Ricardo Del Muro / Austral
La presidenta Claudia Sheinbaum dedicó su primera “mañanera del pueblo” a la memoria del movimiento estudiantil de 1968, recordando la sangrienta represión ordenada por Gustavo Díaz Ordaz el 2 de octubre en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, una fecha luctuosa emblemática de la izquierda mexicana, por lo que Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, ofreció una disculpa pública en nombre del Estado mexicano a los familiares de las víctimas.
“En nombre y representación del Estado mexicano se reconoce políticamente que los actos de violencia gubernamental perpetrados el 2 de octubre de 1968 en contra de integrantes del heroico movimiento estudiantil, fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad, como fue reconocido por el entonces presidente y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, Gustavo Díaz Ordaz”, leyó Ernestina Godoy, consejera jurídica de la Presidencia de la República, al leer el decreto que ayer fue publicado en el Diario Oficial de la Federación.
Mediante este decreto, la presidenta Sheinbaum dio la instrucción a la Secretaría de Gobernación para ofrecer una disculpa pública a las víctimas y a sus familias y asume el compromiso de que nunca más se utilizarán las fuerzas armadas para reprimir a la población, además de que se fortalecerá la formación en derechos humanos en las estructuras militares.
Este decreto reivindica la lucha de la izquierda mexicana y significa un ruptura con el viejo régimen, que va más allá de la etapa neoliberal, al reconocer y denunciar el carácter autoritario y represivo del gobierno mexicano durante los años de la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI), especialmente en los periodos presidenciales de Gustavo Díaz Ordaz (1964 – 1970) y Luis Echeverría Álvarez (1970 – 1976), ningún político priísta se ha atrevido, hasta el momento, a expresar algún comentario.
Díaz Ordaz murió el 15 de junio de 1979 y Echeverría, a quien se le atribuye haber orquestado la matanza de Tlatelolco y la del Jueves de Corpus (10 de junio de 1971), falleció el 8 de julio de 2022 a los 100 años de edad.
Echeverría fue citado en 2002 a declarar ante la justicia mexicana por estos hechos. Cuatro años después, el 30 de junio de 2006, un juez federal ordenó su arresto domiciliario. Sin embargo, fue absuelto el 8 de julio debido a prescripción del delito en noviembre de 2005, con lo terminó su arraigo.
Nuevamente, el 29 de noviembre de 2006, el magistrado Ricardo Paredes Calderón del Segundo Tribunal Unitario de Primer Circuito de Procesos Penales Federales, le decretó auto de formal prisión por el delito de genocidio por las matanzas de estudiantes en 1968 y 1971, pero el 20 de marzo de 2007, tribunal federal le concedió la suspensión definitiva del auto.
Aunque la mayoría de los contemporáneos de los presidentes Díaz Ordaz y Echeverría ya murieron, todavía sobreviven algunos políticos octogenarios o nonagenarios que se formaron bajo su tutela como Augusto Gómez Villanueva, Alfredo Ríos Camarena, Julio Faesler y Mauro Jiménez Lazcano, además de los que alguna vez fueron promesas juveniles priistas como Pedro Joaquín Coldwell, Beatriz Paredes, Francisco Javier Alejo y Silvia Hernández. Sin olvidar que dos distinguidos morenistas como Porfirio Muñoz Ledo (fallecido el 9 de julio de 2023) y la maestra Ifigenia Martínez, también formaron parte de estos gobiernos.
De hecho, como señaló Pablo Gómez, invitado a la conferencia mañanera, quien padeció la represión gubernamental como líder estudiantil en 1968, hubo otros movimientos como el de ferrocarrileros, del magisterio, telefonistas, telegrafistas y muchos más, que fueron reprimidos violentamente por la fuerza pública y sus principales dirigentes fueron encarcelados, acusados del delito de disolución social; que no se sabía exactamente qué cosa era eso, pero lo aplicaban para reprimir, encarcelar a los luchadores sociales.
Pablo Gómez es actualmente titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Haciendo y Crédito Público (SHCP), pero también es un político que representa a la izquierda morenista, ya que desde muy joven militó en el Partido Comunista Mexicano (PCM) y fue fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En consecuencia, la decisión de la presidenta Sheinbaum de iniciar su primera conferencia mañanera, dedicándola a la memoria del movimiento estudiantil de 1968, significa reivindicar un viejo reclamo de la izquierda mexicana, que siempre ha señalado que “el 2 de octubre no se olvida” e identificarse como “una hija del 68”, ya que su madre participó en ese movimiento estudiantil y sufrió represalias por ello.
Sheinbaum recordó que hace 56 años, en la plaza de Tlatelolco, después de un movimiento estudiantil que lo que pedía era libertad, democracia, libertad de los presos políticos, fue perpetrada una de las mayores atrocidades que se vivió en México en la segunda mitad del siglo veinte.
Fue contundente al señalar que Díaz Ordaz, entonces presidente y jefe de las Fuerzas Armadas, ordenó la represión contra estudiantes que, en libertad y pidiendo diálogo público que había sido ofrecido, fueron asesinados y encarcelados.
De esta manera, recuperó la memoria histórica de la izquierda mexicana, al subrayar que el movimiento del 68 “abrió la puerta a la aproximación política de muchos jóvenes y para un país más democrático. El triunfo de este movimiento fue el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2018, que recupera democracia, libertades y justicia”. RDM