Héctor Calderón Hallal
Por mucho, el juicio de la historia para el expresidento Andrés López Obrador y sus secuaces, incluyendo la actual presidenta (con a) Claudia Sheinbaum Pardov, se encuentra en una etapa embrionaria.
Ciertamente la población expectante para este caso no ocupa sentencias ni resolutivo oficioso alguno, para determinar qué estuvo bien y qué estuvo mal durante su gestión como el “Primer Magistrado de la Nación” … pero el hecho tramposo de que la nueva mandataria, a todas luces una puntual seguidora del activista de Macuspana, haya invocado durante su primer discurso a la Nación el martes pasado al “juicio de la historia”, una figura de la literatura helénica (de Platón hacia Sócrates), para erigir el primer pedestal retórico al “héroe que camina tras la yegua en un molino”, da pie para emitir un primer comentario que, no por modesto deja de ser oportuno.
No, Doña Claudia, perdone usted que en esta primera entrega no le conceda la razón, pero ese juicio de la historia que usted invocó durante su intervención del martes y, donde entre otras cosas, resuelve usted, en el que quizá fue su primer decreto de facto, que “el juicio de la historia ya se hizo y la gente ha determinado que López Obrador ha sido el “estadista más importante de los últimos tiempos” … lo menos que provocan sus dichos en un amplio sector de lectores y mexicanos ilustrados es… asombro e indignación.
Su discurso, construido quirúrgicamente a base de verdades aparentes o “sofismas”, ofende la memoria y la inteligencia en general de los mexicanos.
Ese tan ponderado “modelo económico” puesto en marcha en México, como el “Humanismo Mexicano”… modelo que no es otra cosa que una autocracia populista, que está muy lejos de ser una democracia liberal representativa siquiera…ya no se diga una democracia liberal participativa, como grandilocuentemente se han ostentado también en muchas ocasiones ante el electorado.
En un derroche de “chabacanería” y cursilería demagógica, repitió usted ante el Congreso, un discurso que nos desilusionó a cerca de la mitad de mexicanos (probablemente a más de la mitad de la población, si se consideran a los no votantes) que sin estar alineados a su propuesta ideológico-electoral… que sin haber votado por usted, vamos… sí esperábamos un mensaje de aliento a la población mexicana, en el sentido de que tendríamos de nuevo, un Gobierno Federal y un liderazgo formal desde la capital federal de nuestro país, que haga uso del diálogo entre los diferentes estratos de la composición político ideológica de la Nación…diálogo político con las diferentes agrupaciones y corrientes políticas opositoras que, definitivamente ha brillado por su ausencia.
Muchos, albergamos la ilusión, de que conociendo las limitaciones intelectuales y ahora sabemos también que morales y éticas de López Obrador, su actitud de revanchismo y de odio a los que no pensamos como él se iría hasta el último minuto de su mandato…y no nos equivocamos. Por eso la actitud incluso de las fracciones opositoras durante la Sesión del Congreso General el martes, fue parca, medida, evitando el desgaste inútil al reprocharle al que “nunca tuvo oídos, ni ojos”, ni la sensibilidad mínima para escuchar a las minorías…y, se reitera, por tal tuvimos la esperanza de que usted, siendo una persona con más preparación, más inteligencia y con herramientas más actualizadas para entender la política del mundo contemporáneo, habría de incluir en su mensaje inicial de mandato a la Nación, su propia idea de “democracia”… entendida como una herramienta para la armonía de la sociedad y no como un rasero para sancionar luchas interminables… la democracia vista como un derecho que transporta y provee de forma igualitaria el poder en la toma de decisiones de un Gobierno a todos sus ciudadanos sin excepción, sin importar si forma parte de grupo social, cultural, ideológico, étnico, económico, político o género alguno… porque la democracia garantiza que la voz de un integrante de una minoría pueda ser escuchada y atendida por el Gobierno o la autoridad legalmente constituida como tal.
No…un simple voto no le da una condición de superioridad a un grupo sobre otro, ni mucho menos le otorga “un cheque en blanco” para que haga y deshaga desde el Gobierno…en detrimento incluso del interés del llamado grupo “minoritario” o en el peor de los casos… en detrimento de los intereses de la Nación. Ni un simple voto, ni millones de votos dan esa condición automáticamente.
La democracia no se usa para eso… al final es un instrumento, un método… no es un fin en sí mismo. No es siquiera el lenguaje de la armonía cívica más perfeccionado que conozcamos los seres humanos… pero es lo que se tiene como más cercano a ello.
Quienes prostituyen desde las grandes tribunas políticas y los espacios mediáticos más resonantes del país y del mundo, al concepto “democracia” escudándose en esta para justificar el “falso derecho” que poseen a imponer su voluntad sin cortapisas, sin escuchar la opinión y la voluntad del conglomerado poblacional opositor… están rotundamente equivocados.
La democracia propugna antes que nada, para combatir precisamente a las mayorías abusivas y aplastantes.
La democracia infiere que existan minorías, representadas, escuchadas y atendidas en los Congresos y en los Gobiernos del mundo.
Ese es de hecho, la esencia de este concepto copiado por los franceses durante su revolución del siglo 17 y adaptado con muchas dificultades -hay que decirlo- a la vida occidental moderna.
No… no es un fin en sí mismo.
La democracia es un medio para alcanzar un equilibrio entre el conglomerado social… es una herramienta al fin.
De entrada, ni en la política ni en ningún juego de azahar o competición, debe olvidarse de dos principios, en aras de la armonía social:
“Ni hay ganadores absolutos…ni hay perdedores fatalmente liquidados”; y como en el curso de la historia y en el devenir de la vida misma, “No hay vencedores para siempre… ni hay perdedores eternos” tampoco.
Procure Doña Claudia, ser prudente y respetuosa en lo sucesivo con las llamadas minorías electorales y, con sus panegiristas y seguidores, como el caso de Gerardo Fernández Noroña, flamante e inaudito presidente de la Mesa Directiva del Senado; exíjales con autoridad que observen respeto a los partidos de oposición; que no pretendan humillarlos en el esfuerzo que hacen por sobreponerse al atropello brutal de que fueron objeto gracias a una “elección de Estado” practicada por el Gobierno que la antecedió y con la participación decidida del partido que la impulsó a usted al cargo que hoy detenta.
No…los partidos no deben sucumbir, así hayan obtenido un solo voto del electorado, son instituciones que representan la voluntad ciudadanía, con legítimo derecho a ser representada. Ni el PRI, ni el PAN, ni el PRD, ni MC estorban…se equivocan los “morenos”.
Deben ser estimulados por el contrario a seguir luchando en el marco democrático y legal, por obtener el favor de la población…en esa lucha democrática se sustenta el atributo de representatividad consagrado en el artículo 40 constitucional.
Su principal objetivo, por encima de construir “segundos pisos” a la demagogia y la ambición desmedida de poder hegemónico, debiera ser empezar por reconstruir el ánimo social (junto con la paz y el orden público)… debiese usted empezar por dejar de polarizar al país, como lo hizo su antecesor y “padrino político”, con arengas cargadas de odio y sofismas que confunden a la de por sí poco ilustrada ciudadanía, como ese que ha repetido hasta el hartazgo: ”El pueblo soy yo… y cualquier ofensa hacia mí, es contra el pueblo” (Muy seguramente… ¡Cuánto ocio, Dios mío!)… O el que ha dado en repetir últimamente usted señora presidenta: “¡La política se hace con amor al pueblo… yo sí amo al pueblo!” (Más cursilería no podría ser).
Seguramente antes los gobernantes no querían al pueblo…por eso no les repartían dinero…
El pueblo somos todos los integrantes de la población…civil y militar… en el Gobierno o fuera de él…
La oposición representa más del 40% de lo votado para la composición del Congreso de la Unión…y Morena, más del 50%…pero no llegan al 60%.
Eso es lo más destacable de todo el resultado electoral de junio pasado… lo demás es propaganda.
No porque el ‘presidento’ que se fue tenga una popularidad del 65 o el 70%, será suficiente para desdeñar la importancia y la opinión de la oposición… esa es la ‘búsqueda de equilibrios’ que necesita este país.
Y esos equilibrios se construyen con un formato de la comunicación llamado ‘diálogo’, imprescindible en la actividad política… pero al parecer desconocido para los inventores…para los que son dueños de la patente del poder político en México ahora… los seguidores de Morena y la 4 T.
Son los que curiosamente se autodenominan, los practicantes del “Humanismo Mexicano”.
Un “humanismo de poses” por cierto, que inspiró el pasado martes en el Congreso de la Unión al ‘expresidento’, también conocido como ‘el pejelagarto’… a dar un cariñoso ‘beso en la frente’ a la Maestra Ifigenia Martínez, ícono de la lucha social desde el centro-progresismo en el siglo 20…
Gesto que ciertamente celebra el suscrito… pero que también pudo ser un gesto de aliento, por ejemplo, para las “Madres Buscadoras”, si no con ‘beso de Judas’ falso, sino con una voluntad de acción decidida y desprendida para dar a esas madres, a esos padres de familia, a esos hermanos, a esos amigos, la certidumbre de que están vivos y rodeados de la fraternidad humana…de que la vida siempre tiene una esperanza que seguir.
Para las “Madres Buscadoras” de sus hijos, estimados en este sexenio que pasó en 55 mil individuos, el “Humanismo” de López Obrador (y al parecer también de Claudia Sheinbaum, que va por el mismo rumbo) no tuvieron un mínimo gesto de atención, fraternidad, ni sororidad… ni a “beso” llegaron. Esas pobres madres siguieron recibieron de el “apoyo” dado por las autoridades estatales y federal, de “mala gana” y forzados por la presión mediática…
Palas y azadones, en eso consistió en la mayoría de los casos el apoyo.
Jamás, ni el más álgido de los escritores del realismo fantástico (con pinceladas escalofriantes) pudo haber tenido una imaginación tan prolífica, como para concebir un pasaje tan crudo, tan triste, tan ofensivo al género humano como este de las “Madres Buscadoras” mexicanas, que solicitaron apoyo a la autoridad. Apoyo constitucionalmente previsto (facultad de investigar delitos) …y como respuesta obtuvieron “palas y azadones” para que ellas mismas hicieran la labor.
Ni Kafka, ni Andre Breton… ni Albert Camus, los hubieran podido plasmar tan nítidamente en su obra literaria… esta representación de “los días más negros de Dios”.
En igualdad de circunstancias, desatendidos, se encuentran los familiares y allegados de las casi 200 mil víctimas de la violencia en este país durante los seis años de desgobierno de López Obrador.
Y la política errónea al final, sin corregirse… la política de “repartir abrazos en vez de golpes de autoridad y legalidad”.
No hubo “Humanismo Mexicano” para los familiares de los 41 individuos en calidad de migrante que perecieron calcinados por la negligencia y la impericia de quienes operan todavía el Instituto Nacional de Migración, en la estación migratoria de Puente Lerdo, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Ni un simbólico “beso en la frente” … humanista… para las familias de las 26 víctimas fatales de la caída de la Línea 12 del Metro de la CDMX ni para el más del centenar de lesionados…un simple y frío cheque por dinero apenas útil para enterrar a sus muertitos o curar a sus lesionados…pero nunca suficiente para solventar la pena de pérdidas de vida tan innecesarias, tan injustas… tan dolorosas e impresionantes…
No hubo el mínimo “humanismo”, para los seis migrantes cobardemente acribillados por la fuerza pública (Guardia Nacional) en la frontera sur mexicana hace 48 horas, que formaban parte de un contingente de personas en condición de migrantes de nacionalidades tan diversas como egipcios, nepalíes, árabes saudíes, cubanos, entre otras.
No, Doña Claudia, a este concepto… a ese modelo económico del que se ufana usted y le nombra el “Humanismo Mexicano”, debemos “meterle mano” todos los mexicanos interesados… mayorías y minorías… corregirlo y volverlo congruente con el propósito democrático.
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Alejandro Moreno es ratificado en la presidencia del CEN del PRI
La tarde de ayer, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en sesión deliberativa verificada en sus instalaciones, ratificó con 3 votos a favor como válida, la Vigésimocuarta (24) Asamblea Nacional del PRI, en la que resultó electo por mayoría indiscutible, el senador Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas.
Esta es otra batalla que gana el campechano al régimen…y con la “ley en la mano”.
Ya abundaremos.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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