* En este municipio, el líder del tricolor, Marco Mendoza, chalán de Carolina Viggiano Austria, candidata perdedora al gobierno del Estado,impuso como dirigente a Fernanda Pasquel, quien perdió como aspirante a una diputación federal; las bases y simpatizantes ni siquiera fueron tomados en cuenta y se rumora que el ex líder, Fernando González, pidió “licencia” obligado por presiones de la señora “Viggiano”, lo que demuestra que el PRI es un partido en franca extinción en el Estado
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), otrora sinónimo de poder absoluto en estados como Hidalgo, es ahora un despojo por el cual, aunque parezca increíble, todavía se pelean sus escasos militantes y sus extraviados líderes.
Mimetizados con su sátrapa, incapaz y corrupto dirigente nacional, Alejandro Moreno “Alito”, los líderes locales priístas insisten darse a sí mismos el tiro de gracia, imponiendo dirigentes sin presencia o fuerza moral alguna. Como si el horno estuviera para bollos.
Y lo decimos porque en Tulancingo el líder local del tricolor, Marco Mendoza, chalán de Carolina Viggiano, candidata perdedora al gobierno del Estado y Secretaria General del RIP-PRI, sigue sin entender que las bases y simpatizantes –o lo que queda de ellos–, merecen algo de respeto.
Sucede que Mendoza, anclado a un muy añejo chip, piensa que todavía son el partido aplanadora y pueden imponer a quien se le pegue la regalada gana o colocar quien ordenen los menguados jefes.
Los escasos pero fieles priístas están que trinan porque además de no tomarles parecer, Mendoza le colocó en la dirigencia del municipio a Fernanda Pasquel, candidata perdedora a la diputación federal y cercana a la señora Viggiano, sin mayor ascendencia política en la demarcación.
El ahora ex líder municipal, Fernando González, parece que fue obligado a pedir “licencia” por órdenes directas de la esposa del ex gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, o sea Carolina Viggiano, para que llegara a la sucursal tricolor de Gayosso, en Tulancingo, la señora Pasquel.
En ése municipio la militancia y los simpatizantes quedaron con un muy mal sabor de boca porque el ex alcalde de su partido q.e.p.d, Jorge Márquez, fue marginado de la candidatura a una diputación federal, a pesar del gran trabajo que hizo ante los ojos de toda la población.
Por supuesto, el PRI le apostó a perder y mandó a gente como la señora Pasquel y otros tantos lamebotas de Carolina Viggiano, que perdieron de manera contundente.
Y a cómo se ve el asunto, parece que el PRI –más bien RIP–, sigue desmoronándose de manera irremisible en el Estado. Lo que acaba de ocurrir en Tulancingo es prueba de ello.
El tema es hasta cuándo los dirigentes nacionales y menores seguirán disputándose un cadáver insepulto y maloliente al que solo unos cuantos insisten en seguir velando con cerillos.
Si no hay un alma caritativa que les haga ver su realidad, en poco tiempo las nuevas generaciones de hidalguenses y mexicanos se preguntarán: ¿PRI? ¿Qué es el PRI?…