* Luego de que el Contralor, Álvaro Bardales, señalara las irregulares no subsanadas por los presidentes municipales que concluyeron sus periodos, en la nueva cultura de cero impunidad, es evidente que ninguno de los nuevos ediles pensará siquiera en intentar tapar las tranzas de sus predecesores, pues hacerlo equivaldrá a ser cómplices de una amplia estela de corrupción y no podrán ser omisos pues tendrán la obligación de actuar en consecuencia y denunciar no solo como un acto de conciencia sino de obligación administrativa las corruptelas pasadas
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez
Especial de Expediente Ultra
Como nunca en la historia política del Estado, la llegada de nuevos alcaldes dejará de ser la acostumbrada continuidad del borrón y cuenta nueva, así como el “aquí no ha pasado nada”, tan típico de sexenios anteriores donde la corrupción de ayuntamientos mediatos, era un malsano acuerdo a valores entendidos.
Dos semanas antes de que los presidentes municipales salientes concluyeran sus periodos, el contralor, Álvaro Bardales Ramírez, les descompuso la plana al reiterar que los que se iban dejaron nada menos que dos mil obras inconclusas que serán materia de revisión, en tanto ya existen 15 carpetas contra ex alcaldes, radicadas en la procuraduría hidalguenses, más las que se acumulen en los próximos meses y semanas, cuando sus relevos comienzan a escudriñar en los archivos muertos y bajo los escritorios, todo el cúmulo de irregulares y corrupción heredados por sus antecesores.
Bardales ha sido bien claro en el sentido de que no habrá impunidad ni desmemoria, advirtiendo que los que se van deben responder por el cúmulo de anomalías en sus gobiernos municipales y los que llegan deben checar con lupa lo que reciben y, por supuesto, lo que reciben inconcluso o sencillamente, no reciben.
En esta nueva cultura de cero impunidad, es evidente que ninguno de los nuevos ediles pensará siquiera en intentar tapar las tranzas de sus predecesores, pues hacerlo equivaldrá a ser cómplices de una amplia estela de corrupción.
En una palabra, no podrán ser omisos porque para dónde se le vea, tendrán la obligación de actuar en consecuencia y denunciar no solo como un acto de conciencia sino de obligación administrativa.
A como se presenta el escenario del recambio municipal en la entrega-recepción, no cabe duda que en las semanas por venir comenzarán a aparecer nuevos casos de prevaricaciones por doquier, porque el lastre de pasadas administraciones tantos estatales como municipales, donde acostumbraban los pillos a servirse con la cuchara grande, de la mano de los sinvergüenzas, es una loza muy pesada que nadie querrá cargar.
De acuerdo a otro de los datos que diera a conocer Bardales Ramírez, la corrupción permeó por todos lados al grado que de un padrón de 2 mil 100 contratistas, 500 fueron dados de baja como potenciales prestadores de servicios, por incumplimiento en la calidad de infinidad de obras públicas, situación similar la enfrentan mil empresas que no lograron refrendar su registro al no cumplir con los estándares de integridad.
Otra de las cifras que invita a una profunda reflexión sobre el tamaño de la deshonestidad que privó en la vida pública es que al inicio de la actual administración se identificaron 10 mil 600 obras sin concluir en el sexenio pasado. Seguramente a estas alturas, los priístas y su ex gobernador, Omar Fayad, se dan de topes por haber alentado la anulación de los fueros que en estos momentos podrían darles impunidad y un poco de respiro.
Sin fuero nadie estará a salvo de pagar con cárcel por todas sus corruptelas cometidas. Y como reiteramos, será histórico ver caer en cascada infinidad de denuncias y otras muchas sorpresas que se ocultan en las dos mil obras inconclusas, motivo por el cual ya están en prisión varios alcaldes protagonistas de la Estafa Siniestra.
En este contexto de renovaciones de la ética política en Hidalgo, otro de los clavos en la cruz de los corruptos del pasado, ha sido el anuncio del gobernador Julio Menchaca, de someterse el año entrante a una consulta pública de revocación de mandato, para que los ciudadanos evalúen su permanencia en el cargo.
El que nada debe, nada teme y el Ejecutivo Estatal sabe que tiene las manos limpias y cero cordones umbilicales con los malandrines que ahora seguramente preparan maletas para darse a la fuga, porque eso de la impunidad dejó de ser manto protector para los delincuentes de cuello blanco.
Muchas sorpresas vienen en camino, cosa de tener paciencia.