CAFÉ DE MAÑANA
Por José Luis Enríquez Ambell
Casi siempre los ingenios de la industria azucarera, sobre todo los ubicados en la geografía veracruzana, no tuvieron la fortuna de ser asentados o instalados en las cabeceras municipales, y por alguna razón los ingleses así lo decidieron. Incluso cubanos y holandeses, al incorporarse a la industria de las chimeneas, dejaron todo igual.
Es ahí donde empieza todo su viacrucis, en el terreno de los caminos y arterias por donde se transporta la caña de azúcar en su conjunto, es decir, insumos y equipo para llegar a producir el azúcar en los molinos, cuchillas y calderas de los ingenios en sus diversas modalidades, así como los subproductos: la panela, el bagazo, el bagacillo, la cachaza, el melote, la melaza y la vinaza, incluso el alcohol.
Y es que los fleteros de la caña, trabajadores cañeros, así como los azucareros, industriales y sin descontar el tráfico común en esas regiones, usan, a fuerza de la necesidad, caminos rurales, municipales, estatales y hasta federales y concesionados. Y entonces, como es demasiada la diversidad de tipos en el uso de unidades sobre las carreteras, se echan la bolita unos a otros, y la administración de todos los sectores aludidos evita la carga de darle mantenimiento a los caminos, y al final, nadie o muy pocos hacen algo, por no decir que nada.
Justo hace dos meses acabó el ciclo de la zafra y se empata con la época de lluvias, en pleno periodo de reparación de las fábricas, y los caminos y puentes en zonas cañeras están en muy malas condiciones, igual en la región de Córdoba que en la cuenca del Papaloapan, en los Tuxtlas, Lerdo y Cabada, en el Higo, Coatepec o Pánuco. Pero en el entorno a las 18 factorías veracruzanas todos los caminos cañeros están en pocas óptimas condiciones, por no decir que en muy malas.
Oí decir a mi padre (QEPD), como obrero de la industria azucarera, que el exgobernador Agustín Acosta Lagunes decía: “Que no puede haber desarrollo si no hay una vereda real”, y así se refería el economista y servidor público federal a la importancia que tienen los caminos para la producción y el desarrollo en su conjunto.
Es un problema que golpea al campo cañero, azucarero y de la industria en Veracruz – casi el 40% de las 212 municipalidades siembran caña de azúcar – y los caminos están destrozados con obras inconclusas o mal hechas desde hace varios años. Pero también es de decirse que muy poco o nada se ha invertido en la red de caminos cañeros por la federación, estado y municipios.
En Veracruz somos un estado con poco más de 8 millones de habitantes y existen 18 ingenios azucareros en producción de las 49 factorías en México, lo que equivale al 36 % de ellas, y se traduce en empleo directo para 1 millón de personas, lo que significa el 12 % de la población. La caña de azúcar se convierte así en parte de la espina dorsal de la economía estatal y nacional.
Los trabajos para las obras de conservación y mantenimiento a los caminos cañeros quienes los invierten son la comunidad cañera e industrial, pues desde hace varios años cada uno de los productores de caña de azúcar aporta entre 5, 6, 7 o hasta 8 pesos por tonelada que entregan a las factorías. Y los descuentos presumen ser transparentes, y se hacen a través de acuerdos establecidos en el seno de los comités de calidad y producción cañera en cada ingenio.
Lo anterior constituye una bolsa de recursos que permite a los industriales azucareros – y donde ellos en algunos casos aportan similar cantidad – programar y ejecutar obras para la conservación y el mantenimiento de los “caminos alternos y subalternos”, y mejorar las condiciones del transporte de la cosecha de caña desde el campo a las fábricas.
En promedio, la producción ha venido siendo de unas 700 mil toneladas de caña por ingenio (industrializada), y hay 18 en el estado, es decir, se juntan cerca de 180 o 200 millones de pesos.
Dicho de otra forma, ingenio y productores aportan casi 10 MDP para obras de caminos, una suma de esfuerzos considerable, y que aumenta la inseguridad en esas regiones.
En el financiamiento de obras de ese tipo, hay autoridades de los ayuntamientos que tratan de engañar o simular que ellos las realizan y buscan cobrar de una manera ilegal, pues solo crean la existencia documental, pero esa es otra historia, diría Nana Goya.
DE SOBREMESA
Desafortunadamente, todos los insumos aumentaron de manera muy importante y la mayoría de los cañeros de Veracruz no han podido fertilizar adecuadamente y recientemente, lo que les daña en el rendimiento de la caña y la producción de azúcar, sin omitir afectaciones que ocasionan diversas plagas, y peor si “los caminos saca cosecha” están en malas condiciones de tránsito.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
La carretera y puente que mejor pueden tener los cañeros y la industria del azúcar en Veracruz es que el sector gobierno en la próxima administración se sume en esfuerzos, pues el 37 % de los ingenios en el país que están en operación – 18 de 49 fábricas – deben ser escuchados, orientados y ayudados para resolver sus necesidades, no hacerlo será dejarlos a merced de posibles actos de corrupción y la inseguridad.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT
La conexión de autoridades en tareas de apoyo a las familias cañera y azucarera en el campo y caminos de Veracruz les ayudaría en la seguridad, el abatimiento en el rezago del desarrollo económico, pero también a “combatir la pobreza y vulnerabilidad social”.
¡ ES CUANTO !
José Luis Enríquez Ambell
enamjl62@gmail.com; enriquezambell@gmail.com
Secretario General de la Federación Auténtica de Trabajadores del Estado de Veracruz (FATEV – JLEG)
Registro Federal del Trabajo #5844 y Director General de la Consultoría y Asesoría Integral AECAI Torre Ánimas en Xalapa, Ver.