RODOLFO VILLARREAL RIOS
Desde hace tiempo, a los analistas les ha dado por señalar que en México estamos en el proceso de revivir los tiempos del Maximato, que si la actual administración es una reproducción de los gobiernos priistas del precámbrico, que si hemos vuelto a los tiempos en que nada se podía decir y ahora el “clown”, quien otrora fuera ídolo de la actual clase gobernante, sale a señalar al líder de esta como el poseedor de la conjunción de todos los males de aquellos que lo antecedieron. Ante ello, este escribidor no quiso sustraerse a realizar una revisión de ese pasado para mostrar, en forma breve, lo que fueron aquellos gobiernos hoy tan criticados y comparados para mal. Esperemos que tras de realizarlo, usted lector amable decida si quienes señalan semejanzas están en lo cierto o no.
Iniciemos con el gobierno del estadista Plutarco Elías Calles Campuzano quien construyera el edificio del Estado Mexicano Moderno soportado en los cimientos que colocó el presidente Álvaro Obregón Salido bajo el terreno desbrozado por el presidente Adolfo De La Huerta Marcor, cada uno de ellos siguiendo lo establecido en el diseño que realizara el estadista Venustiano Carranza Garza. El edificio mencionado habría de albergar las instituciones políticas, económicas y sociales las cuales permitirían que, durante los años por venir, el país creciera y se desarrollara. En ello, iba crear un sector agrícola con entes generadores de riqueza y no esperanzados a la dadiva gubernamental.
A don Plutarco le critican la creación del Partido Nacional Revolucionario sin entender que no fue sino el acto de aglutinar los partidos dispersos por todo el país y cuyo objetivo era permitir que las expresiones locales permanecieran, pero englobadas en un contexto total. Nunca se trató de castrar el valor de la prevalencia de las circunstancias de cada uno acorde a su entorno y características particulares, algo que aún hoy en día algunos no acaban de entender. A Elías Calles se le critica el poder tras bambalinas que ejerció una vez que dejó el mando y tienden a olvidar la obra que realizó en lo interno y como fue capaz de, en lo externo, manejar la diplomacia en base al nacionalismo pragmático ese que implica reconocer fortalezas y debilidades y a partir de ahí enfrentar los retos del exterior. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Sin negar que el estadista sonorense mantuvo gran poder político al dejar el cargo, muy conveniente es revisar que, con todo ello, su sucesor, Emilio Portes Gil, supo manejar la situación y desarrollar su labor sin aparecer como un pelele en espera de recibir órdenes. Hoy, todos olvidan que otorgó la autonomía a la Universidad Nacional, además de concluir las negociaciones para terminar con la reyerta inútil que no era otra cosa que el esfuerzo último de la curia católica para impedir el nacimiento del Estado Mexicano Moderno. Asimismo, se encargó de lidiar con la elección que nunca ganó el gigolo-cristero de closet-cobarde (aún no adquiría los adjetivos de nazi-sinarquista), José Vasconcelos. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
El triunfador de la elección antes mencionada, Pascual Ortiz Rubio, desarrolló un gobierno limitado en resultados, el cual quedaría marcado por la gran muestra de dignidad que dio ante los ataques que le surtían las plumas huérfanas del vasconcelismo quienes le crearon la imagen de un pelele y por ello prefirió retirarse. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Cuando Abelardo Rodríguez Lujan aparece como relevo presidencial, poco es lo que se puede decir de su obra de gobierno, excepto que sus negocios, de todo tipo, en Sonora y Baja California, crecieron y le permitieron vivir holgadamente los años por venir. Eso sí, tuvo tiempo de causar un gran daño al país al vetar la posibilidad de que su sucesor fuera el coahuilense más ilustre del México posrevolucionario, Manuel Pérez Treviño. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
En la que sería la última vez que el estadista Elías Calles opinara sobre un candidato presidencial, Lázaro Cárdenas Del Rio fue el seleccionado. Sabemos que este personaje tiene una legión de admiradores derivada de una narrativa bien construida a través del tiempo. No olvidamos que fue quien creó el Instituto Politécnico Nacional, algo que no fue del todo inocuo pues con ello estableció un contrapeso educativo a la UNAM. Sin embargo, lo de la expropiación petrolera es un asunto con puntos oscuros que nada tienen que ver con el color del líquido. El financiamiento se dio gracias a las ventas que se realizaron de ese producto a Alemania y a Italia. Aún nos preguntamos cuanto de ese combustible movió los tanques de la bestia austriaca que invadieron a Polonia o bien como los utilizo el duce italiano para sojuzgar a su pueblo.
A la par, resulta que, en el territorio nacional, les iban a concesionar 100,000 (cien mil) hectáreas a los japoneses para que explotaran el hidrocarburo, de no haber sido por el embajador estadounidense, Josephus Daniels, aquello se habría consumado, Y como la cereza en el pastel, las compañías petroleras inglesas continuaron operando en México hasta 1955. Por lo que concierne a los asuntos de la tierra, se dio a la tarea de repartirla sin que hubiera a la par un programa para que se convirtiera en productiva mediante maquinaria, fertilizantes y sistemas de riego.
A cambio de ello, se les convirtió en entes generadores de votos para el partido que cambió su nombre al de Partido de la Revolución Mexicana, al amparo del cual se generó el presidencialismo adorador de la figura del Tata. De no haber sido porque en los años venideros estalló la Segunda Guerra Mundial, el país hubiera sufrido las consecuencias de una política económica muy alejada de ser sana. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho, este fue lo suficientemente astuto para aprovechar las ventajas que trajo para México la Segunda Guerra Mundial, al tiempo que recomponía el tejido social dejado en tiras durante el sexenio anterior. En ese contexto creó el IMSS, una institución que funciono más que bien por mucho tiempo. Aun cuando tuvo que lidiar con un hermano incómodo, alguna mano amiga, o la naturaleza, se encargó de quitárselo de encima muy a tiempo y permitirle manejar la sucesión sin sobresaltos en medio de una economía sana que permitió prepararse para una etapa nueva del país. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Los civiles y universitarios arribaron a la presidencia de la república con Miguel Alemán Valdés. Con él, se generó la etapa de modernización del país la cual, sin embargo, no estuvo exenta de desenfrenos en donde no fueron pocos quienes se excedieron a la hora de recoger utilidades no todo el tiempo de orígenes claros.
En el proceso de modernización, se cambió el nombre del PRM a Partido Revolucionario Institucional. La obra pública fue abundante y, a juicio nuestro, la de mayor significancia fue la construcción de la Ciudad Universitaria, una edificación de gran valor y belleza arquitectónica que hoy se ve afeada por el enrejado que le han ido colocando aquellos quienes critican muros en otras partes. Los excesos de los miembros de la clase política y de los hombres de negocios crearon un ambiente en el cual era necesario que viniera alguien a encauzar las cosas positivas que estaban ahí, pero se ocultaban ante lo desmedido de las ambiciones. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Con don Adolfo Ruiz Cortines, la institucionalidad prevaleció y la mesura fue la constante. Si bien tuvo que afrontar la devaluación de la moneda en 1954, eso no impidió que la economía creciera y se desarrollara resultado en gran parte de relación excelente entre los hombres de negocios-trabajadores-gobierno sin que se cayera en los desfiguros de los tiempos previos. Don Adolfo hizo de la política un arte en donde quien quería se engañaba con la verdad para después andar como la zarzamora “llora que llora por los rincones”. Un ejemplo de ello se dio a la hora de manejar la sucesión de su gobierno. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
La presidencia de Don Adolfo López Mateos vino a marcar un antes y después en la historia del país. La economía creció a ritmo firme y sostenido. Nuestro presidente se encargó que mostrar al mundo que hacía tiempo ya no éramos el país de charros ensombrerados y pistolas. Cuando hubo de utilizar la fuerza del estado lo hizo, aun cuando le achaquen un crimen que nadie en su sano juicio puede creer que lo haya ordenado. La población lo quería y admiraba, especialmente las damas, los infantes lo veían como su gran ídolo y para los hombres era un símbolo de respeto. La inflación estaba bajo control, la seguridad publica prevaleciente entonces era algo que hoy añoramos, la movilidad social existía como resultado del esfuerzo, el trabajo y la instrucción. El futuro era prometedor. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
A lo largo del mandato del presidente Gustavo Diaz Ordaz Bolaños la economía mexicana continúo creciendo y desarrollándose con la inflación controlada y las expectativas positivas siempre presentes. Su figura recia no era precisamente la más agradable a la vista, aun cuando quienes tuvieron oportunidad de tratarlo en privado comentaban que su trato era muy agradable. Actualmente, una gran mayoría tienen a calificar a su gobierno de represor y negado al dialogo, ello como resultado de los acontecimientos de 1968.
Sin embargo, olvidan algo muy simple: ¿En que forma puede responder un gobierno al cual se le reta para derrocarlo? ¿Acaso debió de enviar flores? Y, sin ser expertos en el tema, nos permitimos preguntar: ¿Alguien ha indagado sobre la conexión del eje Culiacán-Matamoros y el movimiento de 1968? A pesar de eso, la obra pública fue abundante, un ejemplo de ello es el Metro de la Ciudad de México. Ni que decir de la organización de los dos majestuosos eventos deportivos, los Juegos Olímpicos de 1968 y el Mundial de Futbol Soccer en 1970. Aun cuando el modelo económico ya daba signos de agotamiento, al momento de entregar el mando las cosas lucían prometedoras en el renglón de la economía. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Durante el mandato del presidente Luis Echeverria Álvarez, se instauró el gobierno del movimiento perpetuo, parecía como si fuese necesario cubrir cuanto terreno existía para mantener la economía mexicana en movimiento. Obviamente, esa falta de pausa hizo que se cometieran errores, aun cuando la economía continúo creciendo hasta que el modelo ya no dio para más y fue necesario acabar con mitos trasnochados. La devaluación del peso se realizó tarde, el momento indicado era 1972 cuando el Sistema de Bretton Woods estalló.
Las relaciones hombres de negocios-gobierno eran tensas, pero eso no impidió que los primeros se treparan, cada vez que los invitaban, a los aviones de redilas para ir a acompañar al presidente en sus giras internacionales. Nunca entendieron los capitanes de industria que no iban de paseo, sino para que se percataran de lo que estaba próximo a llegar en materia económica. En eso de los viajes, no debemos de olvidar que en los aviones de redilas mencionados, también iban los intele?cuales? y periodistas quienes después habrían de convertirse en críticos acérrimos del despilfarro. El fin del sexenio fue turbulento y con la desmemoria apoderada de quienes meses antes lanzaban alabanzas a quien se iba. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
El arribo de José López Portillo y Pacheco creó un espejismo que se prolongó gracias al petróleo y de pronto todos sentimos que el país era la corrupia que nos mostraban en los libros de texto de la escuela primaria. Estaba bien cierto de lo que el futuro deparaba y actuando en consecuencia, decidió enviar a un buen numero de profesionales, este escribidor estaba en aquel grupo, a estudiar al extranjero a prepararse para afrontar los retos nuevos. La personalidad arrolladora de don José volvía locas a las damas, su gran debilidad.
Creyó ser líder de talla mundial, ninguneo al presidente de los EUA, pensó que México dictaba la política petrolera mundial y cuando la realidad lo volvió en sí, todos hubimos de pagar las consecuencias. La economía se fue por el resumidero, de no haber existido las instituciones políticas y económicas creadas por don Plutarco, quien sabe en donde hubiéramos terminado. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Al presidente Miguel De La Madrid Hurtado se le achaca haber realizado un gobierno gris. Sin embargo, lo que no se ponen a pensar quienes así lo hacen es que recibió un gobierno hecho añicos; los EUA andaban por el mundo cobrando, a México incluido, los estropicios que realizó con su economía uno de sus dos peores presidentes que ha tenido, James Earl Carter Jr.; el mundo, aun cuando aquí no nos percatáramos de ello, ya había iniciado su movimiento hacia la globalización y aquí seguíamos necios con el modelo cerrado; la oposición política, apoyada por las fuerzas estadounidenses, demandaba mayor poder político; en lo interno todos éramos culpables de la borrachera, pero nadie quería pagar las consecuencias de la cruda.
En medio de todo ello, De La Madrid tuvo que buscar como mantener el país sin que se volviera polvo, en ese contexto tuvo tres colaboradores fundamentales, sabemos que lo que a continuación diremos no habrá de ganarnos aplauso alguno, pero no escribimos para obtenerlos. Hubo tres personajes que resultaron esenciales para evitar un desaguisado mayor. En el entorno doméstico, la habilidad política de Manuel Bartlett Diaz, lo que hizo después es otro cantar. En materia de política externa, el manejo de Bernardo Sepúlveda Amor.
En lo económico, la sagacidad de Carlos Salinas De Gortari quien estaba más que consiente de lo que era necesario hacer para enfrentar el futuro. Dado que era el momento de realizar el cambio de modelo, las fuerzas tradicionales se oponían a dejar atrás lo que en su momento funciono muy bien, pero que ante el nuevo entorno mundial ya no era lo adecuado. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Cuando arriba Carlos Salinas De Gortari, la oposición era amplia. Nuevamente, el poder de las instituciones permitió que se diera la transición en forma pacífica. Por fin, México abrió su economía dando así inicio a un proceso de ajuste en donde nadie sabíamos del todo como enfrentarlos, pero “jugábamos de oído” y poco a poco las cosas fueron recomponiéndose y aun recordamos como eran muchísimos quienes alababan al presidente Salinas diciendo “este chaparrito si tiene hu…”, después se les olvido lo que habían comentado.
La economía se recuperó y la propuesta que, en 1815, José María Morelos y Pérez De Pavón realizara a James Madison, se materializo mediante la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Cuando las cosas pintaban para bien, apareció la charlotada jesuita en Chiapas y las cosas empezaron a descomponerse. El asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, en el cual Salinas fue víctima y nunca responsable, vino a dar al traste con la otra parte del modelo, la incorporación de lo social. Ante la urgencia hubo que echar mano de quien iba a manejar la generación de los recursos para que aquello funcionara. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
La crisis le estalló a Ernesto Zedillo Ponce De León justo al inicio de su mandato y no tuvo otra opción sino replantear la política económica. En ello contó con el apoyo del presidente estadounidense William Jefferson Clinton quien otorgó un préstamo importante a México, en lo que el nos dijera, a un metro de distancia, fue una decisión de la cual se sintió muy orgulloso de haberla tomado. México pagó por adelantado gracias a la habilidad de Zedillo y la economía retornó al sendero del crecimiento, además de que se dejó atrás la vieja creencia de que el valor del peso va ligado al prestigio de la nación o es el que determina si el país esta en buena o mala situación económica.
Si, ya sabemos que lo del FOBAPROA, pero de no haberse tomado esa medida el sistema bancario vuela por los aires y con él todos nosotros, pues nadie hubiéramos salido indemne. En lo político, debemos de apuntarlo, cometió dos grandes errores, minó al PRI y dio pie para que alguien quien no reunía los requisitos legales, Andrés Manuel López Obrador, se hiciera del gobierno de la capital. Al final, Zedillo termino entregando el poder al panismo-cristerismo-sinarquismo. ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Con la economía en buen estado y un gran capital político a cuestas arribó al poder Vicente Fox Quesada, ambas cosas las desperdicio. Su actuar fue de reflejos lentos, como ejemplo el 11 de septiembre; actuó de manera pedestre en su relación con Cuba; creyó que iba a dictar la política migratoria a los EUA y termino imprimiendo manuales para que los indocumentados supieran como actuar en los EUA. Se gastó los excedentes del petróleo en pitos y flautas y el crecimiento económico se vino abajo. Su sucesor, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Caldearon Hinojosa, decidió embarcarse en un pleito que a nada llevó excepto a incrementar la inseguridad y le economía anduvo entre azul y buenas noches.
Cuando Enrique Pena Nieto llegó, se estimó que habrían de regresar los tiempos de la seriedad y las ocurrencias quedarían para el olvido. Pronto, sin embargo, nos percataríamos que todo era una escenografía y el uso de los recursos públicos se empezó a cuestionar al ver como se comportaban los funcionarios. En descargo de Peña Nieto habrá que decir que actuó de manera previsora con la creación de los Fondos y Fideicomisos que sirvieron para enfrentar momento de apremio ante circunstancias no previstas. Al final, le urgía dejar el poder y, prácticamente, lo traspasó tras de que se dio a conocer el resultado de la elección ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Este ha sido un repaso apretado acerca de la actuación que tuvieron quienes gobernaron México a lo largo de 94 años. En cada uno de ellos, independientemente de sus errores y aciertos, prevaleció en ellos el sentido de que eran Jefes de Estado, exceptuando a los panistas quienes nunca pudieron dejar sus creencia religiosas de lado y ponían rodilla en tierra ante el papa. Eso sí, en cada uno de ellos reconocemos que ninguno se comportó como traidor a la patria, ni como lacayos de nadie. Cuando tuvieron que enfrentar el poder de los EUA lo hicieron de frente, no se escudaron en el nacionalismo de banqueta, ni rehuyeron de mostrar abiertamente sus posturas.
Cuando fue necesario viajar al extranjero no temieron hacerlo, Todos, fueron gobernantes de los mexicanos y no de una facción. Si, ya sabemos que nos dirán que la democracia, algo que existía y se fuer dando dentro de un proceso gradual. Lo de las libertades, algunos tal vez ya lo hayan olvidado, pero entonces se podía transitar por el país sin temores y lo que se dijera y escribiera, como sucede en cualquier país civilizado, si se realizaba dentro de ciertos límites ni a quien molestaran ¿En dónde se encuentra la similitud con el presente?
Añadido (24.32.105) De pronto, nos salen por ahí con la novedad de que el carnicero de Georgia y la bestia austriaca habían firmado un pacto de no agresión, vaya novedad. Ambos sujetos eran un solo ente, uno desde la izquierda y el otro desde la derecha, ninguna diferencia, lo suyo fue competir por ver cual empleaba los métodos más crueles para cometer el número mayor de crímenes.
Añadido (24.32,106) Para eso nos gustaba el par. Desde que los vimos por vez primera en su programa, les notamos que aun cuando su rostro parecía ser pálido, en realidad era de tonalidad morena. Ahora sí, fuera cartetas y a callar a la hora en que despiden a los que opinaban y a quienes les decían que eran sus “cuates”.
Añadido (24.32.107) Ya aparecieron los lábaros patrios para encobijarse con ellos y salir a defender el honor nacional porque nuestros socios comerciales expresaron que no les gusta lo que necesariamente les afectara.