Ricardo Del Muro / Austral
Pobladores de Suchiate marcharon este fin de semana para exigir a los tres órdenes de gobierno mayor seguridad y acciones efectivas para terminar con la impunidad que tienen los grupos del crimen organizado que operan en ese municipio fronterizo de Chiapas, vecino de Tecún Umán, Guatemala, que ha sido un importante centro de transacciones comerciales y uno de los principales pasos de migrantes.
Con los estandartes de la Virgen de Guadalupe y de San Andrés Apóstol, santo patrono del pueblo, cientos de feligreses realizaron una procesión para orar por la paz y exigir que el gobierno frene la inseguridad y la violencia en la frontera de Chiapas.
Esta marcha, sin embargo, fue diferente a muchas otras que se han realizado en otros municipios chiapanecos, ya que en esta ocasión, el sacerdote Heyman Vázquez Median, párroco de la iglesia de San Andrés Apóstol, hizo una valerosa crítica a la efectividad de la Guardia Nacional y el Ejército para combatir al crimen organizado y expresó su desencanto por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya que “a casi seis años de gobierno, la inseguridad, la corrupción, la impunidad, el abuso de autoridad y la fabricación de delitos contra los incómodos continúan”.
Precisó que con la llegada de AMLO, tenían la esperanza de un verdadero cambio para el país, un cambio que condujera a una sociedad más justa y segura. “La Cuarta Transformación sigue siendo para muchos, un eslogan vacío, pues el presidente AMLO deja un país igual o peor que los gobiernos anteriores en términos de seguridad”.
En la plaza municipal, el sacerdote Vázquez Medina leyó un pronunciamiento en el que manifestó la preocupación de todos sus feligreses católicos “por los acontecimientos de inseguridad e impunidad que se están dando en nuestro país, en nuestro estado y en nuestro municipio”.
El sacerdote cuestionó los operativos que la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano realizan en la zona fronteriza que, dijo, intimidan y amenazan a la población pero esto no ha significado un descenso en la criminalidad y aunque existen reiteradas denuncias de la presencia de delincuentes parece que no son visibles para las corporaciones.
“Nos preocupa profundamente que ya no distinguimos dónde inicia el gobierno y dónde inicia la delincuencia. Cuando pasamos por un retén de alguna autoridad, su presencia ya no nos da confianza, sino que los vemos como una amenaza. Hoy, queremos recordarles a las autoridades que tienen el deber sagrado de cuidar y velar por la seguridad de todos los ciudadanos”, señaló el párroco.
La realidad de Chiapas, agregó, muestra un panorama de muertes, secuestros, cobro de piso y enfrentamientos entre cárteles que ponen en peligro la vida de las personas por lo que el gobierno debe actuar de manera decidida para velar por la seguridad de la sociedad.
La zona fronteriza de México y Guatemala ha sido escenario de un recrudecimiento de la violencia resultado de la disputa que mantienen los grupos del crimen organizado por el control de la región, lo que ha generado una percepción de inseguridad y la disminución de la actividad económica en los municipios chiapanecos.
Los comerciantes locales han señalado la baja afluencia de visitantes guatemaltecos que solían venir a realizar compras, aprovechado las ventajas del cambio de quetzales a pesos. Sin embargo, la noticias sobre la inseguridad y la creciente violencia ha generado que muchos eviten cruzar la frontera chiapaneca. RDM