamente el más simpático es el mejor juez, ha señalado.
Y tiene razón.
Vámonos: Vaya pleito entre Marko Cortés, Javier Lozano y Felipe Calderón. Ninguno asume su responsabilidad en las derrotas del Partido Acción Nacional (PAN).
alberto.montoya@diahabil.com. @albermontmex