RODOLFO VILLARREAL RÍOS
Día con día encontramos en las páginas, impresas y digitales, de los diarios mexicanos, así como en las redes sociales de nuestro país noticias y/o opiniones acerca del proceso electoral estadounidense. La mayor parte de las veces, la forma en que se presentan es como si los electores en los Estados Unidos estuvieran pendientes de ver que opinamos al sur del Bravo para, en función de ello, tomar su decisión a la hora de emitir el sufragio. Desafortunadamente, los escritos y opiniones originados en Mexico parten de dividirlos en buenos y malos: los Demócratas son unas almas de la caridad envueltos en olor a santidad, mientras que en el grupo de los Republicanos se congregan los malvados quienes son los herederos directos de Belcebú. Por consiguiente, se vuelcan en pro de quien represente al grupo primero. Acerca de todo ello, daremos nuestra opinión.
Para empezar, ni Republicano, ni Demócratas son lo que algunos perciben. En ambos Partidos sus dirigentes responden a intereses económicos-políticos perfectamente definidos, actúan en función de ellos y la perspectiva de país que consideran es la más adecuada para que progrese su agenda. Asimismo, en Mexico, esos opinadores olvidan que las administraciones estadounidenses que se llevaron la mitad del territorio nacional y nos invadieron dos veces estaban dirigidas por miembros del Partido Demócrata (Jackson, Polk y Wilson). Pero vayamos a lo que sucede en nuestros días.
Nadie tenemos duda de que en México la abrumadora mayoría de los analistas políticos se han decantado en favor de Kamala Harris, al tiempo que expresan una total aberración a Donald J. Trump. Su opinión la basan en el discurso antinmigrante y proteccionista del segundo. Olvidan que a la primera le fue encargado se ocupara de vigilar que la inmigración por la frontera sur se realizara de forma ordenada y bajo la premisa de saber quienes eran los que entraban al país y deberían de cubrir los requisitos legales que se demandan a los que buscan vivir en los EUA. Los resultados ya vimos cuales fueron, aquello se caracterizó por el desorden y, hoy, nadie sabe cuántos, ni quien entró y cual es el fin para el cual ingresaron a los EUA. Lo que si se conoce es que una gran parte de los recursos destinados a la atención de los desastres naturales se gastó en proveerlos de vivienda y alimentos, al grado que cuando en el sur de los EUA (North Carolina y Georgia) azotó un huracán, no hubo forma de auxiliarlos oportunamente.
Por lo que respecta al discurso de Trump referente a la inmigración, se olvidan de que este va dirigido a los habitantes de su país de origen hispano, afroamericano y la clase trabajadora de blancos cuyos ingresos son modestos. No alcanzan a percibir que entre esos grupos no hay ninguna simpatía por quienes arribaron sin cubrir el proceso legal correspondiente. Los recién venidos llegan a competir por sus empleos y abaratar la mano de obra, de ahí que una gran cantidad de los grupos mencionados estén abandonado a los Demócratas. Además, en Mexico, se deja de lado que durante los cuatro años en que Trump gobernó, las condiciones de vida de los grupos mencionados líneas arriba mejoraron sustancialmente.
En el contexto de lo anterior, hay algo que en nuestro país poco se percibe. Los opinadores no podemos partir de la inferencia de que, en los EUA, sus habitantes, nativos o los paisanos e hispanos de otro origen, que andan por allá, se levantan todos los días prestos a revisar las páginas electrónicas para ver que opinaron don Perico de los Palotes, don Juan de las Garnachas o dona Necedad Sucinta sobre la política en ese país y a partir de ahí formar su criterio para votar. Quien mora en aquella nación tiene una realidad que nada es parecida a la nuestra y, en muchos casos, hay inmigrantes quienes viven con un resentimiento profundo hacia los gobernantes de sus países a quienes culpan de haber llevado a sus naciones a un estado tal de cosas que no les quedó sino huir al extranjero. Porque nadie quien se mueve de su lugar de origen lo hace por el gusto de irse a la aventura. Si alguien lo duda, no tiene más que cruzar el Bravo y preguntar acerca de esto.
En el entorno de lo descrito existe otro aspecto que, en México, nadie osa mencionar. Los profesionales calificados que emigran enfrentan una situación muy peculiar. Si sus credenciales son de alto nivel y no están dispuestos a pertenecer a la Plantación Demócrata son sujetos a todo tipo de embates tratándoles de impedir su desarrollo. Entre esos quienes se dicen amantes de cuantos emigran, existen muchísimos que operan bajo la condicionante de quienes llegan deben de actuar sumisamente y jamás mostrar que pueden competir con ellos en el terreno profesional, su percepción es que el inmigrante es pobre y de coeficiente intelectual escaso.
Entre los temas que se discuten en la contienda presidencial está el del aborto. La ciudadana Harris lo defiende a partir del derecho de la mujer de disponer de su cuerpo como mejor lo considere, estamos de acuerdo totalmente, salvo que en ello va la responsabilidad de asumir los costos que tenga y no esperar que el gobierno sufrague recursos para cubrir la irresponsabilidad. Por su parte, el ciudadano Trump apoya que la legalidad o no del aborto sea definido por los habitantes de cada uno de los cincuenta estados que conforman la Unión y, en función de sus percepciones, tomen la postura que consideren más adecuada acorde con sus circunstancias. Respecto a este tópico, nos parece una irracionalidad que sea tema de debate.
Nos encontramos en pleno Siglo XXI en donde existen un sinfín de métodos anticonceptivos y no hay razón para que se den embarazos no deseados. Si, ya sabemos que hay algunos incapaces de controlar la hormona, pero… Estamos ciertos, también de que la interrupción del embarazo debe de darse en aquellos casos en que haya sido producto del incesto, estupro, existan condiciones médicas, del feto o de la madre, que lo hacen necesario, pero no creemos que deba de emplearse como método anticonceptivo. Qué tal si se enfatiza de manera preponderante en proporcionar educación al respecto y no seguir riñendo cuando el problema ya está ahí.
Otro tema de discute en la contienda estadounidense son las relaciones exteriores de los EUA, tanto en lo político como en lo económico. La ciudadana Harris, tratando de quedar bien con todos, no acaba de mostrar cual ha de ser la línea, en ninguno de los dos renglones, que habrá de seguir para lidiar con los asuntos externos. Por su parte, Trump no oculta que habrá de aplicar la línea dura en sus relaciones con otros países a partir de los intereses de los EUA. Al respecto, en México y muchos en los EUA, no terminan por entender que, si aquel país no actúa bajo un liderazgo fuerte, no puede sentarse a negociar con nadie con la expectativa de tener éxito.
En relación con lo anterior, por si alguien no lo ha notado, es conveniente revisar como, actualmente, el mundo carece de un liderazgo y los problemas aparecen por todos lados. En América Latina, los dictadores van apoderándose, un día sí y otro también, de los gobiernos de los países; en Medio Oriente se vive una lucha terrible en donde los seguidores del Islam tratan a toda costa de destruir a Israel y, en ese contexto, el antisemitismo se ha desatado en todo el mundo; los países de Europa no encuentran su camino y ni siquiera la economía más potente, Alemania, halla como jalar al resto de los integrantes de la Unión Europea para recuperar el crecimiento económico; en Asia, China busca a toda costa incrementar su territorio, mientras sigue en espera de la que la economía estadounidense se recupere para reactivar la suya, mientras tanto se dedica a vender productos basura a los incautos de otras naciones cuyos habitantes, entre otras cosas, sueñan que si se alían con los chinos van a poder acabar con los EUA, sin percatarse de lo que implica estar bajo el dominio de China; a la par de todo lo anterior, se vive la guerra entre Rusia y Ucrania en donde un par de vivales se disputan territorio y recursos sin importarles lo que suceda con sus habitantes.
Ante la retórica tarifaria de Trump y el silencio que al respecto muestra Harris, volvemos a pasar por alto que el mensaje es para consumo interno. No podemos olvidar que al momento en que las inversiones estadounidenses se fueron a otros países, eso representó perdidas de puestos de trabajo para los estadounidenses. Eso, en ninguna parte hace feliz a los miembros de la clase trabajadora. Ahí, se encuentra el motivo por el cual los integrantes del ayer de la coalición Demócrata se muestran reacios a otorgar su apoyo a la candidata de ese Partido. No es que amen a uno y odien a otra, eso es un asunto de supervivencia y, como dirían en el pueblo, “primero está comer que ser cristiano”.
Ya que andamos por esas veredas, nadie puede negar que en los últimos cuatro años el costo de la vida se disparó en los EUA y aunado a ello, se observó algo inusual. Al visitar los sitios de abasto, supermercados o como quiera llamárseles, con frecuencia se observan anaqueles vacíos o con la disponibilidad totalmente limitada o carente de x o y producto. Ello es una muestra de que las redes de distribución están colapsadas o bien que la producción anda por caminos similares. Esto, en una sociedad de consumo como lo es la estadounidense no genera ninguna simpatía ni al responsable del Ejecutivo, ni al Partido en el poder.
Otro aspecto que se pasa por alto en nuestro país son las luchas intestinas que se viven tanto dentro del Partido Republicano como en el Demócrata. Todos asumen que en este último la unidad prevalece en torno a la ciudadana Harris. Olvidan, sin embargo, que dentro de él existen dos facciones que se disputan el control de ese instituto politico. Antes de continuar, no podemos dejar de mencionar que no estamos seguros de que cuando el presidente Biden llamó basura a los seguidores de Trump, lo haya hecho de forma inconsciente, más que un respaldo le creó un problema a su candidata. Las noticias sobre el enfrentamiento entre los miembros de su grupo y el de Harris son pan de cada día. Pero retornemos al comentario inicial de este párrafo. Por un lado, está el grupo liderado por William Jefferson Clinton y Hillary Rodham Clinton. En el otro, se sitúan Barack Hussein Obama y Michelle Obama. Los primeros no perdonan a los segundos que le hayan dado un apoyo limitado a Hillary cuando fue derrotada por Trump. Aparte, ella, no va a estar muy contenta de que una mujer de color sea la primera presidenta.
Alguien nos podrá decir, pero si ya le mostró su apoyo y hasta llamó nazis a los seguidores de Trump. ¿En verdad creen que eso es respaldarla? No olvidemos que, durante su campaña, Rodham Clinton calificó de deplorables a esos mismo y le costó una buena cantidad de votos. Así que fue un golpe calculado con apariencia de apoyo. En lo que corresponde al “team” Obama, la aparición de sus miembros ha sido esporádica y cuando el ciudadano Obama ha salido a emitir discursos es para reclamar a los afroamericanos por no mostrar entusiasmo hacia Harris. Por su parte, la ciudadana Obama, solamente, ha hecho una intervención en la campaña y nada trascendente surgió de ello. Lo que sucede es que a ellos no les conviene una victoria presidencial de la candidata Demócrata. Veamos el porqué de nuestra aseveración. Un triunfo de Harris implicaría, hipotéticamente, una permanencia de ocho años en el cargo. En caso de que Trump triunfe, sería un gobierno de cuatro años y para entonces estaría abierta la posibilidad de que la integrante del dúo pueda competir por la presidencia.
Por lo que corresponde al Partido Republicano, nadie duda de que Trump se adueñó de él. Lo cual, sin embargo, no implica que los RINOS (“Republicans In Name Only” o Republicanos Solamente de Nombre) estén inactivos. Los intereses económicos que representan los miembros del clan Busch, los rescoldos de los seguidores de Richard Cheney o bien otros representados por Mitch McConnell y compañía no estén operando en contra del candidato republicano. Si Trump es derrotado, inmediatamente, buscaran retomar el control del Partido y plantear un discurso diferente que vaya acorde con la retorica que ellos promueven. Ahora que, si Trump triunfa, este tendrá cuatro años para construir un candidato que lo suceda y a quien heredarle su legado.
En síntesis, lo que digamos y/o escribamos en Mexico no tiene absolutamente ninguna influencia en el electorado estadounidense, es algo para nuestro consumo doméstico y, no importa quien triunfe no habrá de tomarnos parecer a la hora de definir sus relaciones con nosotros. Eso lo harán en función de sus intereses, a lo más que pueden aspirar nuestros gobernantes es a obtener las mejores condiciones, pero para ello es necesario que impere el nacionalismo pragmático y no patrioterismo trasnochado. Entre uno y otro hay un Estadista como diferencia.
Para concluir, un dato que nada se comenta en Mexico. Acorde con las diversas encuestas que se realizan en los Estados Unidos, al preguntársele a la población que tan satisfechos se encuentran con la situación que vive el país, solamente, el 28 por ciento responden que es satisfactoria. Al momento de revisar la historia al respecto, se encuentra que cuando esa opinión linda cifras como esa en época de elecciones presidenciales, el Partido en el poder pierde. ¿Será esta la excepción? Poco tardaremos en saberlo, el martes 5 de noviembre próximo se decide qué tipo de país será los Estados Unidos de América en el futuro. Sus ciudadanos optaran por el modelo económico-político que consideren más conveniente para preservar su estilo de vida y supremacía en el concierto mundial.
Eso sí, las consecuencias de que acierten o se equivoquen tendrán repercusiones para todos los habitantes del orbe. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (24.42.130) Dos cosas acerca de la Serie Mundial. Primera, se confirma nuestra percepción al momento que asistimos, hace años, al Yankee Stadium, no es sino un edificio de plástico sin alma beisbolera que no tiene ningún peso específico sobre los rivales. Segunda, los integrantes actuales de los Yankees no son sino un montón de peloteros sobrevalorados y cobradores de cantidades estratosféricas que no van de acuerdo con su calidad, un ejemplo de ello es que no son capaces ni siquiera de capturar un elevado que va de frente a ellos. En síntesis, el uniforme les queda muy holgado.
Añadido (24.42.131) Al paso que va, el presidente nacional del PRI tendrá que cambiar el maletín por un monedero, en este le cabrá toda la militancia.
Añadido (24.42.132) Parafraseando uno de los dichos de allá por el pueblo, “que cambio climático, ni que ocho cuartos…”, la tragedia ocurrida en Valencia, España es producto de la irresponsabilidad de una partida de sinvergüenzas-ineptos quienes no son capaces de tomar las precauciones debidas avisando oportunamente a la población acerca de lo que se avecina ni construir lo requerido para evitar ese tipo de catástrofes. ¿En que otra parte del mundo se ha vivido algo similar?