Mauricio Carrera
Ella cuestiona, es rijosa de una manera amable pero incisiva, me quiere de su propiedad aunque lo niega, reclama saber mis secretos porque afirma no tener ninguno, me conduce a sus terrenos con una ternura acompañada de mimos, lectura de mis libros, tacones altos, darme por mi lado y atractivos guisos.
La cautela me advierte que es una trampa femenina. Yo la dejo ser. Sus besos son como una noche irresistible.