La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Se trata de verificar si las fuerzas vivas siguen ahí o, de plano, hay que ponerles un altar
Lo primero que viene a la mente, al saber que el PRI y el PAN no harán alianza en Veracruz, consiste en suponer que la coalición de MORENA y PVEM (hasta la tarde de ayer domingo, el PT no se había sumado), tendrá un día de campo el próximo primero de junio.
Es decir, si el tricolor y los albiazules juntos, perdieron estrepitosamente en el 2024, en lo individual no tendrían nada que hacer. Esa es la dura realidad.
Sin embargo, la circunstancia es una magnífica coyuntura, para obtener un diagnóstico certero del capital político con el que cuentan ambos partidos en la entidad, lo cual les permitirá establecer un proyecto de refundación (si es que lo amerita), con el cual tengan la posibilidad de reposicionarse entre la ciudadanía, lo inteligente será hacer de la derrota un proceso pedagógico.
De entrada, podrán realizar una evaluación seccional por seccional e, incluso, verificar si es que tienen presencia en todo el territorio estatal, porque se puede inferir, pero, no hay un registro de que así sea.
Otra ventaja, consiste en depurar a la militancia, ante la adversidad, sólo permanecen los que están comprometidos con las causas de su partido, los simuladores darán un paso lateral. Hay que tirar lastre.
Sin duda, habrá más nichos de oportunidad para sacar raja de esta situación, no obstante, insistimos, es básico dejar el plañido e ir a la raíz del problema para intentar solucionarlo, es la tercera llamada.