Aquí en el Congreso
Por José Antonio Chávez
Ayer los lideres del Congreso de la Unión, Ricardo Monreal de la Cámara de Diputados y Adán Augusto del Senado, junto con gobernadores de Morena, fueron testigos de lujo de la toma de protesta como gobernador de Chiapas, de Eduardo Ramírez.
Incluso, Don Adán se acompañó por el presidente de la Cámara Alta, Gerardo Fernández Noroña que lucía una impecable guayabera color blanco, de esas que se usan solo para dominguear. También el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez.
Todo fue fiesta y todo fue glamour, el rostro de Don Adán no correspondía al rijoso del Senado de la pasada sesión donde retaba a golpes, junto con el Judas, Miguel Angel Yunes a los panistas.
La piel delgada y falta de oficio, exhibió a Don Adán su lado del Bronx, un auténtico amateur en la política y más por ser el líder o mandamás de todo el Senado. Se notó, en su falta de tablas el temple de Monreal para manejar ese escenario, cuando se calentaba el ambiente.
La semana pasada le di cuenta que Don Adán andaba muy diferente a su comportamiento con los reporteros de la fuente, se placeo por la zona del patio para promover los productos que se exhibían de Chihuahua y que encabezaba la senadora Andrea Chávez.
Le comenté que Don Adán parece que le daba fobia los medios informativos, pero que en ese espacio se veía muy cómodo y accesible, ¿sería la magia de Chihuahua?
Los panistas acusaban que incluso Adán los retaba a golpes y que se quería quitar el saco como los pleitos de cantina o de chamacos de secundaria. Junto con Junes como auténticos pandilleros, con el respaldo de su bancada. Vaya, como la película de Canoa, que registró un hecho vergonzoso porque el pueblo ignorante, se dejó ir por una voz para linchar a unos estudiantes que hicieron creer eran roba niños.
Don Adán ha sido un político que llegó al Senado con el propósito de arrollar a la oposición, sin guardar las formas exhibió la cartera para comprar consciencias. Su bancada y aliados por la votación les dio 83 senadores y para alcanzar la mayoría calificada de 86, les faltaban tres legisladores.
De inmediato convenció a los dos senadores del PRD, su paisano de Tabasco, José Sabino y de Michoacán, Araceli Saucedo.
A la hora de la votación d la reforma al Poder Judicial, Adán convenció al panista Miguel Angel Yunes, dicen los que saben que les ofreció, a padre e hijo y familia, limpiar sus expedientes que los mantenía en la antesala de la cárcel en Veracruz.
El líder del PAN, entonces, Marko Cortés reprobó la forma de presionar para llevarse ese voto que les daría los 86 que se necesitaban para esa reforma.
Para el líder del PRI, Alejandro Moreno “Alito”, pedía que no se doblaran y aguantaran, porque doblarse sería catastrófico para el país, pues sería como darle a Morena un cheque en blanco con ese voto. Yunes no aguantó y cayó en la tentación.
Don Adán también operó para asegurar esa votación, la misma forma aplicó al de Movimiento Ciudadano, Daniel Barreda que ese día de la votación, misteriosamente se extravió y apareció después de la votación.
En sesiones posteriores, Noroña y Don Adán no dejaban de presumir que el pueblo les dio la mayoría y que por eso aprobaban las reformas que se necesitan. No les gustó que los opositores les restregaran que el pueblo no les dio esa mayoría, que más bien se la robaron a punta de pistola en mano y amenazas.
Por eso, a Yunes y a Don Adán no les gusta en lo mínimo que les griten en su cara, uno de ladrón de votos y otro de traidor. El Senado, después del zafarrancho ya se puede decir que tiene su zona del Bronx.
Jachavez77@yahoo.com