homopolíticus
pavesoberanes
El número de malhechores no autoriza el crimen.
Charles Dickens
Catorce diputados a la Legislatura 55 se robaron ayer los votos ciudadanos que mandatan el control político de la Cámara de Diputados a partir de septiembre venidero, porque así lo contempla la ley. De esos 14, tres serán parte de la Legislatura 56, vía la dañina reelección: Pancho Sánchez y Guadalupe Gordillo del PAN, así como Tania Valentina Rodríguez del PT.
Quién iba a pensarlo: las bancadas graquista y cuauhtemista realizaron una cumbre para ejecutar el siguiente golpe y último, unidas por la ambición desenfrenada: modificar la ley para evitar que MORENA se hiciera legalmente del control político de Gándara sin número.
Hasta antes del asalto a la voluntad popular —la modificación al reglamento interno del cual mamaron alegremente de 2021 a 2024—, la ley orgánica contemplaba la Mesa Directiva, la Junta Política y la Comisión de Hacienda para el partido o coalición que obtuviera la primera mayoría, la mayoría calificada o mayoría absoluta, es decir, MORENA.
En la recreación política, Ramírez y Blanco se unieron por primera vez en nueve años para ejecutar una de las peores formas de reparto vulgar del poder: robarse los votos ciudadanos a través de su fiel, aunque traicionera servidumbre de la Cámara de Diputados.
Sin gorra, anteojos oscuros, tatuajes y armas de fuego, la catorcena de malandros perpetró robo con violencia contra la voluntad popular expresada en las urnas el 2J. La L56 podrá revertir tal abuso con una votación igual.
A 47 días del naufragio cameral, quienes votaron a favor de complotar contra MORENA, fueron: Tania Valentina Rodríguez, Verónica Anrubio, Érika Gordillo, Margarita Soriano, Marguis del Rayo, Luz Dary Quevedo y Guadalupe Gordillo, así como Pancho Sánchez, Óscar Cano, Julio Solís, Alberto Retroexcavadora Sánchez y Ángel Adame. El falso obradorista Agustín Alonso chico —«Soy obradorista, no morenista»— se ausentó de la sesión para no seguir lesionando su imagen mitad graquista, mitad cuauhtemista.
Papagüevo*, el diputado Alejandro Martínez votó «en abstención». De la tribuna, Pancho Sánchez le habría hecho una seña, en actitud de extrañeza y advertencia. Sin honra, modificó el sentido de su voto: «es a favor».
[*] Persona simplona, demasiado ingenua, incauta, muy cándida y sencilla de embaucar.
letraschiquitas
Para José Luis Urióstegui, la familia de los tres hombres asesinos de un policía estatal tiene responsabilidad en ese y los demás casos. Sabe el presidente municipal de Cuernavaca que hay padres modelo e hijos educaditos que resultan unos verdaderos pillos de cuello blanco y siete suelas, como los hay en Motolinía 2***. Vaya acertijo de la Fiscalía general a cargo de Uriel Carmona, que ni Ernestina Godoy resolvería siendo fiscal de la CDMX: en la socialización de las fichas de ayuda para encontrar a los tres delincuentes que mataron al policía estatal, puso a Puente de Ixtla, Temixco y Cuernavaca como «lugar de los hechos»***. Enjuague* político-partidista-electoral aparte, cómo es posible que el responsable de mantener a Cuernavaca sucia, pestilente y contaminada —con servicios públicos deficientes—, Gerardo Abarca, haya sido premiado por el PAN con una diputación plurinominal, que ya le quitaron.
[*] Negociación sospechosa que se hace entre varias personas o situación muy compleja y poco clara que se produce en un momento dado.