Eduardo Sadot
Cada Estado de la república mexicana, tiene sus particularidades, en cada rincón de la patria su gente proyecta su idiosincrasia, su estilo se manifiesta en su expresión corporal, las particularidades de pronunciación de modismos, palabras y hasta sonsonetes vernáculos de cada región, esa manera de hablar tan suyo de particular en Yucatán como en Veracruz o Sinaloa, el carácter alegre de cada zona, la acentuación y tono de un mismo idioma refleja también el carácter de sus habitantes, lo alegre en unos casos, lo golpeado y brabucón de otros, ésta última particularidad de los Sinaloenses a quienes el gobierno tachó de genuflexos, cuando son todo lo contrario.
El asesinato de dos niños y su padre en Culiacán, ha sacudido las conciencias nacionales e internacionales, es inadmisible soportar y continuar con la violencia contra el pueblo y fue precisamente el pueblo el que la semana pasada salió a manifestarse a exigir respuestas a la violencia, al grito de ¡con los niños no!
El pueblo exige a quienes disfrazados de “pueblo” niegan su responsabilidad y pretenden arrogarse la encarnación del pueblo.Los sinaloe
nses y el pueblo de México en general tienen muy fresco en la memoria la machacona frase de “abrazos no balazos” que costó la vida a 199 mil 619 mexicanos, eso sin contar los muertos de COVID por la negligencia e ignorancia de un gobernante que nunca apoyó a los expertos en la materia por su vocación arrogante y autoritaria, durante toda la pandemia nunca se convocó al Consejo de salubridad General como lo establece el Reglamento Interior Del Consejo De Salubridad General en su “Artículo 1. El Consejo de Salubridad General es un órgano colegiado que depende directamente del Presidente de la República y tiene el carácter de autoridad sanitaria, con funciones normativas, consultivas y ejecutivas.” Un órgano colegiado que debió integrarse para hacer frente a la pandemia, pero el autoritarismo del autodefinido como “honesto” nunca cumplió.
Como fue su costumbre nunca hizo caso de los expertos, ni en materia energética, el capricho de dos bocas, ni en materia aeroportuaria – sin escucharlos y de sus pistolas cerró la construcción del NAIM – así como sin diagnóstico la “reforma judicial”. También sospecha Marco Rubio el flamante secretario de EEUU, porqué se usó a las fuerzas armadas como albañiles, si fue para distraerlos para no perseguir delincuentes, para protegerlos. Otra pregunta que se hace Rubio es, cómo llegan armas de la asociación del rifle para el dictador Maduro, si se hizo a la sombra del maduro dictador mexicano.
El pueblo real de a pie exige la renuncia del gobernador de Sinaloa Rocha, quien nunca desmintió su vinculación con grupos delincuenciales, ese mismo gobernador que ahora desata una campaña con la anuencia de su partido como aquella famosa carta de todos los gobernadores apoyándolo contra la decisión del pueblo de Sinaloa.
Como dijera Cicerón refiriéndose a un vivales que abusando de la nobleza del pueblo romano se burlaba un día sí u otro también “Hasta cuando Catilina, hasta Cuando” la destitución del gobernador Rocha amigo personal del anterior presidente, no sería raro que Rocha fuera el artífice de la relación con la delincuencia, el eslabón perdido del vínculo del último dictador mexicano y el narco, ese mismo sendero por el que la DEA le sigue los pasos, que Marco Rubio vigila con lupa para dar resultados.
El pueblo real de carne y hueso exige al gobierno la renuncia de Rocha, para nadie es un secreto que, como en los tiempos del PRI, MORENA sigue ordenes de una sola persona, ello confirma, como tampoco es un secreto, el contubernio gobierno-delincuencia, lo que provocó su irrupción violenta y determinante en las elecciones, Rubio lo sabe, y espera que los ahora disfrazados de pueblo, entregarán Rocha protegido y amigo de obrador o, se hundirán con ambos. Ese es el dilema.
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