NO PASA….NADA
Por: Jesús Solano Lira
Sin duda alguna al gobierno de México le ha faltado definir una estrategia que sea verdaderamente efectiva, para atender la crisis migratoria, humanitaria, económica y social que se avecina, ante la inminente deportación de miles de connacionales de Estados Unidos.
Y no sólo eso, México también requiere de una política exterior sólida, que se meta de lleno a las negociaciones con la administración de Donald Trump, que como empresario va por el todo o nada, y aquí en nuestro país, lamentablemente la retórica es la misma, fincada en un falso nacionalismo, cuando lo que urge es tomar la iniciativa, y no solo responder a las bravuconadas del mandatario esatadounidense.
Es en serio, no basta asegurar que están preparados para cualquier escenario, para recibir y dar atención a miles de connacionales que serán deportados de Estados Unidos. No terminan por entender que los programas sociales y clientelares, serán insuficientes a la hora de la verdad. Investigadores de la UNAM, por ejemplo, advierten que ante las deportaciones masivas, urge a México un plan coordinado, intersectorial y multidimensional. Y ahí le va.
Para los académicos de la UNAM, Luciana Gandini, Tomás Milton Muñoz Bravo y José Luis Valdés Ugalde, el mandato de Trump será neoimperial y aislacionista, y sus amenazas se materializan en políticas más restrictivas, xenófobas y generadoras de temor, con las órdenes ejecutivas que firmó en el primer día de su administración.
Para Luciana Gandini, coordinadora del Seminario Universitario de Desplazamiento Interno, Migración, Exilio y Repatriación, el desafío que enfrentamos en México es doble: si ocurren las expulsiones masivas anunciadas, debemos recibir adecuadamente a las personas deportadas, pero también a las retornadas, a las que podrían regresar por sus propios medios y por miedo a la deportación. Hay que garantizar que eso se realice con un trato digno.
En ese tenor, el profesor de la Facutad de Ciencias Políticas y Sociales, Tomás Milton Muñoz Bravo, advierte que las amenazas de van en serio y lo que estamos viendo es la continuidad del primer periodo presidencial de Trump. “Designar a cárteles criminales como terroristas ya se había manejado desde su primera administración, y declarar emergencia nacional en la frontera sur es una situación que ya esperábamos”, pero que se ve reforzado con medidas basadas en el odio, sostuvo el académico.
Muñoz Bravo, considera que para enfrentar la situación, en México se requieren mayores recursos para proteger a los connacionales; y falta coordinación con organizaciones no gubernamentales, empresarios, universidades e iglesias en ambos lados de la frontera. Vaya el gobierno no lo puede todo, aunque lo quiera, caray que terquedad de centralizar las acciones. En tanto, José Luis Valdés Ugalde, investigador del Centro de Investigación Sobre América del Norte, explicó que este es el inicio de una presidencia aislacionista.
El discurso del presidente Trump rompe con el multilateralismo y profundiza el distanciamiento con organizaciones internacionales como la OMS; “vamos a ver qué pasa con la OTAN, de la cual también podrían retirarse”, apuntó. Valdés Ugalde, considera que es neoimperial, y tiene en Groenlandia, Panamá, el Golfo de México o Canadá, a sus principales derroteros (discursivos, por lo menos), que han asustado cada vez más a miembros de la comunidad internacional.
Lo cierto es que basta de las políticas del NO PASA…NADA, y atender con eficiencia y eficacia, así como con respeto a los derechos humanos la inminente crisis migratoria que enfrentará el país, con la paulatina deportación de migrantes, decenas de los cuales ya comenzaron a llegar a la ciudad fronteriza de Matamoros, Tamaulipas, expulsados de Estados Unidos.