Una de las poblaciones más olvidadas por el sistema de justicia mexicano son los niños y niñas que nacen y viven sus primeros años de vida dentro de los centros penitenciarios, debido a que en las prisiones no existen áreas seguras, libres de violencia para los menores de edad y donde puedan desarrollarse social y emocionalmente de forma adecuada, por lo que se encuentran en desprotección ante situaciones que ponen en peligro su integridad.
En entrevista, Mercedes Llamas, directora de proyectos en la fundación Reinserta, informó que en México, al menos 10 mil menores de edad viven y crecen dentro de prisión en los últimos 10 años y más de 500 mil niños tienen a su mamá o papá en prisión, por lo que visitan constantemente a sus familiares.
Comentó que ante la fuerte necesidad de atender a esta población de infantes, en 2013 se fundó Reinserta como una organización sin fines de lucro y a través de su programa “Niñez y Prisión” buscan la seguridad, protección y acompañamiento para niñas y niños que viven dentro de prisión o que tienen madres o padres privados de la libertad.
“Es una organización sin fines de lucro, se fundó en 2013 y se fundó porque, las cofundadoras Mercedes Castañeda y Saskia Niño de Rivera, empezaron a ver una necesidad muy fuerte con infancias y adolescencias marcadas por violencia, es decir, niños que nacen y crecen en prisión”, indicó.
Reinserta apoya a madres en prisión desde el embarazo hasta su separación
Explicó que el modelo del programa consiste en trabajar en los cuidados de la mamá que está privada de su libertad desde que está embarazada; después del parto, apoyan al bebé y la madre para que una crianza positiva y estimulación temprana dentro de los centros penitenciarios para que haya un apego positivo y posteriormente trabajan en realizan una separación sana.
Los infantes que nacen y crecen en las cárceles anteriormente permanecían junto a las madres de los 0 a los 6 años, sin embargo, Mercedes enfatizó que desde Reinserta lograron un cambio de ley para que la separación de los menores sea a los 3 años y a partir de ese momento, la organización comienzan a dar seguimiento a los niños para su vida fuera de prisión.
“Nosotros pujamos mucho por un cambio de ley, porque anteriormente se podía que los niños estuvieran en prisión hasta los 6 años, actualmente, logramos ese cambio en la ley y ahora se puede hasta los 3 años, entonces también preparamos a la madre y al niño para esta separación”, explicó.
Cuando los niños están fuera de prisión, detalló que la fundación les asigna los llamados cuidadores, quienes pueden ser el papá o mamá del menor o una persona nueva que esté capacitada en psicotrauma, en caso de que no tengan algún otro familiar, con la finalidad de que los acompañen y transformen la vida de los infantes.
“Les decimos cuidadores porque muchas veces, gran parte de estos niños, pues no tienen a su papá o a su mamá, pero muchas veces sí, entonces los cuidadores pueden ser la mamá, que lo trae aquí a Reinserta o el papá que trae a su niño o a su niña o adolescente aquí a Reinserta o las personas nuevas que los están cuidando, por ejemplo, trabajamos también mucho con DIF, entonces los cuidadores son las personas del DIF, trabajamos con un albergue de trata sexual, entonces los cuidadores de ese albergue vienen y también trabajamos con ellos”, puntualizó.
Además, buscan que el lugar donde vivan estos niños sea en un lugar digno y seguro, y que también tengan el mismo enfoque que la organización, por lo que a través de diferentes albergues o DIF, dan una intervención mediante un programa comunitario en esas casas y cada semana visitan estas instalaciones para darles una intervención psicológica y una grupal.
“Nosotros una vez a la semana, vamos a esas casas, ya sea a DIF, ya sea albergues, les damos una intervención grupal ahí y también buscamos que las personas, sus cuidadores, estén capacitados en el enfoque psicotrauma, para que ellos sepan también como tratarlos con el mismo enfoque que nosotros tratamos a los niños aquí, y que los espacios donde vivan sean dignos”, afirmó.
Con viajes o visitas a museos, buscan que niños vivan nuevas experiencias
Para brindar atención integral a niñas y niños que nacen y viven en prisión, así como las o los que tienen una madre o un padre privados de libertad, cuentan con espacios libres de violencia en sus instalaciones ubicadas en Insurgentes Sur, que constan de cinco bebetecas, un espacio de maternidad y una área de visitas infantil.
A su vez, con el propósito de transformar sus vidas y que vivan experiencias que difícilmente podrían disfrutan, señaló que Reinserta organiza cada año salidas a la playa o museos junto con los cuidadores para que los niños, que nunca han salido de prisión o los que sus mamás o papás están privadas de su libertad, puedan tener vivencias de un infante normal.
“Hemos transformado la vida de estos niños y también de todo su alrededor. Tenemos experiencias significativas, por ejemplo, cada año los llevamos a la playa. Los niños que nunca han salido de prisión o los niños que sus mamás o papás están en prisión, buscamos que tengan este tipo de experiencias que por estar en prisión o por tener algún familiar en prisión, les han sido restringidas este tipo de experiencias”.
No solo es la terapia que podemos darle aquí, no solo es la intervención familiar, sino es buscar que este niño, en gran parte de lo posible, reduzca toda sus experiencias adversas y pueda tener un contacto mayor como un niño, lo que podríamos decir, en la normalidad”, comentó.
Reinserta ayuda a más de mil 500 niños y adolescentes
Durante 11 años de experiencia, indicó que ha ayudado a cerca de 4 mil madres y padres, ya sea privados de libertad o en libertad, y a más de mil 500 quinientos niños, niñas y adolescentes. Aunque esta cifra pueda sonar un número reducido, aseguró que trabajan con los menores a profundidad para lograr transformar sus vidas.
“Esto a veces, cuando dices mil 500, puede sonar un número reducido, pero es una intervención tan a profundidad, que realmente transforma la vida de estos mil 500 niños niñas adolescentes”, aseguró.
Actualmente, Reinserta trabaja en más de 15 prisiones de la Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León, con niños, niñas que viven en prisión, con madres, padres privados de libertad, con adolescentes y niños, niñas que son sobrevivientes de violencias graves.
Empresas ponen su granito de arena para apoyar a niños y adolescentes
Toda esta esta ayuda ha sido posible gracias al financiamiento de grandes patrocinadores, pues aunque al principio la fundación inició en una casa pequeña, empezó a crecer poco a poco con el apoyo económico de USAID del gobierno de Estados Unidos durante 8 años, que les permitió afianzar todos sus modelos, principalmente el de “Reinserción”, así como el del gobierno de Canadá.
Sin embargo, Mercedes Llamas destacó el financiamiento que Fibra UNO (empresa de fideicomiso de inversión para bienes raíces) ha brindado a Reinserta “desde el día uno” de haber iniciado el programa de “Sobrevivientes” hace casi tres años, debido a que la empresa les ayudó a consolidar y a empezar dicho programa que brinda ayuda a más de 150 niños, niñas y adolescentes y sus familias víctimas de alguna violencia grave.
“Llevamos casi ya tres años con un financiamiento espectacular, que es el financiamiento de Fibra Uno, los cuales nos han ayudado desde el día uno en el programa de Sobrevivientes y actualmente atiende ya a 150 niños, niñas y adolescentes y a sus familias y ha sido realmente la empresa que nos ha ayudado a consolidar y a empezar el programa de Sobrevivientes, nos financia el programa en su totalidad”, especificó.
Además, indicó que anteriormente se ubicaban en “una casita muy pequeña” y el espacio ya no era suficiente para dar atención a los niños y jóvenes, pero Fibra UNO también los apoyó brindarles unas instalaciones que se encuentran en Insurgentes Sur, en la Ciudad de México y les ayudan con gran parte de la renta del lugar.
“Fibra UNO también nos apoyó con gran parte de las instalaciones en las que estamos actualmente, porque por el tipo de población con el que atendemos, pues atendemos a casi 200 personas que entran y salen de nuestra oficina semanalmente, entonces estamos en instalaciones que están muy bien ubicadas y grandes instalaciones para poder dar esa atención y pues nos ayuda muchísimo con la renta y las instalaciones” comentó.
Para finalizar, señaló que uno de los grandes retos que tienen es replicar sus modelos de acompañamiento en más estados y lograr que diferentes instituciones gubernamentales adopten sus modelos, porque “lo que nosotros podamos lograr como institución privada, es mucho más acotado a lo que se podría lograr a través de instituciones públicas”.
Por esa razón, señaló que cuentan con un área de incidencia política, la cual les permite modificar situaciones a través de leyes o convenios para que se conviertan en políticas públicas que se repliquen en todo el país y de esta manera, mejorar la vida de las personas que ellos puedan atender en sus instalaciones.
“Algo súper importante y que tenemos que pujar hacia ello, es que nuestros modelos que están funcionando, se conviertan en medidas que el gobierno adopte para lograr una política pública. Esa sería nuestra tirada principal, para lograr que nuestros modelos se conviertan en algo que se replique a nivel República Mexicana e independientemente de nosotros, o sea que se pueda gestar esto en los gobiernos de los diferentes estados y que se adquiera como una política pública”, aseguró.