Lucio Anneo Séneca, una de las más elocuentes mentes de la antigua Roma, seguidor del pensar de los grandes maestros estoicos a los cuales no imitó de manera fiel, siempre reconoció cuatro virtudes fundamentales: sabiduría, justicia, coraje y disciplina; con voz de trueno dijo: Calamitas virtutis occasio est.
Esa calamidad de referencia viene al caso referirla, diciendo que: nunca nuestro Poder Judicial Federal ha sido tan grande como en la adversidad por la cual hoy atraviesa.
El Primer Magistrado de la Nación pretende con su Reforma Judicial que nuestros recintos de impartición de justicia queden sujetos a su malvada forma de gobernar, de esa forma, su poder político institucionalizará para sí el control de la constitucionalidad en la vida del Estado de Derecho. Ese control ya no quedará a cargo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quedará a cargo de las ocurrencias del Poder Ejecutivo Federal.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, con esa insulsa ocurrencia, será integrada por ministros de elección popular, la cual se hará de manera similar a las elecciones presidenciales mediante sufragio, éste voto escogerá a los candidatos impreparados que sean apoyados por el fenómeno de la narco-política, para que finalmente y en su momento, el Honorable Congreso de la Unión emita la declaratoria de rigor. Vaya insensatez que a no dudarlo, es otro desacierto en su forma de pensar y gobernar.
De acuerdo con esa “Reforma Judicial”; la Suprema Corte de Justicia, se asociará con sus narco-políticos impunes, con sus oficiales castrenses y se erigirá en Suprema Corte para conocer y resolver en sus dictámenes sobre los deseos del Supremo Gobierno, se erigirán así, en cortes marciales para sancionar a todos aquellos adversarios políticos.
Si se compara la “Reforma Judicial” con “el atraso y la arbitrariedad”, se observará que en el documento de Andrés Manuel López Obrador, se han explicitado, estirado y aumentado sus ocurrencias para con ellas dañar a nuestra justicia. Ésta consecuencia es verdaderamente natural en su sistema absurdo de gobernar.
Empero, jueces, magistrados, ministros y abogados independientes ahora le vamos a estorbar diciendo: no al voto popular, toda vez que en éste momento político la adversidad nos concedió el don de despertar la inconformidad con su forma de mandatar.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..