Eduardo Sadot
Está más que probado lo inoperante de una elección de jueces y ministros, a estas alturas a todos nos queda claro, bueno para quienes tienen dos dedos de frente – entonces no son todos – que la ocurrencia de acabar con el poder judicial confundiendo sus labores de juzgar e interpretar el derecho, con la persecución de los delitos por las fiscalías, que son los que arman las carpetas que debe juzgar el poder judicial y sin las cuales el juzgador no puede hacer más allá de lo que le pidan los fiscales y si están mal armadas, los inculpados se sustraen de la justicia.
También es claro que esa reforma surgió de una mente perversa dominada por la ira – contra lo que se le oponía – la envidia – contra todo lo que no surgiera de su mente enferma – la soberbia – lo que no tuvieran que agradecerle – la avaricia – todo yo, todo yo, nada los demás, la pereza – de no hacer diagnósticos y planificar considerando bondades y perjuicios – la gula – que no se refiere a la comida sino a los excesos en todo como querer hacer para que le agradezcan todo, aunque no pueda terminar en su periodo de tiempo.
Ahora está más que claro, que en el poder ejecutivo la ética – esa ciencia normativa que debiera normar la conducta de los funcionarios – con principios de justicia, respeto, cumplimiento a sus juramentos de respetar la Constitución, la separación de poderes, por mencionar solo algunos, estuvo ausente los seis años anteriores.
Es francamente de locos ver a la cáfila de legisladores enajenados siguiendo los caprichos de quien los pastoreó y sobajó – muchos de ellos fueron castrados en sus aspiraciones políticas – y aún así, hoy pretenden seguir la locura de destruir al poder judicial, es de locos ver declaraciones del embajador de Estados Unidos, de expertos doctores en derecho – ojo no doctores en física o medio ambiente que no es lo mismo que en derecho – pronunciarse en disertaciones sesudas para defender la separación de poderes y la democracia de México y, que sigan pensando que lo que hacen hoy no tendrá consecuencias en su lugar en la historia después. Ver a exministros ahora en morena contradiciendo lo que algún día sostuvieron y retorcer sus pensamientos para humillarse servilmente sin dignidad frente al poder, ante la mirada atónita de sus propios hijos.
Es frustrante mirar con rabia, impotencia y frustración contenida, cómo afloran las miserias humanas arrojando por el suelo la poca dignidad que les quedaba.
Muchas cosas habrán de evolucionar, para muestra solo una, no están considerando la importancia del recurso humano como parte del patrimonio de México, mientras sí se llenan el hocico diciendo que – lo mejor de México es su gente – pero los dejan partir al extranjero en busca de oportunidades que no reconocen a rango o nivel de la importancia de los recursos humanos, de saber hacer las cosas lo que los americanos conocen muy bien como el “Know How” habilidades, conocimientos, experiencia y destreza para hacer las, todo, todo eso del poder judicial los recursos humanos de todo un poder tirados a la basura por el capricho y la ignorancia de un solo hombre, que pareciera que sigue gobernando, hasta cuándo se librarán de su enajenación de su estupidez, de su fanatismos y de su ignorancia. Para privilegiar los intereses de la Patria, solo quede esto escrito para la historia, igual que en su momento hay escritos para conocer las locuras de Santa Ana, los abusos de Díaz, la perversidad de Victoriano Huerta así hoy en 4Tiempo lo vivido ahora.
Es que en nadie en el poder legislativo y ejecutivo cabe la cordura, más que sus intereses mezquinos. Pobre Patria.
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