NO PASA… NADA
Por: Jesús Solano Lira
Lo que no se puede ocultar, y es una lacerante verdad, es la grave situación de inseguridad en que vivimos, aunque la administración pasada haya minimizado los hechos y la incipiente siga los mismos pasos que su antecesora.
Es verdaderamente increíble cómo las balaceras, persecuciones, desapariciones, secuestros, cuerpos abandonados, son parte de nuestro día a día, ya hasta la capacidad de asombro se ha perdido.
Sin lugar a dudas el sexenio pasado fue un sexenio perdido en materia de seguridad y procuración de justicia, la política de abrazos, no balazos, fue un total fracaso. Y no es echarle más leña a la fogata, nelll. Ahí le va. El Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC), presentó el análisis Balance y Desaciertos de la política en seguridad, cómo corregir el rumbo.
En una amplia investigación, señala que la falta de autocrítica y escucha de la pasada administración federal dejó al país sumido en la peor crisis de violencia, y que el saldo de la estrategia de seguridad presuntamente basada “en abrazos y no balazos” fue a todas luces negativo.
Ahhh, por si eso no fuera poco, señala que durante la pasada administración cada 15 minutos con 48 segundos perdió la vida una persona, además que la militarización irreversible y una gran deuda con las víctimas de delitos lo convierten en un sexenio perdido en materia de seguridad y justicia, que conste que no lo digo yo, lo fundamenta el balance del ONC. Vaya cifras…
Se destaca que la administración pasada, se registraron 194 mil 510 víctimas de homicidio doloso y feminicidio. Es decir, 91.2 al día. Esto es, una víctima cada 15 minutos con 48 segundos. Si hubiera sido un sexenio completo se habría llegado a 201 mil 217 homicidios. Y qué decir del papel que ha jugado la Fiscalía General de la República al servicio y la orden del presidente, porque, en el sexenio Lópezobradorista fue utilizada más con fines políticos, que para fortalecer la procuración de justicia federal.
El documento del Observatorio Nacional Ciudadano, hace un balance no solo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y la Fiscalía General de la República (FGR), sino sobre las políticas implementadas en la materia, que muestra evidencia sobre las políticas cuestionables frente al lavado de dinero, así como de los programas sociales que fueron insuficientes para prevenir el delito y la violencia. ObservatorioNacionalCiudadano www.onc.org.mx @ObsNalCiudadano Para el director del ONC, Francisco Rivas, el saldo de la estrategia de seguridad presuntamente basada “en abrazos y no balazos” fue a todas luces negativo.
No hay evidencia, añadió, de que en la pasada administración federal haya mejorado la eficiencia, la eficacia, la transparencia, la rendición de cuentas e incluso la incidencia delictiva. Y tómala. De acuerdo con Francisco Rivas, lo anterior no se logró, porque no se corrigieron las debilidades y errores evidentes de la Estrategia Nacional de Seguridad desde un inicio. Durante el gobierno de López Obrador, indicó, México no solo continuó gastando poco en seguridad, sino que hubo ineficiencia con austeridad, lo cual fue en detrimento de las instituciones y las políticas públicas en la materia.
El especialista reconoce que el gobierno de Claudia Sheinbaum, recibe una administración pública federal con endebles capacidades institucionales, para enfrentar un fenómeno criminal al alza en un contexto de abierta militarización. Según Rivas, la presidenta cuenta con todas las herramientas para impulsar una estrategia de seguridad que permita pacificar al país.
“La Estrategia Nacional de Seguridad presentada por la administración de Sheinbaum no solo requiere ser afinada, sino que debe optar por un enfoque novedoso que no replique las políticas y líneas de acción implementadas por los pasados gobiernos federales”, recomendó el especialista. Francisco Rivas insistió en que para corregir el rumbo es necesario aprender de los errores.
Por esta razón, dijo, en el Observatorio Nacional Ciudadano consideramos que la Estrategia Nacional de Seguridad debe: Implementarse con un mejor ejercicio del gasto público, formularse con perspectiva de género.
Asimismo, se debe adecuar el diseño de programas sociales con fines de prevención del delito, ampliar su visión al ámbito municipal e internacional, definir con urgencia sobre los siguientes temas: víctimas, derechos humanos, violencia de género, cooperación internacional, lavado de dinero. La SSPC puede ser la llave del cambio en la estrategia o el “elefante en la sala”.
Sobre la deuda del pasado gobierno federal en la atención a víctimas, el director del Observatorio Nacional Ciudadano lamentó que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) se haya debilitado, por la falta de personal suficiente, de la poca o nula capacitación, del presupuesto insuficiente y de la deficiencia de los mecanismos de reparación.
Para remediar la deuda transexenal con las víctimas de la violencia se requiere, una reingeniería institucional estructural de la CEAV para mejorar su desempeño y atender con eficiencia las necesidades de las víctimas.