Ricardo Del Muro
El 12 de octubre es una fecha “muy polémica” afirmó Andrés Manuel López Obrador cuando estaba por cumplir su primer año como presidente de México y abrió un debate bizantino, totalmente ocioso, exigiéndole a España una disculpa a los pueblos indígenas por los 500 años de la conquista de México.
Aunque poca gente tomó en serio la carta que envió en marzo de 2019 al rey de España, ésta fue motivo de un conflicto diplomático que trascendió el sexenio.
Y en consecuencia, la presidenta Claudia Sheinbaum decidió no invitar a su toma de posesión a Felipe de Borbón en represalia por haberse negado a contestar la carta.
El caso es que el gobierno de Sheinbaum inició con un conflicto diplomático con España, que más bien parece un pleito familiar que algún día, ojalá pronto, sea superado gracias a los buenos oficios de nuestro nuevo canciller, el doctor Juan Ramón de la Fuente.
De hecho, el nombre de América surgió de un “error histórico”, fruto de “un verdadero desbarajuste de casualidades, errores y malentendidos”, que relató Stefan Zweig en su libro sobre Américo Vespucio (1931), un hombres que “gracias a un viaje que nunca emprendió y el cual tampoco nunca sostuvo haber emprendido, alcanzó el inmenso honor de dar su nombre propio a una cuarta parte de nuestra Tierra”.
Sin embargo, este episodio – que podríamos llamar el “affaire de la carta sin respuesta” – ha mostrado que, en efecto, el aniversario del descubrimiento de América sigue siendo una fecha de confrontación ideológica y política, en donde no faltan las violentas manifestaciones de nostálgicos nacionalistas que ya en 2020 amenazaron con destruir la estatua del almirante Cristóbal Colón, por lo que ésta tuvo que ser removida de la glorieta, donde era punto de referencia, en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.
En su lugar, los grupos feministas colocaron la “estatua Antimonumento” y se apropiaron del sitio que renombraron como la “Glorieta de las Mujeres que Luchan”. El desenlace obvio fue el anuncio que hizo Claudia Sheinbaum, todavía jefa de gobierno de la Ciudad de México, el 12 de octubre de 2022, de que allí sería colocada “La Joven de Amajac”, una escultura que es copia de una pieza prehispánica hallada en 2021 en Veracruz.
“El que hoy en ese justo lugar donde durante mucho tiempo estuvo Cristóbal Colón, quede una pieza que es una réplica de una mujer que fue gobernante, en su época, o por lo menos ese es el significado, y una mujer indígena, sobre todo. Entonces es un lugar especial, y también reconocemos a las colectivas y su lucha, entonces por eso hay diálogo”, señaló Sheinbaum al presentar el proyecto de la escultura, que sería develada este año por Martí Batres, convirtiéndose en símbolo del nuevo gobierno que encabeza la primera presidenta de México.
La estatua de Cristóbal Colón, obra del escultor francés Charles Cordier, llegó a México hace más de un siglo procedente de París y desde 1877 presidió una de las glorietas más emblemáticas del Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, hasta que fue inevitable su remoción. Ante las amenazas de los iconoclastas, tarde o temprano iba a ser destruida. Cuando la sacaron en 2020, fue días antes de una marcha de protesta en donde, obviamente, iban grupos de encapuchados, autollamados “anarquistas”, armados de botes de pintura y martillos.
En un principio se pensó en trasladarla al parque América en la colonia Polanco de la Ciudad de México, pero ante la inconformidad de los vecinos, alarmados porque esto terminaría con la tranquilidad del parque, se decidió llevarla al Museo Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán, donde permanece embodegada.
A pesar de todo, año tras año se recuerda el nombre del genial marino genovés Cristóbal Colón y se conmemora el descubrimiento de América, que ocurrió hace más de cinco siglos, el 12 de octubre de 1492, fecha a la que se le han dado distintos nombres; desde Día de la Hispanidad a Día de la Raza, Día de la
Resistencia Indígena y recientemente, el Senado aprobó que fuera Día de la Nación Pluricultural, para reconocer “la riqueza multicultural, pluriétnica y multilingüe que caracteriza a México”. Todos los años, también, hay marchas y manifestaciones populares de reivindicación indigenista y repudio al colonialismo.
Lo cierto es que América no fue “descubierta” porque América, tal como la conocemos, no existía, señaló el historiador mexicano Edmundo O´Gorman en 1958, al publicar un libro titulado “La invención de América”, donde replanteó la manera en que se había pensado la incorporación de nuestro continente al mundo occidental, planteamiento que en esos años también fue objeto de acalorados debates.
En 1492, Colón pensó haber llegado a Asia y con esta idea murió en 1506. Injusticias de la historia, pero el nombre de América, apareció en las cartas geográficas después de que otro explorador, Américo Vespucio, descubrió en 1502 que Brasil y las Indias Occidentales no eran parte de Asia, sino de otro continente al que llamó Nuevo Mundo.
La audaz idea de inventar el nuevo continente, que relató Zweig en 1931 y que es tema de un reciente artículo de la revista Relatos e historias de México (número 192, octubre 2024) se produjo en 1507, en la pequeña comunidad de Saint-Diè-des-Vosges en la hoy Lorena francesa, donde el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller y otros eruditos escribieron un libro en latín, Cosmographie Introductio, en el que presentaron el primer mapamundi donde apareció el nombre de América. RDM