Por María Manuela de la Rosa Aguilar.
Ciertamente lo que sucede en Israel es tema de interés mundial por la importancia estratégica de la región, siendo un país con gran poder militar y prácticamente blindado gracias a su cúpula de hierro, que ha logrado anular el 99% de los drones de misiles iraníes; si bien Israel no forma parte de la OTAN, por lo que la Alianza Atlántica no estuvo obligada a involucrarse en la defensa contra Hamás, Irán y sus aliados, si es socio de este organismo político-militar, por lo que trabaja con la Alianza Atlántica en diversos asuntos políticos relacionados con la seguridad, cooperando en las operaciones y misiones que lleva a cabo la OTAN y desde hace unos treinta años contribuye en el desarrollo tecnológico y científico, en la lucha contra el terrorismo, en el trabajo contra las armas de destrucción masiva, la preparación civil, el entrenamiento especializado, en la política para la paz y la seguridad global, etc.
Esta situación no es una excepción, pues otros 40 países también tienen la calidad de socios, por lo que participan en las acciones de la Alianza, no obstante si son atacados no existe la obligatoriedad de que la guerra implique a los países de Occidente, ya que este pacto no es vinculante mas que para los integrantes de pleno derecho.
Y precisamente la calidad de socio de la OTAN constituye una referencia del respaldo político que no obliga a entrar en guerra, de lo contrario un conflicto mundial ya se hubiera dado, lo que no quiere decir que no suceda, pues las provocaciones en Medio Oriente siguen su curso. Tomemos en cuenta la afinidad de Rusia, Irán, Qatar, Yemen, incluso Corea del Norte y en América Latina Venezuela, Cuba y Nicaragua con Palestina, pero el riesgo que agrega la posición de la organización terrorista de Hezbollah, que desde Líbano ha estado atacando a Israel, además de Irán, por lo que podrían entrar de lleno en esta guerra, un escenario que abriría más frentes para Israel y obligaría a sus aliados a pasar de la política a intervenciones más abiertas. Y por otro lado está Siria, que inmersa en una guerra civil y bajo una violenta dictadura, es un aliado de Rusia y afín al sistema iraní, por lo que se convierte en un adversario más para Israel.
Actualmente Estados Unidos está concentrado en las próximas elecciones presidenciales y la EU ya ha tenido demasiado con la guerra en Ucrania, a donde han destinado una gran parte de su armamento y equipo, lo que les ha obligado a incrementar el gasto de defensa; pero además, el problema de la migración ya es asunto de seguridad nacional, porque el ingreso masivo de personas del Medio Oriente y África, la mayor parte de religión islámica y muchos de ellos con creencias radicales, contribuyen a la atmósfera perfecta para que potencialmente Europa se desestabilice. La incógnita es ¿porqué los líderes de los países europeos apoyan tan vehementemente la migración a sus países, aún cuando el costo afecte tanto su economía y estabilidad social? ¿sus intereses políticos son personales, de grupo, o la insensatez le ha ganado a políticos inteligentes, preparados y experimentados? Difícilmente es así, el hecho es que sus acciones van totalmente en contra de los intereses de los ciudadanos a los que dicen representar.
Mencionemos sólo algunas cifras: en el 2022, según la Agencia para Refugiados de la ONU, ACNUR, la UE concedió 3´400,000 primeros permisos de residencia; se registraron 989,800 solicitudes de asilo y cada mes se presentan de 700,000 a 1´200,000 solicitudes. Esto sin contar los migrantes que entran de manera irregular, La Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) detectó entre enero y abril de 2023 80,700 entradas irregulares de migrantes, esto es, unos 20,175 por mes.
Si esto no es una crisis, es una invasión con gran permisividad de los gobiernos europeos, porque ya que se ha creado un Fondo de Asilo, Migración e Integración, aunque se habla de casi 10,000 millones de euros, las cifras que se gastan en el apoyo a migrantes no se encuentran disponibles, pero si denuncias de los ciudadanos europeos, que aseguran que los migrantes reciben no sólo vivienda y alimento, sino una pensión por parte del Estado. Y es probable que el objetivo sea para ganar electores cautivos.
Lo cierto es que la población musulmana en Europa ya suma un 20%. La cuestión es que debido a la formación cultural y religiosa de este sector, no es factible que se asimilen a la cultura europea, pues mantienen sus usos y costumbres, radicalizando sus posturas, por lo que no es casual el incremento de ataques terroristas en Europa y el aumento de ataques a la población nativa.
Aunque Israel no está solo, porque tiene grandes aliados como la UE y los EEUU, también cuenta con sólidos acuerdos de paz con Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Marruecos. Sin embargo, no podemos eludir que en el conflicto palestino-islaelí han muerto casi 40,000 personas, y esta guerra ha tenido un costo para Israel de alrededor de 50,000 millones de dólares, que equivalen al 10% del PIB nacional.
Las hostilidades continúan su curso y existe un peligro real de una escalada en toda la región, como ya lo advirtió Rosemary DiCarlo, Secretaria General Adjunta de la ONU para Asuntos Políticos el pasado 19 de julio del 2024 durante una sesión a petición de EEUU, Francia e Inglaterra tras un ataque hutí con un dron lanzado desde Yemen a Tel Aviv, ciudad que los hutíes señalaron como su objetivo principal, por lo que han estado disparando cohetes y drones. Pero en esto, los israelíes también han atacado a Hezbollah, destruyendo sus depósitos de municiones e incluso infraestructura civil.
El gobierno Sirio denunció ataques de Israel a instalaciones militares en el Sur de ese país y en una zona residencial de la capital, la ciudad de Damasco, además de otros ataques en Tartous y la frontera libanesa. Y hay que añadir los ataques contra buques comerciales en el Mar Rojo por parte de milicias hutíes, que han causado serios estragos al comercio internacional. La guerra en la región ha causado, lo mismo que en Ucrania, desplazamientos masivos de población civil, empeorando la crisis migratoria que se vive a nivel global.
El Consejo de seguridad de la ONU ha hecho varios llamados al cese de hostilidades y a un compromiso urgente para cumplir con la resolución 1701, que se firmó para resolver el conflicto 2006 de Israel-Líbano para un alto al fuego. Esta resolución exige un cese total de la guerra entre Israel y Hezbollah, la retirada de las fuerzas israelíes del Líbano para ser reemplazadas por fuerzas libanesas y de la UNIFIL desplegándose en el sur del Líbano, y el desarme de grupos armados incluyendo Hezbollah. Sin embargo, hemos visto que no hay voluntad para llegar a un verdadero acuerdo de paz, subsistiendo intereses encontrados.
Y aunque concentrado de lleno en las campañas electorales, EEUU advirtió ya desde el 12 de agosto pasado sobre un inminente ataque de Irán contra Israel, por lo que movilizó portaaviones y submarinos a Medio Oriente, por lo que el presidente norteamericano Joe Biden y los líderes de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, pidieron a Irán que cese sus amenazas contra Israel, que tampoco ha dejado de atacar, logrando eliminar al líder político de Hamas, Ismail Haniyeh en Teherán y a un dirigente de Hezbollah en Beirut. El Vocero del Consejo de seguridad de la Casa Blanca, John Kirby expresó la preocupación de este gobierno por las consecuencias que traería un ataque iraní, conminando a los países enfrentados a llegar a un acuerdo para el cese de las hostilidades.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, envió un submarino con misiles guiados a Medio Oriente. Tras una comunicación telefónica con el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, Austin reiteró el compromiso estadounidense para defender Israel por lo que han reforzado su posición militar en todo Medio Oriente dadas las crecientes tensiones regionales, mensaje que ratificó en un comunicado el mayor general Pat Ryder, secretario de prensa del Pentágono. Aunque ya se había anunciado este despliegue de aviones de combate y buques de guerra para reforzar las defensas israelíes.
El Lincoln se encontraba en Asia-Pacífico y ya tenía orden de dirigirse a la región para sustituir al grupo de ataque del USS Theodore Roosevelt, que tiene previsto comenzar el viaje de regreso desde Medio Oriente. El portaaviones tiene cazas F-35 a bordo, así como aeronaves F/A-18.
Este anuncio se hizo al día siguiente de un ataque aéreo israelí en una escuela convertida en refugio en Gaza la madrugada del sábado 10 de agosto, donde murieron unas 80 personas y resultaron e heridas casi a 50 más, según informaron las autoridades palestinas de salud, en uno de los ataques más letales en los 10 meses de guerra entre Israel y Hamas.
El asesinato y la muerte del alto mando militar del grupo libanés Hezbollah, respaldado por Irán, Fuad Shukr, en un ataque sobre Beirut, avivó el conflicto de Gaza, por la posibilidad de que este conflicto se amplíe en la región. Irán responsabilizó a Estados Unidos del asesinato de Haniyeh por su apoyo a Israel.
Sin embargo, lejos de buscar una negociación para la paz en la región, el vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari, señaló que su país toma muy en serio las declaraciones de sus enemigos y están preparados al más alto nivel para la defensa y el ataque, por lo que siguen los movimientos enemigos, sobre todo de Hezbollah e Irán, manteniendo al ejército israelí en alerta máxima y la Fuerza Aérea israelí ha aumentado los patrullajes sobre Líbano
La Agencia de noticias IRNA, publicó la respuesta del presidente Iraní, Masoud Pezeshkian, quien dijo que su país tiene derecho a responder a los agresores, según las normas internacionales, por lo que nunca cederán a la presión ni a las sanciones ni al acoso. Esta declaración la hizo tras una conversación telefónica con el canciller alemán Olaf Scholz, quien invitó al presidente iraní a hacer lo posible para evitar una mayor escalada militar, que pone en peligro a toda la región en el Medio Oriente, según informó el vocero del gobierno alemán, Wolfgang Buechner.
En una declaración conjunta, firmada por el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Olaf Scholz y el primer ministro británico Keir Starmer han respaldado el último esfuerzo de los mediadores Estados Unidos, Qatar y Egipto para negociar un acuerdo que ponga fin a la guerra sobre Gaza y piden la devolución de decenas de rehenes retenidos por Hamás y la entrega “sin restricciones” de ayuda humanitaria. Los mediadores han pasado meses tratando de lograr que las partes acepten un plan de tres fases en el que Hamás liberaría a los rehenes restantes capturados en su ataque del 7 de octubre a cambio de los palestinos encarcelados por Israel e Israel se retiraría de Gaza, pero ambos contrincantes parecen no dar tregua, empañados en sus objetivos.
En esta declaración también pidieron a Irán y sus aliados que se abstengan de cualquier ataque de represalia que pueda intensificar aún más las tensiones regionales.
Pero siguen las provocaciones de ambas partes. El 13 de agosto en Jerusalén unos 1,400 colonos judíos ingresaron en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam, algunos de ellos enarbolaron banderas de Israel y rezaron en el lugar, pese a tenerlo prohibido. De acuerdo al ‘statu quo’ vigente desde 1967, el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos sólo pueden entrar como visitantes. Sin embargo, aprovechando la festividad religiosa del Tisha B’av, entre cánticos y gritos de provocación, centenares de colonos entraron a la explanada, conocida entre los judíos como el Monte del Templo, que asimismo es el lugar más sagrado para el judaísmo.
Los judíos, que entraron a la explanada escoltados por la Policía y de manera organizada, accedieron en grupos de 100, pero las tensiones ocasionadas hicieron que la Policía redujera a 50 las comitivas. En uno de esos grupos estuvo presente también el ministro israelí ultra de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, quien por tercera vez acude en fechas clave a este lugar de culto, para reivindicar el derecho de los judíos a orar en él, provocando el natural enfado de la población palestina. Según Gvir, han logrado avances significativos en la soberanía de Israel en ese lugar, ya que su política es permitir la oración judía. Por su parte, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, se desligó de estas acciones.
Pero el conflicto no sólo es observado por los países afines a Palestina, el martes 13 de agosto, el presidente Vladinir Putin expresó al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, de visita en Moscú, que estaba “preocupado” por los civiles muertos en los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza y dijo que están haciendo todo lo posible por apoyar a Palestina y a su pueblo y sobre todo para que se establezca el Estado palestino de pleno derecho. Esta visita, aunque casi inadvertida para los medios, es altamente significativa para establecer los bloques que están involucrados en el conflicto.
Un indicio más del riesgo de que esta guerra se generalice es el llamado del Primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien el lunes 12 de agosto pidió a los ciudadanos canadienses que se encuentran en el Líbano, que abandonen el país ante el riesgo de una escalada del conflicto en Israel y anunció que Canadá está realizando preparativos en caso de que la crisis empeore para asistir a sus ciudadanos en caso de una guerra abierta y reconoció que la situación es tan difícil que es posible que su gobierno no sea capaz de sacar a todos los canadienses, por lo que animó a sus conciudadanos a regresar a su país mientras los aeropuertos todavía están abiertos.
Es por eso que el 8 de agosto ya había evacuado a los hijos de su personal diplomático en Tel Aviv. Aunque el Gobierno canadiense lleva meses instando a sus ciudadanos a abandonar Líbano, después de los asesinatos de los líderes de Hezbollah y Hamás, esta petición se ha tornado apremiante.
Los indicios están ahí, los hechos lo confirman. Medio Oriente podría detonar.