Día Hábil
Los traidores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) insisten en poner el tricolor a disposición de Andrés Manuel López Obrador.
Ponerlo a su servicio.
No se conforman con haberse entregado ellos.
Desde Claudia Pavlovich Arellano, pasando por Quirino Ordaz Coppel, Carlos Miguel Aysa, Omar Fayad Meneses y Carlos Joaquín González.
Todos con embajadas, consulados y becas por haber entregado los estados que gobernaban.
En la lista aparece también Eruviel Ávila Villegas, un pobre diablo trepador que llegó a alcalde de Ecatepec y, luego, con el chantaje de irse como candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), a gobernador del Estado de México por decisión de Enrique Peña Nieto sobre su primo, Alfredo del Mazo Maza, a la postre también agachón para que Delfina Gómez Álvarez, la pobre mujer que no puede hilvanar una frase, le sucediera en el cargo y acabara con el dominio del grupo Atlacomulco.
Eruviel, senador por el tricolor, será senador por el Partido Verde.
Así de congruente.
Del Mazo, en tanto, espera el llamado desde Palacio Nacional para conocer su destino, al igual que Alejandra del Moral Vela, la candidata perdedora de la coalición Va por el Estado de México que decidió unirse a Claudia Sheinbaum Pardo en la recta final de la campaña presidencial.
Y la lista continúa.
Alejandro Murat Hinojosa, ex director del Infonavit y gobernador de Oaxaca con el impulso de Peña Nieto, sin olvidar, por supuesto, a Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Nuvia Mayorga Delgado y más, expulsados del PRI por la dirigencia que encabeza Alejandro Moreno Cárdenas, Alito por trabajar en contra de los objetivos partidistas.
Ahora Dulce María Sauri Riancho, junto al dueño de un centenar de taxis, Enrique Ochoa Reza, y hasta Manlio Fabio Beltrones Rivera, que pidió protección por las cuentas que tiene en Andorra a nombre de su hija Sylvana Beltrones Sánchez con la nada despreciable cantidad de 10.6 millones de dólares -unos 200 millones de pesos-, se han sumado e insisten otros vividores como el ex gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores; el de Nuevo León, José Natividad González Parás, y el de Chihuahua, José Reyes Baeza.
Todos, absolutamente todos, gozaron del poder y el dinero que significan los altos cargos en la política y hoy se dicen inmaculados.
Todos quieren vivir, como desde hace años, del erario, del dinero público, acaso porque vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.
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alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex