El presidente argentino Javier Milei ha comenzado a implementar su controvertida política conocida como «la motosierra», la cual busca realizar recortes y cambios significativos en las Fuerzas Armadas.
En un giro inesperado, se conoció el retiro del Comandante Operacional del Estado Mayor Conjunto, Fabián Berredo, quien denunció haber sido amenazado y extorsionado por el subjefe del Ejército, Carlos Carugno, para que renunciara a su cargo.
La Denuncia de Berredo
En una entrevista con Radio Mitre, Berredo expuso que recibió un mensaje amenazante que le advertía sobre posibles represalias contra su esposa, Claudia Barros, coronel médica del Hospital Militar, si no solicitaba su retiro.
«Me mandaron un mensajero para decir que si no pedía el retiro antes de tal fecha, despedirían a mi señora», relató Berredo, quien consideró esta acción como una «clara figura de coerción».
A pesar de haber presentado su situación a las autoridades militares y civiles durante tres meses, Berredo decidió renunciar al no ver acciones concretas en respuesta a sus denuncias. En su carta de renuncia, expresó su decepción ante la falta de acción por parte de la institución.
Reestructuración Militar
La administración de Milei ha llevado a cabo una drástica reestructuración en los altos mandos militares desde su llegada al poder. Esta incluye la designación de nuevos líderes en las Fuerzas Armadas: el general Xavier Julián Isaac como Jefe del Estado Mayor Conjunto, el general de brigada Carlos Alberto Presti al mando del Ejército, el contralmirante Carlos María Allievi en la Marina y el brigadier mayor Fernando Luis Mengo en la Fuerza Aérea.
Desde que Milei asumió el cargo, se han retirado a 23 de los 55 generales del ejército y siete de 26 almirantes. Sin embargo, persisten dudas sobre los criterios utilizados para determinar quiénes deben ser removidos, dado que ni Milei ni su gabinete tienen experiencia militar.
Tensión en las Fuerzas Armadas
El clima de tensión se agrava con la propuesta de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que busca integrar a los militares como una fuerza especial bajo su control para tareas de seguridad interna.
Esta medida ha generado descontento entre las Fuerzas Armadas, cuya misión constitucional es la defensa de la soberanía nacional.
Además, la vicepresidenta Victoria Villarruel, defensora de los derechos de los militares condenados por crímenes de lesa humanidad, se encuentra en desacuerdo con Milei.
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