Mauricio Carrera
Hay agonías cotidianas, las de las deudas, la de los kafkianos trámites, la de los amores contrariados, la del sufrimiento de quienes amamos, la del malestar por las enfermedades, la de los golpes de la vejez, la del insomnio.
Y hay agonías finales, cuando los agobios cotidianos valen madre, cuando todo esfuerzo humano es inútil, cuando la pesada piedra que empujamos hacia arriba no tiene sentido, y tal vez nunca lo ha tenido.