Mauricio Carrera
Hay dos clases de fútbol. Uno, donde tras un buen golpe los jugadores se levantan adoloridos o victoriosos y siguen como si nada.
Otro, donde cualquier golpe, por leve que sea, motiva un drama más propio del teatro que del deporte, y donde por los rostros y las expresiones plenas de dolor, parecen haber sufrido una aparatosa fractura de todos los huesos, cuando solo fingen para engañar al árbitro.
Por eso veo poco fútbol soccer y me encanta el fútbol americano.