Para presumir su recién adquirida cercanía con el Presidente Electo, el senador Emilio Gamboa Patrón cuenta a propios y extraños una anécdota que, según él, habrían protagonizado Enrique Peña Nieto y el propio coordinador de la bancada priísta en la minusvaluada Cámara Alta que ahora tenemos los mexicanos.
Gamboa, quien sin duda participó más que activamente en la conformación del gabinete de Miguel de la Madrid allá por el no tan lejano 1982, se ostenta ahora como consejero y hasta partícipe en la integración del equipo con el que el señor Peña habrá de comenzar su sexenio el próximo primer día de diciembre.
Narra Gamboa los detalles de una reunión en la que, de acuerdo a su propio dicho, el mexiquense le habría confiado que más de la mitad de los secretarios del despacho ocupado por Felipe Calderón se habrían acercado ya a él mismo ya a los coordinadores del equipo de transición para solicitar que sus curricula fuesen considerados “a la hora de la hora”.
Incluso, que hasta Peña le dio al mismísimo Gamboa los nombres de los calderonistas –bueno, a estas alturas ya ni tan calderonistas– que pidieron continuar disfrutando de las altas nóminas, los seguros, y claro el boato –“bisnes”, vehículos, comidas, viajes en first class, entre otros muchos privilegios– que en nuestro subdesarrollado país implica el pertenecer a la cúspide de la pirámide burocrática.
Lo relevante de la anécdota que cuenta el yucateco Gamboa, empero, no radica en los detalles, nombres y hasta posiciones de aquellos que quieren repetir en un gabinete presidencial, sino en que el coordinador senatorial habría pasado en ese momento de la confianza a lo confianzudo.
Y es que, siempre según lo que él cuenta, Gamboa le habría dicho a un Peña que casi casi estaba convencido de acceder a que algunos de los actuales secretarios de despacho siguieran en las nóminas, “¡entonces, ¿pa’ qué ganamos, Presidente Electo?!”
Y, peor todavía, que Peña Nieto le habría contestado:
“Ah, pues sí, ¿verdad?”
¡Qué fregón es el coordinador de los senadores tricolores!, ¿verdad?
Gracias a Gamboa Patrón, entonces, quienes se la jugaron con Peña Nieto sí tendrán opción de integrar el gabinete. Por culpa de Gamboa Patrón, los ya casi excalderonistas no van a tener ni un chancesito de seguir haciendo tarugadas al máximo nivel burocrático.
¡Qué fregón es Gamboa!
Con una frase “despertó” a Peña Nieto quien, por lo que cuenta el yucateco, hasta que habló con él se dio cuenta de para qué había ganado.
¡Fregón! En serio.
UN GOBERNADOR
Desde la mañana del 2 julio, y puede ser que desde unas horas antes, en el cotarro se habla del “despido” de dos, tres, quizá hasta cuatro gobernadores que entregaron malas cuentas electorales al equipo peñista. Esto es, aquellas en las que el entonces candidato presidencial del PRI perdió las elecciones o en las que sus opositores se alzaron con los triunfos en curules y escaños legislativos.
Pregunté el fin de semana a un muy cercano a Peña Nieto al respecto.
Su respuesta, seria, fue:
“Sólo uno. Un gobernador”.
La última vez que un candidato presidencial del PRI perdió en varias entidades, allá por 1988, se fueron –o “los fueron”–, los mandatarios estatales de Baja California, Xicoténcatl Leyva; Michoacán, Luis Martínez Villicaña, y Estado de México, Mario Ramón Beteta.
¿Cuál es la entidad, entonces, que ahora tendrá la “suerte” de que le cambien al chambón que dizque gobierna?
¡Hagan sus apuestas!
Índice Flamígero: TracFone se llama la compañía de Carlos Slim Helú que, en Estados Unidos, se ha convertido en una de las mayores donantes de la campaña reeleccionista de Barack Obama. Con ella también vende lo que allá se llama “Obamaphones”. Celulares para los pobres. A sólo 10 dólares el aparato. La cadena Fox lo critica porque, dice, con esas “ofertas” el capitalista mexicano se hace cada vez más rico. Y es que luego los cobra a precio de iPhone, mediante las tarjetas de prepago. + + + Dentro de 39 días Felipe Calderón comenzará a cosechar las traiciones de los suyos. Para empezar, de los suyos. Dentro de 39 días se acaba el sexenio.