La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En Twitter son Trump-etillas, en la diplomacia Trun-cazos, cuestión de prenunciación
La designación de Ronald Johnson, como futuro embajador de Estados Unidos en México, es una muestra de que Donald Trump es un hombre transparente: buscará imponer el modelo ‘Bukele’ para combatir la inseguridad en nuestro país.
En su red social Truth, el magnate comentó: “Juntos (con Marco Rubio, que será titular del Departamento de Estado), pondremos fin al crimen de migrantes, detendremos el tráfico ilegal de fentanilo y otras peligrosas drogas a nuestro país y haremos que Estados Unidos esté seguro de nuevo”.
Trump agregó: “(Johnson) fue embajador en El Salvador (durante su primer periodo presidencial), donde trabajó incansablemente con las autoridades salvadoreñas y nuestro equipo para reducir la delincuencia violenta y la migración ilegal a los niveles más bajos de la historia”.
Un par de párrafos son la clave: “pondremos fin al crimen de migrantes, detendremos el tráfico ilegal de fentanilo y otras peligrosas drogas” y “trabajó incansablemente con las autoridades salvadoreñas (…) para reducir la delincuencia violenta y la migración ilegal”.
No es necesario ser un doctor, en ciencia política o relaciones internacionales, para comprender de que se trata la cosa, basta con leer entre líneas lo dicho.
La gran pregunta es: ¿tendrá, la administración Sheinbaum, una estrategia para contrarrestar la embestida o todo se reducirá a mandar cartas y lanzar arengas?
Con que no se tomen en serio, la frase maoísta, de que son ‘un tigre de papel, van de gane.