Magno Garcimarrero
Ese murmullo suave,
iluminado
por el destello de tus ojos
al llenarte de mi.
Esa voz única
irrepetible y fiel
brotando desde el fondo de ti,
se me pegó a la piel.
Se volvió sobresalto
a la mitad del sueño,
oración al terminar el día,
evocación para el amanecer.
Esa voz
sin letras ni palabras,
sólo un murmullo
que dice todo
sin decirme nada,
se me volvió quebranto
se me volvió dilema.
Hoy le pongo palabras
y lo vuelvo poema.