homopolíticus
pavesoberanes
· Radiografía del Gabinete Margarista / 2
El que paga para llegar, llega para robar.
Carlos Gaviria Díaz
Si es cierto que los hermanos Julio y Roberto Yáñez platicaron con Hugo Sánchez, Rafael Márquez y Jorge Campos para contratarlos como candidato a alcalde de Cuernavaca, cualquiera habría sido mejor que Cuauhtémoc Blanco en el cargo.
Los tres primeros, también futbolistas, se negaron a realizar lo que supusieron era un delito. Los hermanos Yáñez, autores de la ley estatal de Circo sin animales, habrían platicado con los cuatro en distintas fechas, en el mismo restorán de la Ciudad de México. Sólo Blanco, jugador del Puebla entonces, aceptó vender su candidatura, con el objetivo de obtener los votos suficientes para mantener el registro del PSD.
Quien paga o recibe dinero para ser candidato, no es un político profesional, sino un empresario. «Como empresario», dice Carlos Gaviria Díaz, «sólo pensará en sacar lucro, provecho, y en lo que menos pensará será en la gente».
—Voy a luchar por Cuernavaca, porque aquí he vivido 10 años. Esa fue la primera gran mentira de Cuauhtémoc Blanco, candidato en 2015 a la presidencia municipal por el Partido Socialdemócrata, firmando un contrato de servicios profesionales por siete millones de pesos, exclusiva que dio entonces homopolíticus.
—Soy de la gente que quiere trabajo, aquí me van a tener día y noche trabajando para la gente, prometió. Su paso por Cuernavaca —mica electoral conseguida con un acto de corrupción y constancia de residencia sin gratuidad, entre otros entonces delitos electorales— no sólo fue de desinterés y aventurerismo, sino de corrupción en sus dos acepciones.
La Legislatura 54 le arregló la Cuenta Pública de 2016 y 2017 de Cuernavaca. La red de corrupción que tejió su manejador como futbolista y mentor como político, aunque tampoco sabía nada de política, José Manuel Sanz, se atrevió a decir que Cuauhtémoc Blanco como político era su «peor negocio», aunque fue echado del gobierno estatal por esos actos faltos de honradez que se pagan con pena corporal.
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San Lunes. No le alcanzaron seis años a la diputada federal Alejandra Pani [Temixco, 1964], para realizar una obra pública o acción de interés colectivo en Morelos. Egresada de la Universidad estatal, es contadora pública. La próxima secretaria de la Contraloría, es modista y estilista. Pero lo que más le gusta es cocinar. Entonces perredista, su ficha laboral data de 1986, siendo contratada como coordinadora de Auditorías en Cuernavaca y en 2006 fue contralora municipal en Temixco, en ambos lados sin resultados de combate a la corrupción. De su paso por Jiutepec, de 2012 a 2016, como oficial mayor, se tiene registro de algún pendiente de tipo administrativo tal vez, sólo de oídas. Como lo es en el caso del paro de becarios de 2019 del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, en Jiutepec, donde se le relacionó con amplias listas de mujeres y hombres recomendación suya —Aviadores, dice la fuente. Testigos cuentan que Pani Barragán llegó un día a las oficinas centrales de dicho programa buscando a la directora del mismo, «gritando que era diputada federal».
Lo único que consiguió fue una conversación telefónica con Denise Molina, titular en Morelos de Jóvenes Construyendo el Futuro, en absoluto amable la diputada federal que en seis años sólo tiene siete asuntos legislativos: tres pendientes, uno publicado en materia fiscal, otro retirado y uno más desechado. En las proposiciones con punto de acuerdo, propuso acelerar las investigaciones de la construcción del Libramiento a Cuernavaca, bautizado como Paso Exprés por Graco Ramírez y autorizado por el presidente Enrique Peña, investigaciones que fueron rechazadas. A la diputada federal se le vincula con el equipo político de Rabindranath Salazar y la madre de éste, Rufina Solorio, como consta en múltiples fotografías en actos políticos de ambos.
Próxima entrega: Juan Salgado Brito, secretario de Gobierno
letraschiquitas
En la gira del adiós que realiza en el país, el presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo viernes y sábado en Morelos, estado donde él fue realmente el gobernador, por las obras y acciones que realizó su gobierno, en ausencia de Cuauhtémoc Blanco, que abandonó el deber. —Misión cumplida, grito LO, de modo ambiguo***. A menos que se deba a rigor periodístico, no se entiende el por qué la revista Proceso publicó sobre el expediente de Javier García Paniagua [†], padre de Omar García Harfuch, en este momento álgido, dada la cercanía de Julio Scherer Ibarra con el próximo secretario de Seguridad, ambos del equipo de Claudia Sheinbaum***. Muy propio de ella, Lenia Batres, llamó cobardes a jueces del país, por el sin pruebas envío de trabajadores del poder Judicial a los foros informativos de la Reforma Judicial, como supone. Sólo faltó decirles hijos de «su reputísima madre», como calificó a una vecina de la vecindad donde vivía La ministra del presidente.