* Aunque parezca increíble, la sangre de esta estirpe de traidores a su nación aún corre por las venas de los modernos miramones y mejías, entre los que se cuenta el actual líder nacional del PRI, Alejandro Moreno “Alito”, quien junto con políticos de aparente izquierda como Guadalupe Acosta Naranjo, legisladoras como Lily Téllez y personajes de baja estofa como el empresario Ricardo Salinas Pliego, no han dudado en aplaudir al enloquecido magnate en su intención por invadir nuestro territorio, etiquetando a los miembros de los çárteles como terroristas y una amenaza para su seguridad nacional
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
La llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos, sirvió como catalizador y escaparate para que los modernos herederos de los generales conservadores, Miguel Miramón y Tomás Mejía, aquellos personajes que se pusieron de tapete al archiduque Maximiliano de Habsburgo en su intención de consolidar el Segundo Imperio Mexicano, asomaran la cabeza.
Como quedó registrado en la historia, el Presidente Benito Juárez logró echar del poder a los conservadores que buscaron en su momento entregar el país a un mandatario extranjero, razón por la que el 19 de junio de 1867, Maximiliano de Habsburgo y los militares que traicionaron a su patria, fueron fusilados en el Cerro de las Campanas, en Querétaro.
El hecho marcó la historia de México como un país independiente, pero aunque parezca increíble, la sangre de esta estirpe de traidores a su nación aún corre por las venas de los modernos miramones y mejías, entre los que se cuenta el actual líder nacional del PRI, Alejandro Moreno “Alito”, quien junto con políticos de aparente izquierda como Guadalupe Acosta Naranjo, legisladoras como Lily Téllez y personajes de baja estofa como el empresario Ricardo Salinas Pliego, no han dudado en aplaudir al enloquecido magnate en su intención por invadir nuestro territorio, etiquetando a los miembros de los çárteles como terroristas y una amenaza para su seguridad nacional.
Este tufillo antinacionalista que comparten en común, les ha ganado más repudio que apoyos, porque además de tener como común denominador el oportunismo político, carecen del menor apoyo social a sus disparatadas loas ofrecidas cual lacayos del imperialismo, a Trump.
Y decimos que “Alito” y sus aliados de chisguete no tienen el menor apoyo en los sectores sociales, porque en el caso del líder del tricolor, su partido es un cascarón vacío que ha perdido toda seriedad y peso político.
El campechano, además de lamebotas del gobierno norteamericano es un neófito que desconoce la historia que hizo fuerte al PRI en los albores de su historia; primero con el Partido Nacional Revolucionario (PNR) y luego con el Partido de la Revolución Mexicana (PMR), éste último fundado en 1938, durante el gobierno del General Lázaro Cárdenas.
Los padres fundadores del PRI, tuvieron en su momento los arrestos para poner por encima de los intereses de políticos ambiciosos. los de las clases obrera, campesina y popular. En los actuales momentos el Segundo Piso de la 4T, se está consolidando en un pacto social con la clase trabajadora para mejorar sus salarios y recuperar su nivel de vida, lo mismo que en los sectores rurales y populares de las ciudades, a través de los programas sociales.
Si Cárdenas viviera seguramente echaría del PRI a patadas al lamesuelas apodado “Alito”, y le recordaría su actitud patriótica asumida cuando el ex presidente Plutarco Elías Calles, quiso entrometerse en las decisiones de su gobierno, al criticar el apoyo que el general le estaba dando a las huelgas obreras. Calles trató de influir en el gobierno de Cárdenas para favorecer los intereses del capital nacional y extranjero en contra de las luchas de los trabajadores por obtener mejores salarios y prestaciones.
La intentona por desestabilizar el gobierno popular del General Cárdenas, falló al llamado “Jefe Máximo de la Revolución”, y en multitudinarios apoyos, el entonces presidente le demostró a los grupos minoritarios de derecha, a los que vergonzosamente apoyaba calles, de qué lado estaba la fuerza social. Como lo registró la historia, el 10 de abril de 1936, todo terminó con el exilio forzoso del general Calles.
Cárdenas supo que cuando se apoyan las causas del pueblo, este responde dispuesto a defenderlas. Seguramente que Calles se hubiera opuesto, por ejemplo, a la patriótica Expropiación Petrolera de 1938. Su exilio lo salvó de ser etiquetado como un traidor a los intereses de la patria, aunque en lo hechos sí lo fue.
¿Pero que castigo o sanción imponen las leyes del país a los traidores a la patria?
Veamos:
El Código Penal Federal, establece en su segundo Libro, Título Primero: Delitos contra la Seguridad de la Nación, capítulo I: Traición a la Patria, Artículo 123, en términos generales, se considerará traidor o traidora a la patria a aquella persona que “realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la nación mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero”.
Si tomamos al pie de la letra el texto del Código Penal, “Alito” junto con sus compañeros de partido, lo mismo que ex presidentes como Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, han atentado contra nuestra soberanía energética al haber sometido las leyes en materia energética a los intereses de trasnacionales.
Hace apenas un par de años, instruidos por “Alito” los diputados del PRI votaron en contra de la Reforma Eléctrica del ex presidente López Obrador y en su momento, los ex presidentes panistas entregaron la generación de energía a trasnacionales como Iberdrola, consolidada esta venta de garage de nuestra soberanía con la Reforma Energética de Peña Nieto. Acciones que permitieron a las empresas extranjeras obtener millonarias ganancias a costa de los usuarios de todo el país.
No debe extrañar a los escasos simpatizantes y militantes del PRI, la actitud entreguista a Trump, asumida por “Alito”, al lado de empresarios como Salinas Pliego que no ha dudado en ponerse de tapete al gobierno norteamericano, buscando chantajear al gobierno de Claudia Sheinbaum con la condonación de miles de millones de pesos de impuestos. Mala costumbre adquirida con los gobiernos del PRIAN.
En los momentos de unidad que requiere el país, estos engendros de la historia contemporánea de Miramón y Mejía, están condenados a arrojarse por sí mismos al basurero de la historia.