La Espinita
Andy S. K. Brown
- Mañana, Día D para nuestro futuro
- Televisa – Univisión va con Trump
- Ruindad con la tragedia española
El martes es el día de la semana consagrado a Marte, el dios helénico de la guerra. Muchas supercherías giran en torno a los martes, muy en especial a aquellos que en el calendario son el decimotercer día del mes.
El refranero mexicano apunta que “en martes, ni te cases ni te embarques”. Y este martes México se embarca hacia su futuro que muchos consideran será ominoso.
Dos eventos definitorios coincidirán mañana. Uno local, a celebrarse en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde previsiblemente ocho de los once ministros de su Pleno considerarán parcialmente inconstitucional la reforma judicial empujada por AMLO y dócilmente ejecutada por Claudia Sheinbaum y las bancadas legislativas de Morena.
Previsiblemente, también, los morenistas desacatarán el fallo; los juzgadores podrían iniciar procesos de desafuero en contra de quienes no obedezcan su decisión y, en contrapartida, Sheinbaum y los seguidores de López Obrador iniciarían juicios políticos en contra de los togados.
Sobrevendría una crisis constitucional de proporciones catastróficas que afectaría la vida económica, social y, claro, política en nuestro país.
El otro evento es internacional y no es otro que el de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Las previsiones apuntan que Donald Trump resultará triunfante.
Y entonces sí, a partir del próximo 20 de enero el panorama de las relaciones entre los dos vecinos a quienes separa el río Bravo se tornarán aún más complejas de lo que ahora están.
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente / de la patria manchar los blasones! / ¡guerra, guerra! los patrios pendones / en las olas de sangre empapad.
¡Guerra, guerra! en el monte, en el valle, / los cañones horrísonos truenen / y los ecos sonoros resuenen / con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!
Martes. En honor a Marte. Dios helénico de la guerra.
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Primero los intereses personales. Después, los de la comunidad a la que dicen servir.
Es el caso de Televisa-Univisión, la mayor cadena de televisión con transmisiones en español en los Estados Unidos.
La blandengue posición que han asumido frente a Donald Trump, desde que la empresa que aparentemente todavía es de Emilio Azcárraga Jean adquirió el mayor porcentaje accionario de Univisión, contrasta con la que esta última mantenía frente a quien acusa a los migrantes de todo tipo de problemas que enfrenta la sociedad estadounidense.
Se ha criticado que en las entrevistas que, por separado, hiciera Enrique Acevedo a los dos candidatos a la Casa Blanca, el conductor de noticieros fuese “blandito” con Trump, a diferencia de la actitud que mostró ante Kamala Harris.
No sólo eso. También que en Mar-a-lago, la residencia veraniega del expresidente en Florida, estuviesen presentes durante la grabación de la entrevista los dos máximos dirigentes de la empresa: Alfonso de Angoitia Noriega y Bernardo Gómez Martínez. Este último amigo personal y socio de Jared Kushner, yerno de Trump.
Es claro que la empresa ya se decantó por el candidato anaranjado, justo cuando el voto de los latinos y de los mexicanos es clave para que cualquiera de los dos candidatos gane los comicios.
Lo hace en espera de que el neoyorquino gane las elecciones a la californiana que se celebrarán mañana para que, ya como presidente de EU, el primero los ayude a resolver las varias demandas en las que Azcárraga Jean y sus llamados “cuatro fantásticos” están acusados. El FIFAgate, la denuncia de Eduardo Fernández ante la SEC, entre otras.
Nada nuevo bajo el sol. Los “televisos” practican en Estados Unidos lo que por décadas han hecho aquí en nuestro país:
Son “soldados del presidente”… ¡Trump!
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A diferencia de lo que han hecho ya varias naciones del mundo civilizado, ni la presidente Claudia Sheinbaum ni el canciller Juan Ramón de la Fuente y ni siquiera el embajador Quirino Ordaz han mostrado solidaridad y empatía con el gobierno español por la tragedia que viven millones de españoles víctimas de un fenómeno meteorológico que ha provocado muertes, desapariciones y pérdida de cuantiosos recursos materiales.
Y no, no se trataba de enviar barcos y aviones con ayuda humanitaria, como sí se ha hecho ya varias veces ante las repetidas crisis del pueblo cubano. Cuando menos algún gesto de amistad con los damnificados.
Pero no. Ni una sola palabra en las llamadas “mañaneras del pueblo”.
Ni una misiva despachada desde el edificio Tlatelolco, sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Ni siquiera un “mu” se ha escuchado en la sede diplomática de nuestro país en Madrid.
¡Eso se llama ruindad!
@AndySKBrown1