RELATO
6:09 p.m. …”Excuse me”, dijo Anthony, apenas y entró a aquel lugar, repleto de imágenes de santos de la religión católica. Ese día, el lugar estaba atiborrado de personas, mujeres, hombres, niños, niñas, y alguno que otro “transformer”…
Pasado un rato, cuando una mujer al fin se le acercó, le preguntó:
“Dime. ¿En qué puedo ayudarte?” Anthony, sin dejar de mirar por todo aquel lugar, respondió:
“Estoy buscando la imagen del dios “Joseidón”. ¿Lo conoce?”. Y, sin darle tiempo a su interlocutora para responder, continuó hablando: “Es el dios de los mares, de los lagos y de los charcos que se forman todo el tiempo en las calles, cuando llueve mucho…”
“Lo siento mucho”, rápidamente respondió la empleada, “pero aquí solamente vendemos imágenes de la religión católica, y otras chucherías de otras religiones, pero NADA de la mitología griega…”
Decepcionado ante tal respuesta, Anthony abandonó este lugar…
Él, como autista que era, ya no quiso visitar otros lugares, ya que le costaba mucho esfuerzo hacer ese tipo de cosas. Cada visita a un lugar, siempre terminaba causándole muchísima ansiedad…
Así que, sin haber podido conseguir una imagen del dios que buscaba, Anthony, como el ser tan ingenioso que siempre había sido, decidió crear él mismo la imagen del aquel dios…
Para logar eso, Anthony empleó una botella de plástico, de “Sweet Black Poison”. La botella debía medir como un metro de alto, tamaño suficiente para que él lo llevase cargado sobre su espalda, como siempre lo había visto hacerlo a todos esos imbéciles, que cada año solía ver cruzar, de aquí para allá, de allá para acá…
La primera parte de su dios ya estaba listo. Lo esencial, la forma de su cuerpo, ya lo había resuelto. Pero, ahora, Anthony debía de construirle brazos, rostro y todo lo demás…
“¡Mierda!”, exclamó Anthony, mientras miraba con detenimiento la botella enorme de sweet black poison. “¡¿Cómo se supone que le he de dar forma al resto…?!”
Eso, a él, le tomó un día entero… Para lograr darle a su dios su tridente, Anthony buscó una escoba vieja, a la que luego le cortó algunas partes, para así poder darle la forma requerida. Resuelto ya esa parte, Anthony enseguida se puso a pensar en todo lo demás: su rostro, su corona…
“¡Menuda porquería en la que metí”, pensó Anthony, cuando recordó que muchos años atrás le había prometido a Joseidón: “SI ME TRAES UN PADRE, TE JURO QUE HARÉ UN PEREGRINAJE CON MI BICICLETA GHOST, HASTA DOSDE ESTÁ TU SANTO HOGAR…” Es decir, hasta el puerto de Progreso, Yuca-Crap…
“¡MEJOR DEBÍ NO HABERLE PROMETIDO NADA…!”, pensó Anthony, sintiéndose harto y cansado de tratar de construir una imagen con la cual hacer su peregrinaje, como lo hacen tantos imbéciles cada año en diciembre sobre sus bicicletas…
“Joseidón… ¡Allá voy!”, anunció con júbilo Anthony, un día después. Todo ya estaba en su lugar… La imagen de Joseidón, en forma de botella de “Sweet Black Poison”, ahora iba amarrada sobre su espalda.
Nadie que hubiese visto aquella cosa horrenda sobre su espalda, habría podido adivinar que se trataba del dios de los mares, las lagunas y los charcos que se forman en las calles, cuando llueve mucho… Pero eso a Anthony era algo que le importaba un bledo. Con que él supiese de quién se trataba lo que ahora cargaba, le era más que suficiente…
“Joseidón, Baby…” “¡Allá voy para visitarte y agradecerte POR HABERME TRAÍDO UN PADRE”, Anthony no paró de decirse así mismo, mientras pedaleaba su bicicleta Ghost anaranjada…
“Joseidón, Baby…” ¡GRACIAS POR HABERME TRAÍDO AL MEJOR PADRE DEL MUNDO: “SHAYNE CARL FLEMING” …
“Joseidón, Baby…” “¡Neta que tú si concedes milagros…!”
Y así y así… Anthony siguió con su peregrinaje, sobre su bicicleta Ghost anaranjada, hasta el puerto de Progreso, Yuca-Crap…
FIN
Anthony Fleming Smart
Diciembre/09/2024
6:58 p.m. Monday