Ricardo Del Muro / Austral
Diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos acusaron a las autoridades de Francia de acelerar la “limpieza social” desalojando a cientos de personas, en su mayoría migrantes, de campamentos ilegales en París antes de la llegada de los invitados a los Juegos Olímpicos.
Los desalojos habían sido denunciados, desde el 11 de julio por The New York Times en un reportaje de Sarah Hurtes y Segolene Le Stradic, que visitaron campamentos callejeros, edificios abandonados y refugios de emergencia en París y Orleans, pero la noticia se viralizó el miércoles al ser difundido un video donde la policía francesa desmanteló dos campamentos de migrantes en el norte de la capital francesa, donde se alojaban unas 230 personas.
Esta acción se produce en un momento crítico para la capital francesa, que está a punto de arrancar la cuenta regresiva para el inicio de los Juegos Olímpicos, programados del 26 de julio al 11 de agosto, y que además ha vivido serias jornadas de protestas tras las recientes elecciones legislativas.
La mayoría de los migrantes provienen de países africanos francófonos como Burkina Faso, Guinea, Costa de Marfil y Senegal. La incertidumbre sobre el futuro de estas personas persiste a medida que se acercan los Juegos Olímpicos. La falta de soluciones de alojamiento a largo plazo y la posible continuación de los desalojos generan un clima de preocupación entre los migrantes y las organizaciones que los apoyan.
Realmente han llevado a cabo una limpieza social masiva justo antes de que empiecen los Juegos, declaró Paul Alauzy, de Médicos del Mundo y también portavoz de Revers de la Medaille (El reverso de la medalla), asociación que denuncia el impacto social del certamen, especialmente la expulsión de migrantes y otras personas sin hogar de las calles parisinas.
Alauzy afirmó que “la idea es simplemente ocultar la miseria y las personas sin hogar en toda Francia, sin dar más recursos a las autoridades locales y, para aclarar las cosas, antes de los Juegos Olímpicos, realmente esto no funciona a nivel humanitario”.
En un informe del mes pasado, Revers de la Medaille, que agrupa a 80 asociaciones defensoras de derechos humanos, indicó:
“Este verano, París y su región podrán presentarse de una forma que las autoridades consideren favorable: una Ciudad de la Luz estéril, con su miseria casi invisible, sin zonas de vida informal significativa, barrios y bosques “limpios”, sin mendigos, consumo de drogas ni trabajo sexual”, subrayó el documento.
Según datos oficiales, antes de la justa, el ayuntamiento ya trasladó a 5 mil 200 personas sin techo de la ciudad. Al mismo tiempo, las asociaciones para la protección de los refugiados afirman que desde abril de 2023, cuando comenzaron los preparativos para la cita veraniega, más de 12 mil 500 personas fueron expulsadas de la capital francesa.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha prometido que los Juegos Olímpicos mostrarán la grandeza del país. Pero la Villa Olímpica se construyó en uno de los suburbios más empobrecidos de París, donde miles de personas viven en campamentos callejeros, refugios o edificios abandonados, señalaron los reporteros del New York Times.
En el último año, la policía y los tribunales han desalojado a unas 5 mil personas, en su mayoría hombres solteros, según Christophe Noel du Payrat, alto funcionario del gobierno de París. Los funcionarios municipales les animan a subir a autobuses con destino a ciudades como Lyon o Marsella.
No hay suficiente espacio para albergar a las 100 mil personas sin hogar que viven en París y sus alrededores – la mitad del total de Francia -, por lo que el gobierno creó 10 albergues temporales en todo el país el año pasado.
El gobierno niega que el transporte en autobús esté relacionado con los Juegos Olímpicos, pero los reporteros del NYT obtuvieron un correo electrónico, del que informó primero el periódico L´Équipe, en el que un funcionario de vivienda del gobierno decía que el objetivo era “identificar a las personas que viven en la calle en lugares cercanos a las sedes olímpicas” y trasladarlas antes de los juegos.
El corazón de los Juegos Olímpicos es Sena – Saint – Denis, donde aproximadamente uno de cada tres habitantes es migrante, el porcentaje más alto del país. El gobierno se ha gastado miles de millones en reurbanizar la zona.
El año pasado, la policía intensificó las redadas en campamentos de personas sin hogar y edificios abandonados. En colaboración con las autoridades municipales, desalojaron a las personas y dijeron que ayudarían a realojarlas.
De hecho, es el Estado francés quien financia y organiza estos traslados en autobús desde la región parisina, pero aseguran que son sólo para “quienes lo deseen”.
Les proponen elegir entre diez ciudades de destino, entre ellas Rouen, Burdeos, Toulouse, Marsella y Lyon. Los servicios estatales aseguran que “al día siguiente de su llegada”, un trabajador social los recibe. Esta acogida en un centro temporal dura en teoría tres semanas, antes de un nuevo destino dependiendo de la situación de cada persona sin hogar. RDM