La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
No tan sólo es el desarrollo económico, también es el concepto del mundo
Siempre que hacemos un análisis comparado entre México y los Estados Unidos, hablamos de las asimetrías económicas: desarrollo industrial, mercado interno, infraestructura en comunicaciones, tecnificación de la agricultura y un largo etcétera.
No obstante, hay otra asignatura en la que tienen un mayor grado de institucionalización y que acá solemos ignorar: la urbanidad política, con sus claras excepciones, como Donald Trump y toda la cauda de ultraderechistas que vociferan cualquier cantidad de locuras.
A pesar de lo anterior, la y el político promedio estadounidense, observan ciertas reglas relacionadas con la imagen pública, mismas que consisten en privilegiar los intereses colectivos por encima de los individuales.
Días atrás, hicimos una crítica sobre la negativa de Joe Biden en retirarse de la carrera presidencial, cuando el principio de realidad indicaba que su edad se había convertido en un obstáculo sobre cualquier posibilidad de triunfo, pero, al final, imperó la cordura y dio un paso lateral, para ceder ante las peticiones de sus compañeros.
En el caso de Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, aceptó públicamente que el atentado contra Donald Trump fue un desastre en la actuación de sus subordinados y con el objetivo de facilitar las investigaciones, renunció al cargo.
Así pues, por citar dos triste ejemplos: ¿se podrían imaginar a Marko Cortés y/o Alejandro Moreno, dimiendo de su cargo en pro del bien común?
Como dijera la gran Cristina Pacheco: aquí nos tocó vivir.