* “… Las desigualdades naturales existen y si algunas se pueden corregir, la mayor parte de ellas no se puede eliminar. Las desigualdades sociales también existen y si algunas se pueden corregir e incluso eliminar, muchas, especialmente aquellas de las cuales los mismos individuos son responsables sólo se pueden no fomentar”. Pronto habremos de constatar el auténtico costo social de la 4T y su segundo piso
Gregorio Ortega Molina
La percepción de las posiciones ideológicas en el quehacer de los gobernantes, de los que mandan, de los que aspiran a modificar el presente para ver con optimismo el futuro, es absolutamente distinta a la manera en que se vivió desde la fundación de la URSS, la formación del bloque soviético, la caída del Muro de Berlín y la bipolaridad.
Tenemos la obligación de revisar nuestros postulados ideológicos, en la idea de reconstruir un proyecto de nación hoy destruido por los pésimos resultados de nuestros gobernantes, todos. Debemos meditar si Daniel Ortega y Rosario Murillo son realmente sandinistas y ejemplos de izquierda, y si a ellos sumamos a Nicolás Maduro, Gabriel Boric, Gustavo Petro, Miguel Díaz-Canel y todos esos mandatarios que postulan vivir como Carlos Marx, pero como escribieron en los años sesenta, viven como Carlos Trouyet.
¿Resiste una visita pública, una auditoría sobre su origen y escrituración, el rancho de Andrés Manuel López Obrador? ¿Pueden explicarse la clínica del ISSSTE -que ni Obama-, la estación del Tren Maya, la plusvalía y la seguridad adicional debida al cuartel militar que se construye, para que el residente concilie el sueño?
¿Vivir en Palacio Nacional resulta más congruente con una posición de izquierda y de honrada medianía, que haber preservado Los Pinos y despojarlo de lujos? ¿Podría vivir el señor López Obrador como vive José Mujica? Lo dudo, gusta de los lujos, la buena vida, está muy lejos de la honrada medianía.
¿Es la doctora y presidenta de México, Sheinbaum Pardo, una militante de izquierda? Definitivamente no, su manera de ser, vivir, comportarse, confirma que es una pose política. El tiempo lo confirmará.
Refresco mi postura con la relectura de Norberto Bobbio, su texto Derecha e izquierda, razones y significados de una distinción política: “En cuanto a la visibilidad de quien detenta el poder y a la manera con que se toman las decisiones colectivas, la diada necesaria es superficial-profundo: bajo ese aspecto la contraposición históricamente más relevante es la que hay entre el gobierno visible de los Estados democráticos y el invisible, que se ejerce en el despacho secreto del soberano donde se admiten sólo a unos pocos íntimos de confianza, porque los asuntos de Estado deben ser tratados con una profundidad inaccesible para la masa de los súbditos.
“… Las desigualdades naturales existen y si algunas se pueden corregir, la mayor parte de ellas no se puede eliminar. Las desigualdades sociales también existen y si algunas se pueden corregir e incluso eliminar, muchas, especialmente aquellas de las cuales los mismos individuos son responsables sólo se pueden no fomentar”.
Pronto habremos de constatar el auténtico costo social de la 4T y su segundo piso.
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