Día Hábil
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea es la mano que mece la cuna en la elección judicial.
Una mano, por cierto, muy sucia.
El ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) colocó a sus esbirros en las listas de candidatos al máximo tribunal.
Y muy al estilo de los estafadores del juego de azar conocido como La Bolita, el descarado porrista -era ministro en funciones y ya se manifestaba a favor de Andrés Manuel López Obrador – manipuló las listas del Poder Legislativo para que aparecieran sus recomendados.
Y así, al grito de “¿¡Dónde quedó la bolita!?, ¿¡Dónde quedó la bolita!?”, se hizo wey y colocó a su equipo, por lo que la oposición lo bautizó como El Virrey Zaldívar, porque, dice, tendrá más poder e influencia en el Poder Judicial que la misma Claudia Sheinbaum.
La insaculación o sorteo fue una farsa más de la llamada 4T.
Gabriel Regis López, un juez señalado por los legisladores morenistas de favorecer a priistas, apadrinado por Ricardo Monreal y Sergio Gutiérrez Luna
En 2023, diputados de Morena acusaron que el diputado del PRI, Pablo Angulo, actuó en contubernio con él para suspender la elección del titular de la Unidad de Evaluación y Control de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Hoy está en la lista final y aparecerá en las boletas de junio próximo.
Ana María Ibarra Olguín es otra de las protegidas por Zaldívar Lelo de Larrea.
Es magistrada de circuito y ha trabajado de la mano del zalamero y aplaudidor ministro.
Fabiana Estrada Tena, magistrada del Vigésimo Cuarto Tribunal Colegiado en materia Administrativa en la capital, colaboró con el ridículo admirador de Taylor Swift cuando presisió la Corte.
Es más, dirigió al grupo que elaboró y redactó la reforma judicial de 2021.
Lorena Josefina Pérez Romo, magistrada del quinto tribunal colegiado de la CDMX, también está entre los afortundos.
Marisol Castañeda Pérez es igualmente cercana al porrista de Claudia Sheinbaum.
Y no se diga María Estela Ríos González, consejera jurídica de López Obrador cuando fue jefe de gobierno del Distrito Federal -hoy CDMX- y en la Presidencia.
Como parte del equipo es amiga e incondicional del ex presidente de la Suprema Corte.
Obvio, el descarado y tramposo experto en leyes -cuando le conviene- lo niega y dice que el proceso ha sido más transparente que el aire de la capital del país.
Jaime Santana Turral busca un lugar en el Tribunal de Disciplina Judicial.
Es el máximo órgano, que vigilará a jueces, magistrados y ministros.
Ahí nomás.
Trabajó directamente con Zaldívar en el grupo que presionaba a jueces desde la Secretaría Ejecutiva de Disciplina del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y por lo que se abrió una investigación por una denuncia anónima.
¿Lo recuerda?
Ahí aparece de igual forma el juez Artemio Zúñiga Mendoza, implicado igualmente en el escándalo.
A toda la banda la comandaba Carlos Alpízar que, obvio, siempre lo ha negado.
Como se da cuenta, así de limpia y pura, como el corazón de un recién nacido, es la elección del Poder Judicial.
Zaldívar Lelo de Larrea, un sujeto impresentable, mantendrá el control de la justicia en México.
Y todo con el visto bueno de Claudia Sheinbaum, la presidenta que puso López Obrador a cuidarle la espalda.
Vámonos: Los marrulleros y tramposos morenistas modificaron el documento aprobado de la reforma al Infonavit el viernes pasado.
Así de honestos.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex